13/11/2022, 18:08
—Soy Hiroshi. Ruhara me manda por vendas. Uno de los presos tiene una herida infectada, y es valioso.
— ¿Ah, sí? Si acaban de llevarse todas las vendas que había limpias. — dijo mientras sacaba las manos del barreño, sacudiendoselas para intentar secarlas un poco.
Entonces Hayato podría ver que tenía esposas puestas en las muñecas, sin la cadena que normalmente conectaría ambas juntas. La chica iría entonces a un pequeño secadero donde tenía colgadas un par de vendas.
— Estas aún están humedas. No servirían de nada. El hombre se las ha llevado acaba de irse, podrás alcanzarlo si vas ahora hacia el barco. — le explicó mientras comprobaba el estado de las vendas.
— ¿Ah, sí? Si acaban de llevarse todas las vendas que había limpias. — dijo mientras sacaba las manos del barreño, sacudiendoselas para intentar secarlas un poco.
Entonces Hayato podría ver que tenía esposas puestas en las muñecas, sin la cadena que normalmente conectaría ambas juntas. La chica iría entonces a un pequeño secadero donde tenía colgadas un par de vendas.
— Estas aún están humedas. No servirían de nada. El hombre se las ha llevado acaba de irse, podrás alcanzarlo si vas ahora hacia el barco. — le explicó mientras comprobaba el estado de las vendas.