2/02/2023, 23:22
(Última modificación: 3/02/2023, 19:53 por Senju Hayato. Editado 1 vez en total.
Razón: Código roto :(
)
Todos parecían casi desesperados por salir de ese infierno. A su lado Hayato parecía un auténtico héroe. Pero en realidad, estaba lejos de ser consciente del poder destructivo de las técnicas que se habían lanzado Datsue y el general. No sabía que Shukakku les acababa de salvar la vida, pues con un leve impacto de ese rayo de puro chakra, todos habrían sido arrollados al más allá.
—En el barco no queda ni dios. Debemos salir, ir a tierra, y huir lo más rápido posible. Van a hundirlo, porque estamos en él.
La chica que parecía estar en peor condición, agradeció la intervención del Senju, aunque por el momento había hecho bien poco. Pero tras ello dijo que debía asegurarse de que Hana estaba bien. La verdad, bien le gustaría al peliblanco saber qué había sido de su compañera. No la veía desde hacía mucho, y la situación no estaba como para andar registrando el barco camarote por camarote. Era una puñalada en el corazón lo que sentía, pero no podían permitirse el lujo de hacerlo, no podían buscarla allí.
—Tranquila, Hana es mi compañera, y seguro que se las ha arreglado para salir ya de aquí. Lo primordial es que salgamos todos ya.
Tomó aire, y realizó 3 sellos de mano. En sus pulmones el aire se mezcló con chakra, y comenzó a conformar una técnica que en su opinión podía venir bien para ésta situación. Exhalaria entonces hacia el exterior una profunda bocanada de fuego y cenizas, que entorpeceria la visión del enemigo sobre ellos.
—Ahora. —Inquirió, y con la mano, incitó al resto del grupo a moverse. El agarraría a la chica que vio en la reunión de kages, Ranko; para ella actuaría como una muleta, en pos de facilitarle la huida. Conforme avanzasen a toda velocidad y se escabulleran por el hueco, tomarían rumbo rodeando la nube de cenizas. Debían escapar de allí, era lo único que tenía claro. Deseaba con todo su corazón que Hana estuviese bien, que estuviese a salvo. Pero por otro lado, era consciente del riesgo de la tarea que les habían encomendado... Si regresaban vivos, era toda una casualidad.
—En el barco no queda ni dios. Debemos salir, ir a tierra, y huir lo más rápido posible. Van a hundirlo, porque estamos en él.
La chica que parecía estar en peor condición, agradeció la intervención del Senju, aunque por el momento había hecho bien poco. Pero tras ello dijo que debía asegurarse de que Hana estaba bien. La verdad, bien le gustaría al peliblanco saber qué había sido de su compañera. No la veía desde hacía mucho, y la situación no estaba como para andar registrando el barco camarote por camarote. Era una puñalada en el corazón lo que sentía, pero no podían permitirse el lujo de hacerlo, no podían buscarla allí.
—Tranquila, Hana es mi compañera, y seguro que se las ha arreglado para salir ya de aquí. Lo primordial es que salgamos todos ya.
Tomó aire, y realizó 3 sellos de mano. En sus pulmones el aire se mezcló con chakra, y comenzó a conformar una técnica que en su opinión podía venir bien para ésta situación. Exhalaria entonces hacia el exterior una profunda bocanada de fuego y cenizas, que entorpeceria la visión del enemigo sobre ellos.
—Ahora. —Inquirió, y con la mano, incitó al resto del grupo a moverse. El agarraría a la chica que vio en la reunión de kages, Ranko; para ella actuaría como una muleta, en pos de facilitarle la huida. Conforme avanzasen a toda velocidad y se escabulleran por el hueco, tomarían rumbo rodeando la nube de cenizas. Debían escapar de allí, era lo único que tenía claro. Deseaba con todo su corazón que Hana estuviese bien, que estuviese a salvo. Pero por otro lado, era consciente del riesgo de la tarea que les habían encomendado... Si regresaban vivos, era toda una casualidad.