27/11/2022, 11:27
A sabiendas de que la mayor parte de los tripulantes y dotación del buque del copo estaba saliendo por algún motivo, y que habían cerrado el camarote en el que se encontraba con llave, Hayato terminó por deshacer la técnica de transformación. Al menos por un rato, iba a estar vistiendo su piel. Más que nada porque tenía una idea en mente, una alocada y de esas típicas que se le ocurrirían a Culebra.
Tras deshacer el henge, se movió hasta la puerta cerrada. Antes de nada comprobaría la veracidad con un sutil movimiento del mango de la puerta, por si alguien vigilaba al otro lado. Comprobado eso, pondría la espalda contra la puerta y realizaría una serie de sellos que solo él conocía, pues se trataba de una técnica revolucionaria y propia. Poco después de los sellos, antepondria la diestra a su boca, y escupiria con control un chorro de liquido que casi parecía petróleo. El líquido bañaria la mayor parte de la sala, evitando el rectángulo más cercano a la misma puerta. Eso sí, se movería con el último aliento, para realizar un pasillo central directo a la puerta. El resultado casi parecía de haber entrado y escupido eso, fuese lo que fuese.
Hecho ésto, el Senju volvería a posicionarse cerca de las primeras camas, sin tocar el líquido azabache. Nuevamente unos sellos, y terminaría como al principio, como un barril que actuaba de mesita de noche.
Todo estaba preparado.
Tras deshacer el henge, se movió hasta la puerta cerrada. Antes de nada comprobaría la veracidad con un sutil movimiento del mango de la puerta, por si alguien vigilaba al otro lado. Comprobado eso, pondría la espalda contra la puerta y realizaría una serie de sellos que solo él conocía, pues se trataba de una técnica revolucionaria y propia. Poco después de los sellos, antepondria la diestra a su boca, y escupiria con control un chorro de liquido que casi parecía petróleo. El líquido bañaria la mayor parte de la sala, evitando el rectángulo más cercano a la misma puerta. Eso sí, se movería con el último aliento, para realizar un pasillo central directo a la puerta. El resultado casi parecía de haber entrado y escupido eso, fuese lo que fuese.
Hecho ésto, el Senju volvería a posicionarse cerca de las primeras camas, sin tocar el líquido azabache. Nuevamente unos sellos, y terminaría como al principio, como un barril que actuaba de mesita de noche.
Todo estaba preparado.