4/01/2023, 09:06
Desde que el barco se partió en dos, parecían no estar en la situación más idílica del mundo, pero si era verdad que había una pequeña esperanza en las piernas de Ranko, que parecían haberle hecho daño a la celda para escapar. Aún podían hacer algo.
Sin embargo, la situación se les puso de cara una vez más. El barco se movió de tal manera que hizo que todos se estrellaran contra uno de los lados de la celda. Jun pensó en recomponerse, totalmente por inercia, pero ni siquiera llegó a conectar las neuronas que el movimiento los tiró para el otro lado de la celda. En ese punto, cuando todo se había estabilizado un poco, suspiró en busca de calma. Y eso era lo último que iba a encontrar. Luego de que el agua empezase a entrar, lo único que iba a empezar a sentir era una profunda desesperación.
Para la cereza en el postre, miró más allá, esperando lo peor. Al igual que una tormenta, esa breve calma que tuvo por algún que otro segundo, solo era un augurio para lo peor.
Mientras podía caminar por allí, intentó seguirles el paso a sus compañeros. Toshio maldijo con palabras y volvió a golpear, esta vez con una patada. La capitana, haciendo honor a dicho título, intentó motivarlos. No solo con sus palabras sino que también con potente acción.
Y fue ahí, dirigiéndose a la puerta, que volvió a sentirse una vez más como una inútil. Ni técnicas que sirvan para esa situación, sin su única arma que sabía usar y con una fuerza física bastante mejorable. Si la puerta no se abría con aquellos golpes, con unas lagrimas de desesperación e impotencia bajando por su cara, ella también golpearía donde lo habían hecho ellos, también con una patada y usando toda su fuerza.
Sin embargo, la situación se les puso de cara una vez más. El barco se movió de tal manera que hizo que todos se estrellaran contra uno de los lados de la celda. Jun pensó en recomponerse, totalmente por inercia, pero ni siquiera llegó a conectar las neuronas que el movimiento los tiró para el otro lado de la celda. En ese punto, cuando todo se había estabilizado un poco, suspiró en busca de calma. Y eso era lo último que iba a encontrar. Luego de que el agua empezase a entrar, lo único que iba a empezar a sentir era una profunda desesperación.
Para la cereza en el postre, miró más allá, esperando lo peor. Al igual que una tormenta, esa breve calma que tuvo por algún que otro segundo, solo era un augurio para lo peor.
Mientras podía caminar por allí, intentó seguirles el paso a sus compañeros. Toshio maldijo con palabras y volvió a golpear, esta vez con una patada. La capitana, haciendo honor a dicho título, intentó motivarlos. No solo con sus palabras sino que también con potente acción.
Y fue ahí, dirigiéndose a la puerta, que volvió a sentirse una vez más como una inútil. Ni técnicas que sirvan para esa situación, sin su única arma que sabía usar y con una fuerza física bastante mejorable. Si la puerta no se abría con aquellos golpes, con unas lagrimas de desesperación e impotencia bajando por su cara, ella también golpearía donde lo habían hecho ellos, también con una patada y usando toda su fuerza.