10/10/2022, 14:55
Las horas iban a pasar y pasar, recién la futura llegada de Ruahara cortaría aquel interludio de silencios y sonidos de viento. Podía ser el momento idóneo para descansar, aunque la realidad para Jun iba a ser otra. Iba a poder pegar ojo en algún momento de forma fugaz, tan solo unos cuantos minutos. El insoportable dolor del meñique le impedía dormir lo necesario. Era algo a lo que iba a tener que acostumbrarse durante un tiempo, ya ni se imaginaba lo que iba a ser su vida adaptándose a usar solo cuatro dedos. Para su consuelo, es ambidiestra y podía suplir las tareas manuales con su otra mano.
Lo que si no quería acostumbrarse era a pasar por hambre y sed. No sabía cuando volvería a ver una buena hamburguesa con una Ame-cola bien fresquita. En esa instancia, con algún fruto y un poco de agua se conformaba por lejos. Ya sentía cierta sequedad en la boca y también oía a su barriga quejarse con molestos sonidos.
Cuando volvió a escuchar a la mujer, la Nara pegó un suspiro, ya no le quedaban fuerzas como para seguir haciéndose la guapa y la chistosita. Mucho menos con la advertencia que les había soltado. Con desgano y todo, iba a tener que ahorrarse los comentarios molestos que se le ocurran en cualquier situación.
Al levantar la vista y ver a la pelirroja con una daga, tan solo asintió con la cabeza para que la desate de ese maldito pilar. Sinceramente, se sentía más débil de lo que ella tenía en mente. Con varias molestias, iría y formaría la fila con los demás presos. Le causaba bastante tristeza ver aquella escena, no solo por lo que le estaba pasando a ella, sino por la realidad colectiva que estaban viviendo ahí. Quería creer que todo saldría bien, no tenía mucho más que hacer. Pero le estaba costando bastante no partirse en ese momento.
Algo que le salvaba bastante era ver a Toshio y a Ranko, por lo menos ya podía verles las caras y como era el estado de cada uno después de toda la mierda que habían pasado.
Lo que si no quería acostumbrarse era a pasar por hambre y sed. No sabía cuando volvería a ver una buena hamburguesa con una Ame-cola bien fresquita. En esa instancia, con algún fruto y un poco de agua se conformaba por lejos. Ya sentía cierta sequedad en la boca y también oía a su barriga quejarse con molestos sonidos.
Cuando volvió a escuchar a la mujer, la Nara pegó un suspiro, ya no le quedaban fuerzas como para seguir haciéndose la guapa y la chistosita. Mucho menos con la advertencia que les había soltado. Con desgano y todo, iba a tener que ahorrarse los comentarios molestos que se le ocurran en cualquier situación.
Al levantar la vista y ver a la pelirroja con una daga, tan solo asintió con la cabeza para que la desate de ese maldito pilar. Sinceramente, se sentía más débil de lo que ella tenía en mente. Con varias molestias, iría y formaría la fila con los demás presos. Le causaba bastante tristeza ver aquella escena, no solo por lo que le estaba pasando a ella, sino por la realidad colectiva que estaban viviendo ahí. Quería creer que todo saldría bien, no tenía mucho más que hacer. Pero le estaba costando bastante no partirse en ese momento.
Algo que le salvaba bastante era ver a Toshio y a Ranko, por lo menos ya podía verles las caras y como era el estado de cada uno después de toda la mierda que habían pasado.