4/01/2023, 07:02
Todo pasó muy deprisa. La Bijūdama hizo estragos, con unas consecuencias que Shukaku no había predicho. En un abrir y cerrar de ojos pasó de tener la sartén cogida por le mango, a estar contra las cuerdas. ¡Había tenido la situación en la palma de su mano! Oh, qué error había sido no matar a Marrow. Qué error emplear la Bijūdama. Lo que nadie sabía, es que Shukaku había implantado un sello secretamente en el pecho del General. Un sello que le permitía utilizar no solo el chakra de Marrow, sino el que Kurama le prestaba. De no ser porque el agua se había llevado a Marrow, moviéndolo del círculo de sellado generado en la cubierta, la batalla hubiese sido suya.
«Ni que lanzase una Bijūdama tan potente. ¡JAAAÁ!»
Rio, pero en realidad no le hacía ni puta gracia. Arisco, saltó de cabeza al mar en cuanto lo creyó seguro para su delicado cuerpo. Bucearía bajo la superficie, buscando la luz de chakra que era Marrow a ojos de su Sharingan. Si llegaba a tiempo de pillarle desprevenido, quizá…
«No, es demasiado tarde para enfrentarme a él. Incluso yo, el más grande de los Bijūs, tiene que reconocer que sin una gota de chakra…»
Pero, entonces, ¿por qué seguía nadando con todas sus fuerzas? No era por Hayato. Ni por Hana. Ni por los gritos de los presuntos prisioneros a los que había escuchado en algún lugar del barco. Era por…
«Datsue, hijo de puta, no seré yo quien te falle»
Pero aquella convicción se tambaleó cuando lo vio. Una gran masa de chakra puro concentrándose encima de la superficie del mar. Nadó con más fuerza. Los pulmones le ardían. El agua le molestaba. El mar no era su elemento, sino la arena del desierto.
Cuando se encontró bajo la posición del General, salió despedido hacia arriba, lanzando una mano a la papada de Marrow y obligándole a subir su sucia boca hacia el cielo, con la intención de que disparase la bijūdama hacia las nubes. ¿Justo a tiempo? ¿Demasiado tarde? ¿O algo precipitado?
No lo sabía. Pero, por si acaso, sus piernas y brazo libre envolvieron el cuerpo de Marrow en un abrazo de oso, inmovilizándole en aquella posición.
—¡¡¡QUIERO VEROS CORRER, DESGRACIADOS!!! —Porque, a fin de cuentas, lo único que podía conseguirle a Hayato, Hana y el resto tan solo era un poquito más de tiempo.
«Ni que lanzase una Bijūdama tan potente. ¡JAAAÁ!»
Rio, pero en realidad no le hacía ni puta gracia. Arisco, saltó de cabeza al mar en cuanto lo creyó seguro para su delicado cuerpo. Bucearía bajo la superficie, buscando la luz de chakra que era Marrow a ojos de su Sharingan. Si llegaba a tiempo de pillarle desprevenido, quizá…
«No, es demasiado tarde para enfrentarme a él. Incluso yo, el más grande de los Bijūs, tiene que reconocer que sin una gota de chakra…»
Pero, entonces, ¿por qué seguía nadando con todas sus fuerzas? No era por Hayato. Ni por Hana. Ni por los gritos de los presuntos prisioneros a los que había escuchado en algún lugar del barco. Era por…
«Datsue, hijo de puta, no seré yo quien te falle»
Pero aquella convicción se tambaleó cuando lo vio. Una gran masa de chakra puro concentrándose encima de la superficie del mar. Nadó con más fuerza. Los pulmones le ardían. El agua le molestaba. El mar no era su elemento, sino la arena del desierto.
Cuando se encontró bajo la posición del General, salió despedido hacia arriba, lanzando una mano a la papada de Marrow y obligándole a subir su sucia boca hacia el cielo, con la intención de que disparase la bijūdama hacia las nubes. ¿Justo a tiempo? ¿Demasiado tarde? ¿O algo precipitado?
No lo sabía. Pero, por si acaso, sus piernas y brazo libre envolvieron el cuerpo de Marrow en un abrazo de oso, inmovilizándole en aquella posición.
—¡¡¡QUIERO VEROS CORRER, DESGRACIADOS!!! —Porque, a fin de cuentas, lo único que podía conseguirle a Hayato, Hana y el resto tan solo era un poquito más de tiempo.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado