24/11/2022, 19:49
Para cuando se quiso dar cuenta, Hayato se encontraba en el umbral de la puerta hacia un mero camarote. Un sollado de varias literas, von escasez total de lujos, salvo el de una cama tras una batalla. Que tampoco es poco. Sin embargo, eso no era lo que el Senju había venido buscando, ni mucho menos.
Sin embargo, su mente se nubló por un instante al escuchar lo que pasaba en la sala de al lado. Una imponente voz alertó a todos los allí presentes de que se habían infiltrado. Se habían transformado y se habían colado allí, y Ruhara estaba al tanto. Sus peores pesadillas se estaban cumpliendo. Y lo peor, era que a él no le habían pillado, asi que...
Hana...
Era obvio que habían tenido que pillar a su compañera, no había otra. Sin duda alguna, el chunin ese la había cogido en sus mentiras, en su fachada. Era una putada de mil cojones.
Lo peor, es que ahora estaba realmente atrapado. Solo quedaba él para informar, y no tenía el puñetero sello para hablar con Datsue.
Tiró las vendas a un lado, cerró la puerta y mirando previamente que no hubiese nadie, realizaría unos sellos de mano que había estado practicando últimamente. Tras la corresponde serie, el chico tomaría la apariencia de un barril, y se pondría a un lado de las literas, como si se tratase de una mesita de noche improvisada.
Si me pillan también a mi, se acabó todo...
Sin embargo, su mente se nubló por un instante al escuchar lo que pasaba en la sala de al lado. Una imponente voz alertó a todos los allí presentes de que se habían infiltrado. Se habían transformado y se habían colado allí, y Ruhara estaba al tanto. Sus peores pesadillas se estaban cumpliendo. Y lo peor, era que a él no le habían pillado, asi que...
Hana...
Era obvio que habían tenido que pillar a su compañera, no había otra. Sin duda alguna, el chunin ese la había cogido en sus mentiras, en su fachada. Era una putada de mil cojones.
Lo peor, es que ahora estaba realmente atrapado. Solo quedaba él para informar, y no tenía el puñetero sello para hablar con Datsue.
Tiró las vendas a un lado, cerró la puerta y mirando previamente que no hubiese nadie, realizaría unos sellos de mano que había estado practicando últimamente. Tras la corresponde serie, el chico tomaría la apariencia de un barril, y se pondría a un lado de las literas, como si se tratase de una mesita de noche improvisada.
Si me pillan también a mi, se acabó todo...