28/11/2022, 23:58
Shukaku frunció el ceño al ver que uno de los ninjas empezaba a dirigirse hacia su posición. «¡PUTO CUERPO DE MIERDA! ¡QUIERES RECUPERAR CHAKRA, JODER! ¡LENTO DE LOS COJONES!» Ah, ¡cómo lo odiaba! Estaba tan frustrado con el poco aguante que tenía aquel trozo de carne que tuvo que contenerse por no lanzar una bijūdama a lo primero que se le pusiese por delante. «Total, ¡ni siquiera iría medio cargada!»
Tirado en el suelo, formó un único sello, y su cuerpo se hundió lentamente en la tierra hasta desaparecer por completo, sin dejar marcas por ello. Los humanos la llamaban la técnica del escondite del topo, aunque en aquella ocasión, lo que escondía era al más grande de los bijūs, y estaba furioso.
Probablemente, lo más sensato sería esperar durante varios minutos a que se cansasen de buscarle y recuperar algo de energía mientras tanto. Pero Shukaku no estaba para semejantes mamarrachadas. Había visualizado al jefe antes de desaparecer, y ahora podía sentirlo gracias a la medición de fuerzas magnéticas. Se centró en él y en los de su alrededor. Necesitaba encontrar un momento en el que el Jōnin estuviese lo suficiente alejado de los Chūnins como para atacar. Con suerte, sin ser visto.
Así que aguardó, paciente como un león agazapado tras las hierbas al ver una cebra, esperando su momento.
Tirado en el suelo, formó un único sello, y su cuerpo se hundió lentamente en la tierra hasta desaparecer por completo, sin dejar marcas por ello. Los humanos la llamaban la técnica del escondite del topo, aunque en aquella ocasión, lo que escondía era al más grande de los bijūs, y estaba furioso.
Probablemente, lo más sensato sería esperar durante varios minutos a que se cansasen de buscarle y recuperar algo de energía mientras tanto. Pero Shukaku no estaba para semejantes mamarrachadas. Había visualizado al jefe antes de desaparecer, y ahora podía sentirlo gracias a la medición de fuerzas magnéticas. Se centró en él y en los de su alrededor. Necesitaba encontrar un momento en el que el Jōnin estuviese lo suficiente alejado de los Chūnins como para atacar. Con suerte, sin ser visto.
Así que aguardó, paciente como un león agazapado tras las hierbas al ver una cebra, esperando su momento.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado