13/11/2022, 18:34
La chica informó que se habían llevado justo las vendas "limpias". Sacó las manos del barreño, e intentó secarse las manos un poco. Tenía en las muñecas unas esposas, aunque curiosamente éstas no tenían la cadena que las suele unir. Eran unos grilletes extraños, o simplemente la chica había logrado la confianza de sus captores. Tras secar las manos, la chica terminó yendo a un pequeño secadero, donde tomaría un par de vendas que había colgadas. Éstas aún no estaban ni secas, cosa que terminó aclarando la chica. Al parecer, quien las había venido a buscar se había ido hacía poco, y podía pillarlo por el camino.
«Y una leche voy a ir a buscar a un tarado más...»
El chico miró hacia detrás, pero no tenía para nada intención de ir tras ese hombre. Tras ello volvió su mirada a la chica, y antepuso las manos para recoger esas vendas mojadas. —Éstas servirán. Son presos, nuestros soldados son más importantes. Las otras van para los nuestros.
»Muchas gracias.
Si la chica le daba las vendas, éstas serían la excusa para ir al barco. Él se adelantaría un poco, pues no podía saber cuanto tiempo le faltase a su compañera con ese hombre. Por un instante consideró que la comida estaba ya mascada, que el trabajo que habían venido a hacer estaba a punto de cumplir. Pero un flash le vino a la mente... ¿Quién tenía el sello comunicador?.
HANA.
Aunque entrase en el barco, no podría informar de aquello que viese. Debía buscar a su compañera, pues si no entraban ambos en el barco, la misión estaría a medias. Ésta tarea era un verdadero dolor de cabeza. No sabía aún porqué se había propuesto voluntariamente...
«Y una leche voy a ir a buscar a un tarado más...»
El chico miró hacia detrás, pero no tenía para nada intención de ir tras ese hombre. Tras ello volvió su mirada a la chica, y antepuso las manos para recoger esas vendas mojadas. —Éstas servirán. Son presos, nuestros soldados son más importantes. Las otras van para los nuestros.
»Muchas gracias.
Si la chica le daba las vendas, éstas serían la excusa para ir al barco. Él se adelantaría un poco, pues no podía saber cuanto tiempo le faltase a su compañera con ese hombre. Por un instante consideró que la comida estaba ya mascada, que el trabajo que habían venido a hacer estaba a punto de cumplir. Pero un flash le vino a la mente... ¿Quién tenía el sello comunicador?.
HANA.
Aunque entrase en el barco, no podría informar de aquello que viese. Debía buscar a su compañera, pues si no entraban ambos en el barco, la misión estaría a medias. Ésta tarea era un verdadero dolor de cabeza. No sabía aún porqué se había propuesto voluntariamente...