19/10/2022, 12:00
Hana, absorta en lo terrible que se sentía, no supo ni qué estaba pasando antes de salir volando en dirección a los campos de arroz. Nada más recibir el golpe, perdió la consciencia. Como una piedra que se lanza a un lago, empezó a rebotar una y otra vez contra el lodazal hasta detenerse.
Tenía heridas por todo el cuerpo de los golpes, seguramente medio cuerpo se le pusiese morado después de unos minutos del golpe inicial y no parecía moverse. Si respiraba, era por costumbre más que por tener las fuerzas para hacerlo.
Tenía heridas por todo el cuerpo de los golpes, seguramente medio cuerpo se le pusiese morado después de unos minutos del golpe inicial y no parecía moverse. Si respiraba, era por costumbre más que por tener las fuerzas para hacerlo.