13/11/2022, 16:33
Cuando Hayato habló, el chunin solo le dedicó una fugaz mirada a su brazo.
— La enfermeria va a ser la última en recoger, así que pasate por allí si estás tan mal. Akiko, tú conmigo, puede ir solo perfectamente y tenemos que hablar. — le hizo un gesto al supuesto herido para que se fuese y se giró asumiendo que ella le seguiría.
Hana le dedicó una mirada a su compañero. Dentro de los malos resultados, que les pillaran no era el peor, el peor era separarse.
— Pero... — estaba preparada para dar una excusa cuando fue interrumpida.
— Habéis desaparecido en mitad de la recogida y ahora apareceis intentando escaquearos al barco. ¿Quieres que vaya a informar de esto a Ruhara o me hareis caso? — ni siquiera se había girado para encararles.
Por el contexto, Hana pudo deducir que debía temer a esa tal Ruhara. Y, por valiosa que fuese esa información, eso quería decir que no podía negarse a acompañar a ese hombre.
— No. Vamos. — le puso una mano en el hombro a Hayato antes de despedirse. — Ten cuidado y ves al barco en cuanto tengas bien el brazo.
Dicho eso, Hana siguió al hombre en dirección contraria a donde estaban yendo. Ahora, Hayato estaba solo, en un mar de gente en movimiento. Por suerte, nadie más parecía estar prestandole atención.
— La enfermeria va a ser la última en recoger, así que pasate por allí si estás tan mal. Akiko, tú conmigo, puede ir solo perfectamente y tenemos que hablar. — le hizo un gesto al supuesto herido para que se fuese y se giró asumiendo que ella le seguiría.
Hana le dedicó una mirada a su compañero. Dentro de los malos resultados, que les pillaran no era el peor, el peor era separarse.
— Pero... — estaba preparada para dar una excusa cuando fue interrumpida.
— Habéis desaparecido en mitad de la recogida y ahora apareceis intentando escaquearos al barco. ¿Quieres que vaya a informar de esto a Ruhara o me hareis caso? — ni siquiera se había girado para encararles.
Por el contexto, Hana pudo deducir que debía temer a esa tal Ruhara. Y, por valiosa que fuese esa información, eso quería decir que no podía negarse a acompañar a ese hombre.
— No. Vamos. — le puso una mano en el hombro a Hayato antes de despedirse. — Ten cuidado y ves al barco en cuanto tengas bien el brazo.
Dicho eso, Hana siguió al hombre en dirección contraria a donde estaban yendo. Ahora, Hayato estaba solo, en un mar de gente en movimiento. Por suerte, nadie más parecía estar prestandole atención.