Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
28/07/2019, 18:09 (Última modificación: 28/07/2019, 18:14 por Aotsuki Ayame. Editado 3 veces en total.)
Lejos, muy lejos Shinogi-To, en una prisión siempre sumida en la penumbra y donde el aire estaba siempre cargado de humedad, dos sucesivos estallidos de humo sucedieron en dos celdas contiguas. A estos le sucedieron hasta cuatro estrepitosos golpes. Y una última explosión de humo.
Ayame jadeó como si hubiera pasado un largo tiempo bajo el agua. Le temblaba todo el cuerpo, se sentía tan fatigada como si acabara de correr una maratón, pero se forzó a levantarse agarrándose a las rejas para usarlas como apoyo mientras miraba a su alrededor con la desesperación de quien se sabía atrapada y acorralada, buscando a aquel detestable ricachón. Su clon había desaparecido, y con él había regresado el resto del chakra a su cuerpo. Pero ni siquiera eso bastaba para reponerla del inmenso esfuerzo que había hecho con aquel transporte doble. Y ni siquiera tenía fuerzas para salir de aquella celda en la que se había metido por sus propios medios. Afortunadamente, el prisionero al que había arrastrado con ella no parecía tampoco estar muy dispuesto a arremeter de nuevo contra ella pronto.
Pero eso no quitaba que volvía a estar encerrada.
Encerrada sin poder salir.
El sudor frío perló su frente cuando a su mente acudieron los recuerdos de todos los meses que había pasado allí abajo. Y resolló.
—¡Guardiana, guardiana! ¡¿está usted bien?! —gritaba una mujer, que se afanaba por abrir la reja.
Nunca se había alegrado tanto de oír a nadie. Ayame respiró hondo, tratando de recuperar el aliento.
—¡Cuidado! Estos dos... estos dos hombres trabajaban para Las Náyades —explicó, todo lo deprisa que pudo, mientras se abalanzaba prácticamente sobre la salida de la celda, y al mismo tiempo se aseguraba de que el prisionero no intentara hacer nada por escapar—. Creo... creo que Yui-sama podrá sacarles... información... Ahora... déjame salir de aquí... tengo... tengo que volver... —farfulló, al borde de la extenuación.
Pero nada de eso importaba. Nada podía importar mientras Daruu estaba allí fuera, enfrentándose a una mastuerza como Nioka él solo.
Daruu esperó hasta el último instante. Se mantuvo en posición, calculando el momento exacto en el que debía contraatacar. Sus ojos estaban clavados en Nioka, no obstante no en el puño, no. En el resto del cuerpo. Por si intentaba algo en el último momento. Por si movía un sólo músculo.
Y llegado el momento apropiado, Daruu giró.
Su pasado como Hyūga hizo un retorno triunfal. Un remolino de chakra azulado raspó alrededor de él todo retazo de carne que osara intentar atravesar la barrera. Tampoco era un idiota, y aunque el hacha había quedado atrás, quizás porque él conocía muchas tretas con armas ocultas, aquél torbellino serviría para desviarla en caso de que la mujerzota tuviera alguna manera de traerla de vuelta.
- PV:
210/230
– - CK:
189/340
– (-30 Hakkeshō Kaiten) (+10, 30/50 regen. por píldora)
Portaobjetos básico en el muslo derecho:(8/10 objs)
- x20 metros hilo (2pqs. de 10 metros)
- x2 kemuridama (6 metros de humo gris)
- x1 antídoto
- x1 kunai (9 PV/golpe con anilla, 8 PV/golpe superficial, 12 PV/corte, 18 PV/penetración)
- x0 esposa supresora del chakra
- x1 píldora estimuladora de sangre superior
- x0 píldora de soldado superior
Portaobjetos avanzado en el cinturón, en la espalda:(3/10 obs)
- x15 senbon sueltos para fácil acceso (4 PV/impacto, 8 PV con Byakugan activo)
Funda para visor de aumento en el cinturón:
- Visor de aumento
Ocultas en ambos mitones, izquierdo y derecho:
- Futatsu Mukei (12 PV/golpe con mango o vaina, 18 PV/corte superficial, 22 PV/corte, 30 PV/penetración)
En el dobladillo de los calzoncillos:
- Juego de ganzúas
¤ Hakkeshō Kaiten ¤ Palmas de los Ocho Trigramas: Revolución del Cielo - Tipo: Ofensivo/Defensivo - Rango: A - Requisitos: Hyuuga 50 - Gastos: 30 CK (multiplicable x2)
Técnica secreta pasada de generación en generación entre los miembros del clan Hyuuga. El miembro del clan gira sobre sí mismo a toda velocidad mientras expulsa chakra alrededor de su cuerpo. El efecto crea un potente remolino semiesférico de chakra que lo envuelve y lo protege en un radio de 1'5 metros a la redonda (aumenta con la multiplicación). Aplicando más chakra y siendo usada por un Hyuuga experto, esta técnica es una de las defensas más poderosas que existen, aunque sólo dure, como máximo, diez segundos antes de que el cansancio acabe desestabilizándola. Cualquiera que entre en el radio de acción sufrirá una potente descarga de chakra que puede llegar a causar la muerte.
3/08/2019, 04:53 (Última modificación: 3/08/2019, 14:48 por Amekoro Yui. Editado 1 vez en total.)
¿Volver?
Ayame, la carcelera y hasta el mismísimo Amenokami sabían que volver a los campos de trigo de Shinogi-To ahora mismo, no iba a ser posible. Amedama Daruu estaba ahora por su propia cuenta, y la guardiana no tenía otra opción sino la de esperar lo mejor. Claro que, en su estado actual, lo mejor podía transformarse de pronto en una opción arriesgada. Cuando debes entregar las últimas gotas de tu propia energía vital y depender únicamente de una fuente más poderosa, pero que suele traer, como la experiencia así se lo había demostrado a Ayame, grandes consecuencias.
¿Estaría dispuesta a pagar ese precio?
Una mano de apoyo se enlazó alrededor de Ayame, que tambaleó hasta el exterior con extrema debilidad. Era la carcelera quien impidió que cayera al suelo.
—¡No, no puede volver así, guardiana! ¡mírese, mírese! ¡apenas se puede estar de pie!
Una risa ahogada se escuchó al fondo de una de las celdas. Ryaku tenía la quijada desencajada y los ojos pendencieros de un provocador.
—¡JaJAjaJAja ese crío está muerto! ¡Nioka le cortará la cabeza y te la traerá en un pico de regalo, hija de puta!
. . .
Todo pasó muy rápido. Se trató de una consecución de eventos que, en milésima de segundos, se suscitaron casi al unísono. El puño de la montaña se acercaba peligrosamente, y sin mucho ánimo de detenerse, hacia los linderos de Amedama Daruu. El ex-hyuuga, por su parte, hacía todo el amago de girar sobre su propio eje, y nadie más que él podría imaginarse para qué.
Sin embargo, algo se acercó por su espalda a una velocidad abrumadora, y sin que nada delatase aquél elemento sorpresa. Porque Nioka había aprovechado la inercia en la que se embauca el cuerpo para lanzar un puñetazo para que el brazo contrario, sin más remedio que retraerse por el mismo movimiento, para tirar de ese hilo de chakra invisible que había plantado previamente en el mango de su hacha.
¿Pero qué importaba?
No lo hacía en lo absoluto. No cuando te sabías protegido, en tiempo y forma, de una vorágine de chakra que desprendía un hyuuga de cada uno de sus poros, gracias a una de las técnicas más versátiles y a su vez infranqueables de todo Oonindo. Ni un puñetazo del mismísimo Kenzou —bueno, quizás estoy exagerando—. sería capaz de batirse a pulso contra la poderosa tormenta de un Hakkeshō Kaiten.
Una lástima que Daruu no pudiera ver la cara de Nioka. Habría sentido una satisfacción increíble al comprobar que había sido mucho más listo que ella. Que estaba previendo los pasos de su enemiga con una constancia y precisión envidiable. Digno de un prodigio. El puño y el hacha se encontraron directamente con el remolino semiesférico, que quizás no era tan poderoso como lo solía ser en su máxima expresión, pero cuya fuerza fue suficiente para hacer rebotar el filo de la Nage Ono, y así también, el brazo de Nioka que recibió todo el impacto del torbellino, quebrándole la muñeca.
Fue el propio dolor, y la indignante sorpresa lo que le permitió, al mismo tiempo, moverse lo bastante rápido hacia atrás como para que fuera algo más que el brazo lo que se encontrase con esa potente defensa. La Náyade aterrizó, sumida en una consternación fúrica, a unos dos metros; y tomó una decisión que heriría su orgullo durante años, si es que llegaba a salir viva de allí. Pero no había otra opción. Ni otro camino. Ni otra resolución. Tenía que avisarle a Nakura Naia. A su líder, del inminente peligro que les acechaba de cerca. La Tormenta venía a por ellas, y a una velocidad digna del mas grande tifón que hubiera presenciado Oonindo en sus cientos de años de existencia.
¡Puf! una pantalla de humo emergió de una pequeña esfera que arrojó muy cerca de Daruu, quien podía estar girando aún, o no. Nioka aprovecharía la distracción para salir corriendo a toda marcha hacia Shinogi-To. Ya luego vería qué hacía con los polizones de la entrada a los muros de la capital, pero ahora era más peligroso enfrentar al crío que acabar con un par de miembros de la guardia real.
Creo entender que el Hakkeshō Kaiten, al ser una técnica de velocidad "rápida", no habría evocado la vorágine de chakra en su totalidad antes de que el hacha le alcanzara. Esto, desde luego, si mi comprensión del Bushido: Kaifuku es correcta. La velocidad del Kaifuku es rápida, ¿pero para la realización, no? ya que en la descripción resalta que el arma vuelve de forma antinatural y por sorpresa.
Cualquier cosa, lo charlamos y edito en consecuencia.
Edit: ya debidamente charlado, cambian los acontecimientos.
- PV:
153/340
–(-50) - CK:
127/200
–(-10)Bushido: Kaifuku del post #237(+10)regen. #240(+10)regen. turno actual
1 AO desvelada: Nioka implantó un hilo de chakra en el mango de su arma antes de arrojársela a Daruu. 1 AO adicional revelada: Tiró del hilo en la misma secuencia de movimiento durante la cual arroja el puñetazo para hacerla volver.
Cuando un usuario del kenjutsu es despojado de su katana, necesita de un método de recuperación de su hoja lo más rápido posible. Esta fue la idea de un viejo samurái que aprendió y difundió este truco entre los practicantes del arte de la espada: se trata de la única táctica posible con hilos que practican los usuarios de estas habilidades, y que consiste en mantener el mango de la espada atado previamente (por acción oculta o especificación directa) a un hilo. Cuando el usuario es desarmado, o ha dejado su arma a propósito en el suelo, infunde en el hilo una ráfaga de chakra que atrae el arma, a la vez que tira de la cuerda. Rápida y antinaturalmente, por sorpresa, el arma vuelve a ser empuñada a manos de su usuario. Si se desea arrebatar el arma de las manos del oponente, entonces se deberá comparar el Poder y la Fuerza de cada uno, respectivamente.
La carcelera la envolvió con su propio brazo y la ayudó a salir de aquella maldita celda. Jadeante y aún temblorosa, la kunoichi se dejó ayudar de buen grado.
—¡No, no puede volver así, guardiana! ¡mírese, mírese! ¡apenas se puede estar de pie!
Ayame apretó las mandíbulas, con un sentimiento que mediaba entre la impotencia y la irritación.
—Me llamo Ayame... —balbuceó, justo en el momento en el que una risotada sonaba tras su espalda. Se volvió lentamente, a tiempo de ver a aquel asqueroso ricachón riéndose a mandíbula batiente y los ojos chispeantes.
—¡JaJAjaJAja ese crío está muerto! ¡Nioka le cortará la cabeza y te la traerá en un pico de regalo, hija de puta!
—Él no va a morir. Pero no podría decir lo mismo de vosotros... Yui-sama no será tan compasiva como lo he sido yo —replicó, con un peligroso siseo.
Sin embargo, y aunque nunca lo admitiría en voz alta, las palabras del ahora prisionero habían calado hondo en sus oídos. Nunca antes había arrastrado a dos personas consigo usando la técnica de teletransporte que el mismo Daruu le había enseñado, y ahora, a consecuencia de ello, se sentía tan agotada que las piernas le temblaban con violencia. Además era consciente de que sus reservorios de chakra estaban al mínimo, ni siquiera podría hacer el viaje de vuelta. ¡Pero no podía dejar a Daruu a su suerte contra un enemigo tan formidable como lo era Nioka!
Aunque había una solución... Una solución terriblemente arriesgada, pero era mejor que nada.
Ayame jadeó angustiada, y miró de reojo a la carcelera. Seguramente no le dejaría hacerlo si se daba cuenta de sus intenciones.
—¿Puedes... Puedes avisar a Yui-sama o a Shanise-senpai? Yo... yo esperaré aquí... —farfulló, apoyándose contra la pared más cercana para recobrar el aliento.
Mientras daba el primer giro, Daruu vio el brillo metálico inconfundible de un arma dirigiéndose hacia él a toda velocidad. Sonrió. Había supuesto bien. El torbellino de energía impactó contra los dos objetivos, desviando uno de ellos y rompiéndole la muñeca al otro. Terminó de girar, y alcanzó a ver a la mujerzota haciendo un aspaviento con el brazo.
Un humo negruzco le hizo exclamar de sorpresa, y tuvo que cerrar los ojos y la boca y dejar de respirar para no verse afectado.
«Joder...»
¿Un ataque sorpresa, quizás?
Daruu no podía estar seguro de nada. No sabía realmente el daño que había causado con su técnica, así que visto así igual un hacha estaría por volar de nuevo hacia su pecho, o hacia su cráneo. Tenía que salir de allí, y tenía que hacerlo ahora, o ejecutar un jutsu que disipara aquella nube de humo.
Para ambas cosas tendría que gastar chakra, no obstante, y no le sobraba chakra. «Mierda, ¡Ayame! ¡¿Dónde estás!?», tuvo que escuchar a su voz interior una vez más. «¡Maldita sea!» Todo aquello sería más fácil con su Byakugan. No tendría que recurrir a adivinaciones, como había hecho con el hacha. Y ahora sabría exactamente dónde estaba Nioka.
No había mucho tiempo. Encadenó unos rápidos sellos con una mano y escupió una masa amorfa de caramelo de color plateado como las nubes de tormenta, que se contorsionó hasta desplegar las enormes alas de un pájaro. Se aferró a su lomo y le hizo subir, hacia arriba, lejos del humo. Sólo entonces se permitió respirar, y ver.
Desde las alturas, buscó a la Náyade. Para darle caza, o para evitar que le dieran caza a él. Y también buscó a Ayame.
- PV:
210/230
– - CK:
179/340
– (-20 Amedori no Jutsu) (+10, 40/50 regen. por píldora)
Portaobjetos básico en el muslo derecho:(8/10 objs)
- x20 metros hilo (2pqs. de 10 metros)
- x2 kemuridama (6 metros de humo gris)
- x1 antídoto
- x1 kunai (9 PV/golpe con anilla, 8 PV/golpe superficial, 12 PV/corte, 18 PV/penetración)
- x0 esposa supresora del chakra
- x1 píldora estimuladora de sangre superior
- x0 píldora de soldado superior
Portaobjetos avanzado en el cinturón, en la espalda:(3/10 obs)
- x15 senbon sueltos para fácil acceso (4 PV/impacto, 8 PV con Byakugan activo)
Funda para visor de aumento en el cinturón:
- Visor de aumento
Ocultas en ambos mitones, izquierdo y derecho:
- Futatsu Mukei (12 PV/golpe con mango o vaina, 18 PV/corte superficial, 22 PV/corte, 30 PV/penetración)
En el dobladillo de los calzoncillos:
- Juego de ganzúas
¤ Suiton: Mizudori no Jutsu ¤ Elemento Agua: Técnica de los Pájaros de Agua - Tipo: Ofensivo/Apoyo - Rango: C - Requisitos: Suiton 30 - Gastos:
6 CK por pájaro pequeño (máximo 3 por mano)
Amedori no Jutsu, 20 CK por pájaro grande (divide regen. de chakra)
- Daños:
10 PV por pájaro pequeño
20 PV por pájaro grande
- Efectos adicionales: El pájaro grande sirve de transporte e incapacita a un oponente al estallar durante unos segundos - Sellos:
Mono → Pájaro → Tigre (pájaros pequeños, una mano, ver descripción)
Mono → Pájaro → Tigre (pájaros grandes, ver descripción)
Los pájaros pequeños miden apenas como la palma de la mano, mientras que los grandes podrían transportar a una persona adulta
Ninguno de los dos tipos de pájaros puede alejarse a más de 10 metros del usuario de la técnica
Una técnica que crea pájaros de agua o de caramelo, para atacar o como transporte, inventada por Amedama Kiroe. El usuario puede, o bien realizar dos sellos y luego otro con una mano, trazando una curva en el aire con el brazo, o los tres sellos con dos manos.
En el primer caso, crea una línea de agua desde los dedos índice y corazón de la que surgen inmediatamente de uno a tres pájaros que vuelan hacia un adversario, trazando líneas rectas y parábolas simples antes de estallar.
En el segundo, el usuario mantiene el último sello del Tigre mientras escupe una masa de caramelo de cualquier color que se transforma en un pájaro de gran envergadura, que permite a cualquier persona adulta hacer uso de un transporte aéreo. No está hecho para atacar, aunque puede lanzarse a un oponente, y este se quedará unos breves segundos apresado por el caramelo. El usuario puede mantener como máximo un pájaro grande activo por cada 20 puntos de Inteligencia (como máximo, tres pájaros), y en ningún momento puede crear varios al mismo tiempo.
Alterador (Suiton: Mizuinu no Jutsu /Ameuma no Jutsu): El usuario crea animales terrestres. En sustitución a los pájaros pequeños, con mismo daño y gasto, traza la línea en el suelo, y el estallido libera perros que corren hacia el adversario trazando líneas rectas y, como máximo, dos giros de no más de 45 grados para esquivar un ataque simple. En sustitución a los pájaros grandes, con mismo gasto, la masa de caramelo que escupe toma forma de caballo. El caballo es un transporte más rápido que el pájaro (velocidad Rápida) pero no puede ser utilizado para golpear a un enemigo. En estas versiones, las secuencias de sellos pasan a ser Mono → Perro → Tigre y Mono → Caballo → Tigre, respectivamente.
¿Quién no sabía que la guardiana se llamaba Ayame?
Le llamaba así por una cuestión de respeto, pero la carcelera supuso que quizás era que no le gustaba el mote así que prefirió guardar silencio y asintió como buenamente pudo, ayudándola a encontrar sereno en algún taburete cercano y observó nerviosa el intercambio de palabras entre ella, y el desesperado cautivo. También pudo notar que las palabras de ambos calaron en lo más profundo del otro, y la mujer pudo ver que el hombre se había quedado pasmado al oír el nombre de Yui. Ayame, por su lado, aparentaba sentir una creciente dubitativa acerca de la posibilidad de que Daruu muriera por su culpa. Por haberle abandonado. Porque seamos sinceros: ¿realmente era necesario llevarse a un anciano decrépito y a un civil asustado y bocafloja hasta Amegakure por encima de acabar a Nioka?
Ayame tendría que vivir con esa interrogante toda su vida, salvo que Daruu lograra salir airoso de su precaria situación.
—Ok. Quédese aquí. Descanse. Yo veré a quién encuentro disponible.
. . .
Plop, plop, plop, plop las suelas de los enormes pies de Nioka emitían sendos sonidos cada que se hundían en los caminos pantanosos hacia Shinogi-To. Plop, plop, plop la mano le dolía a cántaros, pero era una mujer resistente al dolor; y ni siquiera se la sostenía para evitar que la mano diera tumbos con el ritmo de su trote. La ropa, más pesada de lo normal por haber estado luchando en el exterior sin preocuparse de la exposición a la lluvia, se le pegaba a la piel como un tatuaje incómodo y molesto. Plop, plop... plop. El aleteo le obligó a voltear, y ver, allá a siete metros de distancia, un enorme pájaro purpúreo elevarse por los aires con el crío sobre su lomo.
—Hacha retráctil (Nage Ono) (en los campos de trigo)
—Sello explosivo rango A (usado)
—Kemuridama (usado)
—¿??¿?¿?
—¿??¿?¿?
. . .
Daruu vio muchas cosas. Eso era lo que tenía tener el privilegio de surcar los cielos como pocos lo hacían. Vio un amplio panorama pantanoso, encharcado, y lúgubre. Vio a una enorme figura correr como dios manda a una distancia prudente, que torcía el cuello cada tanto para ver si alguien le perseguía. Su destino era más que evidente si estabas tan acorralado como ella, y no era otro destino sino Shinogi-To. Sin embargo, el no ver lo que realmente necesitaba fue lo peor de todo. Ayame, su compañera, su confidente, su amor jurado no estaba por ningún lado. Se la había tragado la tierra. A ella y a los otros dos.
3/08/2019, 19:47 (Última modificación: 3/08/2019, 19:56 por Aotsuki Ayame. Editado 1 vez en total.)
—Ok. Quédese aquí. Descanse. Yo veré a quién encuentro disponible.
—Gracias... Gracias... —Ayame se obligó a sonreír, y no disimuló el alivio que sentía, camuflándolo a una razón muy diferente a la real.
Sentada en aquel taburete, esperó. Esperó a que la carcelera hubiese desaparecido de su vista y a que el sonido de sus pasos se perdiera en la distancia. Sólo entonces se permitió el lujo de lanzar un profundo suspiro.
Era el momento.
Y comenzó a entrelazar las manos con cierta parsimonia.
Era consciente de que no tenía la suficiente energía para realizar el camino de vuelta, pero ella no era una kunoichi cualquiera. Ella tenía acceso a un reservorio extra de chakra que se entrelazaba de forma natural con su propia energía desde el mismo momento en el que decidieron unirlas. Era el chakra del bijuu que residía en su interior, el chakra de Kokuo. Ayame se había jurado no utilizar jamás el poder de Kokuo, pero aquel era un chakra que les pertenecía a ambas, pues era el lazo que las unía.
«Señorita, no debería...»
«No puedo dejarle allí, Kokuo... No puedo. ¡No me lo perdonaría si le pasara algo!»
Una energía de color blanquecino envolvió su cuerpo y, con una última palmada, Ayame volvió a desaparecer con un destello rojizo.
FSUM
Una pequeña nube de humo estalló de nuevo en los campos de trigo de las afueras de Shinogi-to, y una exhausta Ayame apareció allí, justo donde se había cortado con su propio kunai minutos atrás. Gateando, temblando con violencia, resollando como nunca lo había hecho, la muchacha tomó el cuchillo con manos débiles...
Y buscó con desesperación cualquier rastro de Nioka o de Daruu.
(Ninjutsu 100) o (Nivel 30) Carnero → Pájaro → Palmada
(Nivel 40) Palmada
- Velocidad: Instantánea - Alcance y dimensiones: (ver tabla de gastos)
Mediante un profundo estudio de las técnicas de invocación, el usuario firma un pacto de sangre consigo mismo. De esta forma, consigue la habilidad de invocarse a cualquier lugar donde se haya dejado un rastro de sangre (por herida o deliberadamente, reciente o una marca seca). Una buena marca de sangre puede tardar años en desaparecer (2 años onrol), por eso esta técnica es útil si se utiliza discretamente en enclaves estratégicos seleccionados por el usuario. Los rastros accidentales de sangre, producidos por heridas o cortes, sólo duran el tiempo que dure la trama en el que se producen. Las marcas duraderas son marcas dibujadas deliberadamente con el kanji de luna.
Normalmente, las técnicas de invocación utilizan una nube de humo para camuflar la táctica y sorprender y amedrentar al oponente. En este caso la discrección es clave y se opta por un efecto mínimo de "distorsión" en el ambiente, tras el que el usuario aparece y desaparece. También se produce un pequeño tinte rojo en la distorsión. Cuando la invocación finaliza, el rastro de sangre objetivo desaparece, consumido por la técnica. Si el usuario desea mantener una marca que había dejado, deberá volverla a dibujar.
Por un coste adicional de 10 CK por persona, el usuario puede llevarse consigo a otros seres vivos, siempre y cuando le toquen en el momento que éste de la palmada. Cabe destacar que tanto el gasto como el efecto de llevárse a otra persona consigo no es voluntario, es decir, un adversario podría perseguir al ejecutor si conoce el efecto de la técnica.
Cualquier clon resultado de una técnica de clonación que consiga replicar sangre (como los clones de sombra) puede invocar al usuario a su posición. Asímismo, el usuario puede invocar a su posición a cualquiera de estos clones.
(Ninjutsu 100) Esta técnica puede aprovecharse del concepto de invocación inversa para invocar hacia el usuario objetos o personas marcadas por su sangre. En el caso de los objetos, no deberán pesar ni ser más grandes que un ser humano. En el caso de las personas o los animales, deben responder a la llamada de la técnica voluntariamente, o ésta fallará.
Daruu tosió y oteó desde las alturas, buscando dos pequeñas manchas. La primera la encontró: Nioka corría como desesperada hacia las puertas de Shinogi-To. Daruu no tenía ni idea de cómo pensaba lidiar con los guardias en ese estado. Pero aún tenía menos idea de dónde estaba Ayame.
Bueno, algo estaba claro: no estaba.
Lo cierto es que Ayame acababa de aparecerse en el campo de batalla, así que quedaba tras de él.
El muchacho se pegó al lomo del pájaro, se tomó un pequeño descanso y lo hizo descender prudencialmente, tratando de aumentar la velocidad. De comprobar qué tan rápido podría alcanzar a la montaña si se lo propusiese.
- PV:
210/230
– - CK:
199/340
– (+10 regen. dividida) (+10, 50/50 regen. por píldora)
Portaobjetos básico en el muslo derecho:(8/10 objs)
- x20 metros hilo (2pqs. de 10 metros)
- x2 kemuridama (6 metros de humo gris)
- x1 antídoto
- x1 kunai (9 PV/golpe con anilla, 8 PV/golpe superficial, 12 PV/corte, 18 PV/penetración)
- x0 esposa supresora del chakra
- x1 píldora estimuladora de sangre superior
- x0 píldora de soldado superior
Portaobjetos avanzado en el cinturón, en la espalda:(3/10 obs)
- x15 senbon sueltos para fácil acceso (4 PV/impacto, 8 PV con Byakugan activo)
Funda para visor de aumento en el cinturón:
- Visor de aumento
Ocultas en ambos mitones, izquierdo y derecho:
- Futatsu Mukei (12 PV/golpe con mango o vaina, 18 PV/corte superficial, 22 PV/corte, 30 PV/penetración)
En el dobladillo de los calzoncillos:
- Juego de ganzúas
7/08/2019, 04:46 (Última modificación: 7/08/2019, 04:49 por Umikiba Kaido. Editado 1 vez en total.)
Una vorágine inexplicable e intangible llevó en cuerpo y materia a Aotsuki Ayame hasta el campo de batalla donde se libraba un muy importante enfrentamiento. Allí, de nuevo, el frío de la bruma y algunos destellos más vívidos de un sol menos aletargado que antes se asomaban desde Yukio la recibió con los brazos abiertos para encontrarse con la absoluta nada. Grandes maizales, agua enchardada, y por ahora; nada más.
Las piernas le temblaron. También el pulso con el que sostuvo el kunai. Estaba exhausta, quizás más que antes de volver de Amegakure. Kokuo se lo había advertido.
¿Que si lograba dar con Daruu o Nioka? puede que sí. Otra cosa era serle de cualquier utilidad en su estado actual durante aquella persecución.
. . .
... si se lo propusiese, podría alcanzarla. Fácilmente. Nioka no era rápida. Pero era una posibilidad que los oteadores de las vigilias de alguna torre cercana a Shinogi-To pudieran verle a ambos. O no. Era un pájaro grande, aunque había suficientes nubes, quizás, para sobrevolar por lo alto. ¿Qué haría entonces Amedama Daruu para lograr su más imperioso objetivo?
Nioka había decidido tomar aquél camino a pesar de los riesgos. ¿Haría Daruu lo mismo? ¿tentaría a la caprichosa llamada suerte o decidiría actuar de una forma diferente?
El aire de la mañana desperezándose la recibió con los brazos abiertos. El sol ya había salido, por lo que había más luminosidad, aunque las nubes del cielo impedían que sus rayos llegaran con toda su fuerza a las interminables alfombras de trigo que se extendían por debajo de él.
Ayame jadeó, angustiada, cuando no vio ni rastro de Daruu o de Nioka. Más cansada de lo que había estado en su vida, intentó reincorporarse, pero la debilidad de sus piernas la devolvió al fango en cuanto intentó levantarse.
—Maldita sea... —blasfemó para sí.
Rindiéndose a la evidencia, la kunoichi se contentó con sentarse sobre sus rodillas y alzó la cabeza hacia el cielo con un profundo suspiro. Fue entonces cuando vio un cierto movimiento entre las nubes, y cuando entornó los ojos para afinar la vista se dio cuenta de que era un enorme pájaro grisáceo que volaba a decenas de metros de distancia a toda velocidad. Era una de las aves de caramelo que usaba su pareja. Y parecía estar persiguiendo algo, a juzgar por la dirección y la velocidad que llevaba.
Y ella no podía apenas moverse.
—¡Maldita sea...! —repitió para sus adentros, mientras volvía a guardar el kunai en el portaobjetos que llevaba en la parte baja de su espalda y apoyaba la mano en el fango para levantarse con sumo cuidado.
Si se encontrara en plenas facultades podría correr tras de ellos, y seguramente sería capaz incluso de alcanzarlos. Pero estaba exhausta. Y realizar otro movimiento instantáneo en sus condiciones actuales sólo empeoraría las cosas.
La kunoichi chasqueó la lengua, profundamente irritada e impotente.
No le quedaba más remedio que echar a andar, aunque fuera lentamente, tras la estela de Daruu.
Daruu nunca se había sentido así. Sin duda, había luchado muchas veces. Pero en aquella ocasión se trataba de vida o muerte. Sólo había sentido algo similar cuando se infiltró junto a su familia y la de Ayame en la guarida de aquellos Hōzuki. Y aún así, ellos estaban con él. Ahora estaba solo.
Y tenía que tomar decisiones rápidas. Todas las decisiones que uno toma en situaciones como aquella son arriesgadas, pero también todas son inevitables. Se han de tomar. En una fracción de segundo. Lo había hecho varias veces desde que comenzó el día. Ayame también las había hecho.
Y él volvió a hacerlo.
Nioka corría a la desesperada sin dejar de echar vistazos por encima del hombro. En una de esas que volteaba la vista de nuevo al frente, Daruu disimuló un simple sello con una mano.
Desapareció.
En realidad, Daruu se había movido justo encima. Quería chocar contra ella, tropezar y que ambos cayesen al suelo. Estar en contacto.
Desaparecer de nuevo en un destello rojizo.
Reaparecer en los calabozos de Amegakure.
Tan sólo esperaba que algún guardia pudiera echarle una mano allá.
Portaobjetos básico en el muslo derecho:(8/10 objs)
- x20 metros hilo (2pqs. de 10 metros)
- x2 kemuridama (6 metros de humo gris)
- x1 antídoto
- x1 kunai (9 PV/golpe con anilla, 8 PV/golpe superficial, 12 PV/corte, 18 PV/penetración)
- x0 esposa supresora del chakra
- x1 píldora estimuladora de sangre superior
- x0 píldora de soldado superior
Portaobjetos avanzado en el cinturón, en la espalda:(3/10 obs)
- x15 senbon sueltos para fácil acceso (4 PV/impacto, 8 PV con Byakugan activo)
Funda para visor de aumento en el cinturón:
- Visor de aumento
Ocultas en ambos mitones, izquierdo y derecho:
- Futatsu Mukei (12 PV/golpe con mango o vaina, 18 PV/corte superficial, 22 PV/corte, 30 PV/penetración)
En el dobladillo de los calzoncillos:
- Juego de ganzúas
¤ Sunshin no Jutsu ¤ Técnica del Parpadeo Corporal - Tipo: Apoyo - Rango: D - Requisitos: Ninjutsu 40 - Gastos:
14 CK/20 metros
52 CK para huir de un combate
- Daños: - - Efectos adicionales: Cada uso restará 10 puntos de aguante durante los próximos 5 turnos - Sellos: Carnero/una mano - Velocidad: Instantánea
El Sunshin no Jutsu es una técnica basada en un movimiento ultrarrápido, permitiendo a un ninja moverse de cortas a largas distancias a unas velocidades casi imperceptibles. Para un observador cualquiera, resulta como si el usuario se hubiera teletransportado. En ocasiones, se utiliza una pequeña señal para camuflar los movimientos iniciales del usuario. Esta técnica se basa en el uso del chakra para vitalizar temporalmente el cuerpo y moverlo a velocidades extremas. La cantidad de chakra requerida depende en la distancia total y la elevación entre el usuario y el destino. La técnica puede usarse, además, para escapar del campo de batalla. Las diferentes villas tienen variaciones de esta técnica, e incluyen un elemento extra para distraer al oponente. En Konoha, se utiliza un rastro de hojas.
¤ Chishio Kuchiyose no Jutsu ¤ Técnica de la Invocación Sanguínea - Tipo: Apoyo - Rango: A - Requisitos: Ninjutsu 70 - Gastos:
30 CK (20 metros)
60 CK (3 cuadrantes del mapa o menos)
(Inteligencia 60) 80 CK (de 4 a 6 cuadrantes del mapa)
(Inteligencia 80) 100 CK (distancia superior a 6 cuadrantes del mapa)
- Daños: - - Efectos adicionales:
Se invoca a uno mismo a un rastro de su sangre (ver descripción)
Invocar personas o a sí mismo tendrá penalización de 10 puntos al Aguante durante los próximos 5 turnos
(Ninjutsu 100) El usuario puede invocar objetos y personas marcadas por su sangre a su posición
(Ninjutsu 100) o (Nivel 30) Carnero → Pájaro → Palmada
(Nivel 40) Palmada
- Velocidad: Instantánea - Alcance y dimensiones: (ver tabla de gastos)
Mediante un profundo estudio de las técnicas de invocación, el usuario firma un pacto de sangre consigo mismo. De esta forma, consigue la habilidad de invocarse a cualquier lugar donde se haya dejado un rastro de sangre (por herida o deliberadamente, reciente o una marca seca). Una buena marca de sangre puede tardar años en desaparecer (2 años onrol), por eso esta técnica es útil si se utiliza discretamente en enclaves estratégicos seleccionados por el usuario. Los rastros accidentales de sangre, producidos por heridas o cortes, sólo duran el tiempo que dure la trama en el que se producen. Las marcas duraderas son marcas dibujadas deliberadamente con el kanji de caramelo.
Normalmente, las técnicas de invocación utilizan una nube de humo para camuflar la táctica y sorprender y amedrentar al oponente. En este caso la discrección es clave y se opta por un efecto mínimo de "distorsión" en el ambiente, tras el que el usuario aparece y desaparece. También se produce un pequeño tinte rojo en la distorsión. Cuando la invocación finaliza, el rastro de sangre objetivo desaparece, consumido por la técnica. Si el usuario desea mantener una marca que había dejado, deberá volverla a dibujar.
Por un coste adicional de 10 CK por persona, el usuario puede llevarse consigo a otros seres vivos, siempre y cuando le toquen en el momento que éste de la palmada. Cabe destacar que tanto el gasto como el efecto de llevárse a otra persona consigo no es voluntario, es decir, un adversario podría perseguir al ejecutor si conoce el efecto de la técnica.
Cualquier clon resultado de una técnica de clonación que consiga replicar sangre (como los clones de sombra) puede invocar al usuario a su posición. Asímismo, el usuario puede invocar a su posición a cualquiera de estos clones.
(Ninjutsu 100) Esta técnica puede aprovecharse del concepto de invocación inversa para invocar hacia el usuario objetos o personas marcadas por su sangre. En el caso de los objetos, no deberán pesar ni ser más grandes que un ser humano. En el caso de las personas o los animales, deben responder a la llamada de la técnica voluntariamente, o ésta fallará.
Jadeaba como loca. Estaba herida. Humillada. Hacía tiempo que nadie le hacía frente. Que se atrevía a padecer las represalias de su jefa. ¿Quiénes eran? ¿porqué unos críos tendrían los santos cojones de atentar contra una Náyade?
Sólo había una respuesta, y era la única en el mundo que podía hacer que Nioka sintiera un miedo fortuito y real. Era su pasado, uno increíblemente turbio, persiguiéndole sin compasión. Que no iba a detenerse hasta verla pagar, a ella y a sus cómplices, por sus acciones. Así, queridos lectores, era la vida de un traidor. Asumida o no, no había destinos muy satisfactorios cuando la sombra de Amekoro Yui se extendía por todo el continente como si fuera ella la que controlaba las nubes de lluvia.
«Tengo que avisarle a Naia» —decidida, siguió su camino hasta la entrada a Shinogi-To, custodiada por un par de guardias reales. Pero estaba claro que ni ella, ni él, iban a llegar a las puertas de la Capital. Giros, tierra, y una súbita sensación de desmayo la abrazó. Y ya luego no supo qué había sido de ella.
. . .
Por un momento, Ayame contempló, con la frustración asumiendo el mando de sus acciones; al pájaro de Daruu. Al segundo siguiente, ya no estaba. Éste se había perdido en las oscuras nubes del cielo matutino. No obstante, podía discernir que la dirección de Daruu —y por tanto, de Nioka—. era la Capital, así que entre perjuras y maldiciones, tomó rumbo hacia allá. El problema era que, tan extenuada como estaba, Ayame se sentía sólo con la energía suficiente como para trotar lentamente y a ese paso no iba a alcanzarles tan pronto como hubiese querido.
Ayame sólo puede moverse a una velocidad Moderada mientras el atributo Aguante siga con penalización por turnos.
. . .
Daruu aguardó, y aguardó... y aguardó. La última mirada atrás, el último intento desesperado de coger distancia de Nioka y... ¡plam!! un placaje sorpresa, motivado por la potenciación del sunshin. Luego un par de agarrones, una lucha intensa. Manotazos, moretones. Una fuerza abismal contras la voluntad del shinobi de la Tormenta.
Luego, un golpe en seco. Un parpadeo interdimensional.
Una celda fría, lúgubre y mohosa. En Amegakure.
—Ugh... tú ¡tú! —veía a una mancha borrosa. Quería vomitar. Pero también quería matarlo. Alzó las manos. Lo iba a ahorcar. Lo iba a ahorcar.
—Bienvenida a casa —una sonrisa aserrada. La última que, sabía Nioka, iba a ver en esta vida. Y quizás en la siguiente también.
. . .
Una vestusta capa de polvo y humedad condensada se alzó allá, a unos quince metros de Ayame. Cuando las particulas de viento dejaron de dar vueltas sobre su propio eje, la guardiana comprobó que... no tenía nadie a quién alcanzar. Ni Daruu. Ni Nioka. Estaba sola, otra vez.
10/08/2019, 22:16 (Última modificación: 10/08/2019, 22:17 por Amedama Daruu.)
Hubo un revoltijo de golpes y arañazos violentos. Ambos dieron vueltas por el suelo como dos gatos en una pelea callejera. Daruu propinaba un cabezazo, y Nioka respondía con un codazo. Daruu encajaba un rodillazo, y Nioka un puñetazo. Al final, ambos desaparecieron con un resplandor del color de la sangre, y volvieron a caer en un lugar algo menos húmedo, pero mucho más oscuro.
El golpe contra el suelo les separó. Daruu se dio un buen topetazo en la cabeza. Se tapó la cara con ambas manos y sintió una sensación caliente. Saboreó el hierro. La nariz le sangraba. No le dolía tanto, así que no estaba rota. Quizás fuera sólo un pequeño corte.
Levantó la vista. Vio dos Niokas y cuatro brazos dirigiéndose hacia su pescuezo. Entornó los ojos tratando de transformarlos en dos e interpuso sus propias manos para defenderse, pero las manos de su enemiga quedaron paralizadas a medio camino.
—Bienvenida a casa.
Daruu nunca se había alegrado tanto de escuchar la voz de Amekoro Yui. Su contrincante se había quedado pasmada, embobada, con un rictus de terror. El muchacho aprovechó aquél momento para golpear a Nioka en toda la cara con el puño cerrado, tan fuerte que le dolió. Se levantó, sacudiendo el brazo y chistando con la lengua en el paladar.
—De parte de Amedama Kiroe, hija de la gran puta. —Se volteó hacia Yui—. Déjeme salir, Arashikage-sama. No tengo ni idea de dónde está Ayame, podría estar en peligro.
»Además, tendrán que interrogar a esta. Y si me deja usted mucho tiempo con ella, le cortó la cabeza. —Sonrió con fiereza, mostrando sus dientes... que no eran tan afilados.
- PV:
210/230
– - CK:
125/340
– (-40 del anterior turno que no resté) (+10 regen.)
Portaobjetos básico en el muslo derecho:(8/10 objs)
- x20 metros hilo (2pqs. de 10 metros)
- x2 kemuridama (6 metros de humo gris)
- x1 antídoto
- x1 kunai (9 PV/golpe con anilla, 8 PV/golpe superficial, 12 PV/corte, 18 PV/penetración)
- x0 esposa supresora del chakra
- x1 píldora estimuladora de sangre superior
- x0 píldora de soldado superior
Portaobjetos avanzado en el cinturón, en la espalda:(3/10 obs)
- x15 senbon sueltos para fácil acceso (4 PV/impacto, 8 PV con Byakugan activo)
Funda para visor de aumento en el cinturón:
- Visor de aumento
Ocultas en ambos mitones, izquierdo y derecho:
- Futatsu Mukei (12 PV/golpe con mango o vaina, 18 PV/corte superficial, 22 PV/corte, 30 PV/penetración)
En el dobladillo de los calzoncillos:
- Juego de ganzúas
Aún jadeante, con los pulmones a punto de estallar y todos sus músculos suplicando un respiro, Ayame trotó lo más rápido que le permitía su extenuado cuerpo. No lo suficientemente rápido, para su más absoluta desesperanza.
De un momento a otro perdió de vista el pájaro de Daruu y la kunoichi masculló una nueva maldición mientras se esforzaba en seguir adelante, siempre adelante. Era posible que los perdiera de vista, pero su rumbo estaba bastante claro y la conducía inevitablemente a las puertas de Shinogi-to. ¿Acaso Nioka trataba de huir? Aquella corpulenta mujer no parecía ser de aquel tipo de personas, que se daban la vuelta ante la más mínima dificultad. Pero todas las pistas apuntaban a eso, y Ayame se agarró a ese faro en mitad de aquel campo de trigo.
Y, al cabo de varios largos e interminables minutos, una enorme polvareda salpicada de lodo y agua de lluvia se alzó a varios metros de su posición.
—D... Daruu... —resolló, intentando por todos los medios acelerar el ritmo de sus pasos.
Sin embargo, para cuando el polvo se desvaneció, comprobó con horror que allí no había nadie. Ni Daruu, ni Nioka, ni nadie. Ayame alzó la mirada al cielo, pero seguía sin ver rastro alguno del ave de caramelo. Sabiéndose completamente sola, gimoteó, angustiada, sin saber muy bien qué hacer. Había la posibilidad de que Daruu se hubiese teletransportado con Nioka de vuelta a Amegakure, tal y como había hecho ella minutos atrás con sus dos esbirros. Pero no veía rastro ninguno de su sangre cerca, ¿cómo volvería entonces? ¿Y si había sucedido algo a la inversa? ¿Y si Nioka había tomado de rehén a Daruu de alguna manera?
—¿Qué debo hacer...? —se lamentaba, paseando de forma nerviosa, mirando a su alrededor buscando cualquier cosa.
¡Bám! Amedama Daruu clavó sendo puñetazo en el rostro de Nioka, que se había visto pasmada del más absoluto terror al escuchar aquella voz. No sólo por de quién provenía aquélla, sino de lo inexplicable de su actual situación: hace dos segundos estaba en Shinogi-To, y ahora tenía frente a sí a su jodida verdugo.
De más está decir que le dolió más a Daruu el golpe que a la mismísima Náyade, cuyo cuerpo era tan duro como una jodida roca. Ella sólo retrajo el rostro por pura inercia, y quedó mirando al suelo durante unos segundos que se sintieron toda una eternidad de introspección y realización personal. Nioka pensaba. Ataba hilos. Unía cabos. Ese nombre era el eslabón que faltaba. Amedama, Amedama, Amedama... ahora lo entendía todo. Al final, los presagios de Nakura Naia se había cumplido. Habían ido a por los ojos de aquél muchacho. Los que había decidido no vender, para lograr consumar su venganza. El problema es que no fue la hija de puta de Kiroe quien les siguió el rastro. Sino otros ninjas. Y la mismísima Arashikage estaba detrás de todo el parapeto. Mala suerte.
»Además, tendrán que interrogar a esta. Y si me deja usted mucho tiempo con ella, le c...
—¡Arghhhhhhhhh! —primero fue el cuchillo que blandió justo en el momento en el que Daruu se dio la vuelta. Luego fue el alarido de guerra que presagió un asesinato rastrero y por la espalda.
— ¡Kagemane no Jutsu! —espetó la misma guardia que había recibido a Ayame minutos antes. Un hilillo de sombra se había colado por las rendijas de la celda y se había unido a la tenue sombra que generaba el inmenso cuerpo de Nioka, para impedir que se moviera.
—Nunca te fíes de un depredador acorralado —espetó Yui, mientras abría la celda, sin quitar la mirada de su hija traviesa, la cuál llevaba mucho tiempo escapándose de casa—. Ayame estuvo hace cinco minutos aquí, y trajo a esos dos —no le hizo falta señalar a nadie: las otras dos celdas estaban también ocupadas por el carruajero, y Ryaku.
—¡Estaba muy exhausta! pero cuando fui a buscar a Arashikage-sama y volví, ya había desaparecido de nuevo!
. . .
Ayame no tenía muchas opciones. O bien seguía tomando riesgos, a costa de las consecuencias que podrían traer consigo; o sentaba cabeza y meditaba mejor sus acciones. ¿Adónde podía haber ido Daruu a parar? ¿quién había capturado a quién, en todo caso?
¿habían conversado acerca de la posibilidad de que ésto sucediera?