13/09/2022, 15:36
Ruhara le siguió el juego a Jun, o más bien, la imitó. Contestó al silencio de Jun con más silencio. Se reclinó ligeramente, sin dejar de mirar a la Nara. Cerró el pergamino, pues no iba a necesitarlo por ahora y se quedó esperando.
—¿Colaborar con qué? Dime, ¿qué quieren de mí?
Ella también se tomó unos segundos para contestarle. Volvió a echarse hacia delante, apoyando sus codos en sus rodillas. Cómo había pasado con Sayuri, ahora se había puesto seria.
— Verás, hay prisioneros que no se dejan tratar. Se niegan a recibir ayuda por nuestra parte, pero sin esa ayuda, morirán. Si intentamos tratarlos por la fuerza, es probable que acaben por hacerse más daño. Por ejemplo, si alguien con las heridas de tu compañera, Sagiso Ranko, no nos dejase tratarla, moriría desangrada o por la infección. Alguien con tus habilidades para transportar gente nos sería de gran ayuda.
Se esperó a la reacción de Jun antes de seguir.
—¿Colaborar con qué? Dime, ¿qué quieren de mí?
Ella también se tomó unos segundos para contestarle. Volvió a echarse hacia delante, apoyando sus codos en sus rodillas. Cómo había pasado con Sayuri, ahora se había puesto seria.
— Verás, hay prisioneros que no se dejan tratar. Se niegan a recibir ayuda por nuestra parte, pero sin esa ayuda, morirán. Si intentamos tratarlos por la fuerza, es probable que acaben por hacerse más daño. Por ejemplo, si alguien con las heridas de tu compañera, Sagiso Ranko, no nos dejase tratarla, moriría desangrada o por la infección. Alguien con tus habilidades para transportar gente nos sería de gran ayuda.
Se esperó a la reacción de Jun antes de seguir.