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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#16
¿Todo bien? Parece que ninguno de los dos duerme bien... —Se preocupó el amejin.

Si... —Respondió vagamente, aún estaba algo afectado. —No ha sido nada de lo que preocuparse, únicamente un mal sueño. —Intentó tranquilizar a su compañero con una sonrisa lo más real que pudo, no quería preocuparle en estos momentos.


***


Quizás deberíamos tomarnos algo en la taberna... ¿No cree, Señor Tachibana-senpai? —Le preguntó el pálido genin siguiendo el papel que se habían asignado, buscando aparentar naturalidad cerca de los guardias.

Si, sería una buena idea. —Suspiró profundamente. —Sienta bien volver a casa...

Y cuando acabó la frase vio como dos guardias se acercaron al genin de la Lluvia y comenzaron a cachearle, esto estaba claro que iba a pasar, pero si descubrían su portaobjetos con su bandana dentro ya se iba a saber quienes eran. De por sí no habría ningún problema en que dos shinobis fuera de servicio visitaran la ciudad, pero si iban a querer investigar ciertos asuntos lo mejor era no dar demasiado la nota... E iban por mal camino.
Por suerte antes de dar con el portaobjetos de Kisame un evento inesperado distrajo a los guardias, un hombre salió corriendo de la ciudad, o al menos lo intentó, porque los guardias que estaban con el del País de la Tormenta sacaron sus armas y le impidieron el paso.

No te vamos a quitar el ojo de encima, extranjero... —Se dirigió a su compañero uno de los guardias.

Disculpe las molestias, viene conmigo. —Takumi salió en su defensa, apoyándole la mano en el hombro y con la otra descubriéndose la cara al retirarse primero el pañuelo y luego el sandogasa. —Es un acompañante contratado para ayudarme en mis viajes y no aburrirme, no tiene por qué preocuparse de nada sadiq. —Intentó calmar la situación.

»¿Y tu quien eres y por qué corres? Sabes perfectamente que darse a la fuga es un delito. —Se dirigió al prófugo. «Siento la que te va a caer encima... Pero nos estás ayudando de sobremanera.»
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#17
El fugitivo se revolvió algo nervioso, era obvio que no había barajado la posibilidad de que algo así ocurriera. O al menos no lo había pensado con la suficiente claridad... Se trataba de un chico que llevaba unos pantalones de lino de color marrón claro, similar al de la arena. Unas sandalias de tiras de cuero que se ataban con fuerza a sus piernas hasta la rodilla. Llevaba una camisa ancha con botones hasta el pecho, los cuales estaban abiertos, de un marrón mas oscuro y unos guantes de tela sin dedos muy sucios. Era un chico de apenas veinte años con el pelo revuelto de color castaño claro y unos ojos negros que no contrastaban para nada con su tostada piel desértica. Tenía rasgos duros y curtidos y una ligera barba de quizás unos días que sembraba su mandíbula complétamente.

-Esto... Yo solo iba al tren, llego tarde y ya se va. Por favor, lo voy a perder... -Aclaró atropelladamente el joven el cual parecía algo enervado.

Los guardias le miraron con una mezcla entre desaprobación y desconfianza durante unos instantes, mirándose entre ellos para decidir qué hacer. Realmente no iban mal desencaminados, porque tras la puerta apareció un señor ya entrado en años caminando todo lo rápido que podía mientras se apoyaba en un viejo cayado. Era un hombre de melena blanca con una coleta. Portaba ropas de algodón, lo cual denotaba una cierta clase social, y estas eran con tintes de colores vivos, lo cual aún demostraba más su estatus. Vestía con unas sandalias similares a als del chico pero con un cuero de mejor calidad y menos gastadas. Unos pantalones de color granate y una camisa con botones hasta abajo blanca e inmaculada. Su cayado tenía tallados de serpientes muy bien reproducidas. su rostro era arrugado y daba la sensación de ser muy mayor, sin embargo, no había ni un ápice de barba en su rostro.

-¡Al ladrón! ¡Al ladrón! ¡Ese sinvergüenza me ha robado mis piezas! -Decía el hombre con evidente gesto enfadado.

Kisame aprovechó la situación para colarse en la ciudad y mirar a su compañero para que le siguiera. Tenía curiosidad por ver que ocurriría pero quizás fuese mejor hacerlo desde un lugar oculto por si al terminar aquel encontronazo decidían registrarle mejor, o cambiaban de opinión y no les dejaban entrar, quien sabe... La gente de otras tierras a veces podía resultar extraña.
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#18
Esto... Yo solo iba al tren, llego tarde y ya se va. Por favor, lo voy a perder... —No se le veía muy confiable la verdad.

Los guardias esperaron a ver que hacían, le miraban sin creerle mucho y seguramente estarían barajando de que maneras no dejar pasar al chaval. En esos instantes tras la puerta de la ciudad apareció un anciano, por sus ropas Takumi sabía que se trataba de alguien de clase alta, o al menos acomodada. El señor intentaba andar lo más rápido posible y se le veía claramente acelerado.

¡Al ladrón! ¡Al ladrón! ¡Ese sinvergüenza me ha robado mis piezas! —Gritó muy enfadado.

De repente el amejin se coló en la ciudad e hizo señas al marionetista para que le siguiera. «¿Pero que haces Kisame? Dios espero que esto no nos dé problemas...» Se podría colar en la ciudad, pero si luego los reconocen les podrían surgir problemas muy serios. Además que era normal que Kisame se colara, iba a ser raro que le dejaran pasar con lo reticentes que estaban ese día los guardias, pero el kazejin no iba tener problema alguno en entrar en su ciudad natal. Le hizo un gesto de cabeza a su compañero indicando que siguiera adelante, ya se enconarían dentro de la ciudad y prefería no ser un fugitivo ahí. También es verdad que quería ver de cerca cómo se resolvía el entuerto del joven ladrón, volvía a su ciudad natal después de mucho tiempo y disfrutar de ese ambiente la apasionaba.
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#19
Los guardias comenzaron a cachear en contra de su voluntad al chico que corría. Parecía que la guardia era férrea en aquel lugar. El anciano, se removía nervioso en su sitio sin apartar el ojo del supuesto ladrón. Todo aquello ocurría a escasos tres metros de Takumi, quien no se había movido ni un centímetro. Uno de los guardias comenzó a vaciar los bolsillos del joven, mientras el otro, sacaba una libreta y comenzaba a anotar todo lo que salia de allí. Hasta el momento nada sospechoso. solo fósforos, tabaco, un boleto para el tren, algo de dinero pero... Al fondo de un bolso oculto en su chaqueta, ahí mismo sonaba un repiqueteo metálico muy leve. El guardia metió la mano y sacó de allí un puñazo de piezas de muy pequeño tamaño. Tenían aspecto plano pero móviles. Cualquiera diría que eran visagras, pero eran demasiado estrambóticas para serlo.

-Esas, esas son... Ese maldito ha entrado a mi casa y se las ha llevado -Decía el anciano bastante ofendido.

Los guardias no quisieron mediar ni una sola palabra. Agarraron al chico y le esposaron las muñecas a la espalda. Mientras este se removía inútil de sus ataduras. Se miraron entre ellos y, tras un asentir mútuo, uno de ellos comenzó a arrastrarlo hasta el interior de la ciudad mientras el chico se quejaba.

-No he visto eso en mi vida... No se que es, por favor suélteme... -Lastimosamente, mientras se alejaba.

-Habrá un juicio, y podrás demostrar tu supuesta inocencia... Ladrón-Replicó el guardia que se lo llevaba.

Entre tanto, el pelinegro se había ocultado lo suficientemente bien como para no ser visto desde la entrada, tras la pared de la primera casa de la ciudad, pegado a ella. Cuando escuchó acercarse al guardia, simplemente saltó con cierta torpeza y se colocó en el alféizar de una ventana, para que no le pudiese ver de reojo.
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#20
Los guardias comenzaron a cachear al chaval y a vaciarle los bolsillos, en un principio no había nada raro, pero en un compartimento oculto en su chaqueta encontraron una especie de piezas metálicas muy extrañas. «Esas piezas, ¿parecen visagras? Pero no sé, no son normales...» El kazejin tampoco le dio muchas vueltas a esos objetos, por un momento pensó en cómo se pordían aplicar a una marioneta, cosas de marionetista, pero tampoco dilucidó nada en el momento.

Esas, esas son... Ese maldito ha entrado a mi casa y se las ha llevado. —Estaba claro, eran las piezas de aquel anciano.

Sin más que hablar los guardias agarraron al ladrón y le esposaron, mientras se intentaba revolver inutilmente le llevaron adentro de la ciudad.

No he visto eso en mi vida... No sé que es, por favor suélteme... —Intentaba parecer inocente.

Habrá un juicio, y podrás demostrar tu supuesta inocencia... Ladrón. —El guardia respondió tajante y muy firme, cosa normal según la situación actual de Inaka.

Takumi pudo ver como el amejin se conseguía ocultar exitosamente tras un edificio cercano. Por lo tanto el genin de Uzu se dispuso a esperar a que le dejaran pasar a la ciudad, dudaba que le pusieran muchos impedimentos.
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#21
El guardia restante hizo señas a Takumi para que pasara. Al fin y al cabo era de allí y se notaba, así que no hubo mayor problema. Simplemente se quedó con el viejo conversando sobre los detalles del supuesto robo. Una vez que pasó por su lado, el pelinegro le hizo un chasquido con la boca para que se acercara y salió de tras la pared con sumo disimulo, intentando emprender un camino por la ciudad que no pasara por la vertical hacia la puerta. Tampoco quería que le vieran aunque sinceramente los guardias parecieran haberse olvidado de él por alguna razón, quizás por tener asuntos más importantes en mente. Cuando se acercó a el y con sumo disimulo abrió ambos portaobjetos y le metió su bandana allí.

-Guárdalo, así pueden cachearme tranquilamente -Musitó sin mirarle asegurándose de que nadie les veía -Tachibana-senpai, ¿donde cree que deberíamos ir primero? -Preguntó una vez se alejó un par de metros.

Debían encontrar alguna pista sobre ese tal Fakui, pero el incidente de aquel anciano le escamaba bastante. ¿No sería quizás uno de los empleados o amigos del patriarca de esa familia? Quizás un poco descabellada y arriesgada esa idea, pero no creía que hubiera muchos fabricantes de marionetas en la ciudad y más aún sabiendo que Sunagakure había caído hacía rato. Lo miró intentando fijarse en su expresión, desde luego que el acceso a la ciudad había sido algo accidentado.

-Me da curiosidad ese hombre... Ya sabes, el de la entrada -Dijo, claramente refiriéndose al anciano... ¿Quién sería?
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#22
El marionetista pasó sin problema el puesto de guardia y por fin se reencontró con el amejin, este le metió cuidadosamente su bandana en el portaobjetos del primero. «Va a ser lo mejor por si acaso.»

Guárdalo, así pueden cachearme tranquilamente. —Susurró. —Tachibana-senpai, ¿donde cree que deberíamos ir primero? —Dijo ya con mayor normalidad tras haberse alejado lo suficiente de la puerta principal.

No sé, tal vez buscar a ver si escuchamos algo en una taberna podría ser una opción... Pero no es una técnica intensiva de recopilar información. —estaba muy dudoso, la familia Fakui era conocida, pero no tenía ni idea de por donde empezar.

Me da curiosidad ese hombre... Ya sabes, el de la entrada. —Se le veía fijarse en aquel anciano.

El kazejin tenía que admitir que le había llamado la atención, sobretodo esas piezas que podrían ser para marionetas... O para cualquier otro tipo de artesanía.

Te tengo que dar la razón, había algo en esas piezas que me escama... ¿Crees que sería buena idea seguirle? ¿O quieres que le pregunte por las piezas con la excusa de ser marionetista?
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#23
Estudió las posibilidades con calma, aún había cierto tiempo hasta que el hombre pasase por donde ellos estaban si querían abordarle, puesto que se había quedado hablando con el guardia. Lee miró unos segundos mientras colocaba su mano derecha bajo su barbilla y se la mesaba con el dedo índice y el pulgar. Ciertamente hablarle no sería extraño, al fin y al cabo la escena había ocurrido justamente delante de ellos y Takumi era un marionetista, tampoco era extraño que se interesara por unas piezas, y más si no las reconocía.

-No es mala idea, no creas... Seguramente no le pareciera extraño que te interesases y bueno, quizás además de otros datos adyacentes consigas alguna idea para próximas marionetas, ¿no crees? -Propuso tras reflexionar unos segundos.

Era posible que aquel señor supiera algo de quien llamaban Fakui-sama. Quizás... No sería complicado, al fin y al cabo era un marionetista conocido y aquel hombre parecía ser, al menos fabricante, así que lo lógico sería que supiera algo aunque habría que pensar en como abordarle. Kisame era pésimo en eso, pero seguramente a Takumi se le ocurriera alguna idea y mas aún siendo de allí. Se acercó a el mientras a su espalda pasaba el hombre anciano de antes. El de Amegakure le hizo un leve gesto con la cabeza para avisarle. ¿Podría ser aquello la primera miga de pan?
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#24
No es mala idea, no creas... Seguramente no le pareciera extraño que te interesases y bueno, quizás además de otros datos adyacentes consigas alguna idea para próximas marionetas, ¿no crees?

Me parece buena idea, pero como le atajam... —Su compañero le hizo un gesto y al girarse pudo ver que el anciano del que estaban hablando estaba pasando cerca de ellos.

Tenía que hablarle, era su oportunidad. Procesó lo más rápido que pudo lo que le quería decir y se acercó a el levemente, levantando el brazo un poco.

D-disculpe buen hombre, estaba en el control de la puerta cuando aquel ladrón intentaba escabullirse y no pude evitar fijarme en las piezas que había latrocinado el criminal. ¿Por algún casual no serían piezas para una marioneta? Soy un aprendiz en el antiguo arte de nuestro país y he sentido una gran curiosidad por ello. Bueno disculpe mis formas, mi nombre es Tachibana Ikkaku y este es mi mercenario y acompañante Kimura Hinosuke. —Realizo una reverencia.

«Espero haber sonado convincente...»
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#25
El hombre se detuvo para dedicarle una mirada que mezclaba cansancio y sorpresa. Seguramente no se esperara que alguien le interceptara por la calle, mas aún después de lo que acababa de pasar. No obstante, fuera porque el hombre tenía un gran temple o porque no estaba realmente preocupado por lo que había pasado, tenía aspecto de estar completamente relajado y sin temores. Kisame por su parte, simplemente se quedó un poco atrás y le dedicó una reverencia silenciosa a modo de saludo. Agradecía profundamente que Takumi hubiera hecho su presentación por él.

-Oh... Siempre es un honor conocer a un marionetista... Yo me llamo Takato Fukiwa y me dedico a la fabricación de piezas para marionetas... -Contestó dedicándole una amable sonrisa y mirando brevemente las piezas que tenía en la mano -¿Esto? Si, son unas visagras experimentales que estoy haciendo, mire... -Le mostró la pieza girar pero con un tirón de fuerza mdoerada, la pieza se separó en dos, como si tuviese un mecanismo interno que hiciese ese trabajo -Aún es algo experimental, pero debo entregarle el prototipo a Fakui-sama antes de esta noche -Respondió, incluso tendiéndole una de ellas para que la viese detenidamente.

Estaba claro que era un hombre amable y tranquilo, parecía un artesano a judgar por sus callosas manos que contrastaban con su fina ropa. Si realmente se dedicaba a eso, debía de irle muy bien, o al menos su indumentaria mostraba riqueza moderada. No obstante, trabajando para tal familia no debía de sorprender a nadie.
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#26
Y el anzuelo funcionó, mejor de lo que Takumi esperaba incluso.

Oh... Siempre es un honor conocer a un marionetista... Yo me llamo Takato Fukiwa y me dedico a la fabricación de piezas para marionetas... —Parecía muy amable. —¿Esto? Si, son unas visagras experimentales que estoy haciendo, mire... La pieza se movía normalmente, pero ejerciendo algo de fuerza se separaba en dos partes. La cabeza del kazejin comenzó a pensar instintivamente en que se podría aplicar ese mecanismo para una marioneta.

Tengo que felicitarle, es una pieza muy ingeniosa y perfectamente realizada, ha de ser usted un muy buen artesano.

»Aún es algo experimental, pero debo entregarle el prototipo a Fakui-sama antes de esta noche.«Y bingo.» Tenía que aprovechar esta oportunidad.

Discúlpeme pero, ¿estaría interesado en que yo y mi acompañante le escoltáramos hasta que entregue las piezas a Fakui-sama? Podría ser que algún que otro criminal intente robarle... —Esperaba que funcionara este truco. —Claro está que lo haríamos sin esperar nada a cambio, contribuir al noble arte de la antigua Sunagakure no tiene precio.
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#27
El hombre le miró con gesto de extrañeza, pero tras unos segundos le sonrió mientras cogía de vuelta su pieza, para guardarla en el bolsillo interno de su chaqueta a buen recaudo. Hizo un movimiento ligero con la mano para que le siguieran mientras comenzaba a caminar lentamente. El amejin esperó a que Takumi se adelantara y se colocó a su lado, quedando algo más alejado del anciano. Quería mantenerse al margen en las interacciones sociales, al menos por el momento. Tras unos metros y sin detenerse, Takato giró la cabeza para mirar al supuesto Ikkaku.

-No me importa que me acompañen hasta mi taller, pero será mejor que me reúna yo solo con el señor. Es un poco celoso con la ubicación de su taller y algo reacio a los desconocidos... No obstante, les agradezco muchísimo su ayuda. Si necesita alguna pieza puede pedírmela, solo por su amabilidad y buena intención ya merece un descuento -Comentó sonriendole.

Al poco rato, llegaron a una casa con dos puertas grandes de madera cerradas a cal y canto. El hombre se acercó a la puerta y la abrió con una llave de gran tamaño, causando un estruendo terrible. Ahora a simple vista, parecía evidente que quien se colase en aquel taller debía de ser enormemente habilidoso pues había barrotes en als ventanas y la puerta era presumiblemente difícil de forzar desde fuera. Kisame miró a su compañero y luego a la puerta algo desconcertado.

-¡Y lo robaron de aquí? Ese tipo debe de ser un hacha... -Reconoció, escéptico antes de acercar su oreja al oído del chico -No sé si creerle... ¿Sabes? Es muy raro -Comentó una vez el hombre había cruzado las puertas.
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#28
El anciano les hizo un gesto para que les siguieran, parecía que había aceptado su oferta y se colocó al lado del primero.

No me importa que me acompañen hasta mi taller, pero será mejor que me reúna yo solo con el señor. Es un poco celoso con la ubicación de su taller y algo reacio a los desconocidos...«No podía salir todo tan bien.»No obstante, les agradezco muchísimo su ayuda. Si necesita alguna pieza puede pedírmela, solo por su amabilidad y buena intención ya merece un descuento.

Es normal de alguien de su nivel, no hay ningún problema. Tenga por seguro que si necesito cualquier cosa acudiré a su taller, hay que apoyar al artesano local.

Llegaron entonces al taller de Takato, parecía estar bien preparada para defenderse de posibles ladrones, típico de los grandes talleres de Inaka, la puerta era gruesa y se abrió con una llave de grandes dimensiones.

¡¿Y lo robaron de aquí?! Ese tipo debe de ser un hacha... —Luego le susurró al oído al kazejin. —No sé si creerle... ¿Sabes? Es muy raro. —Comentó después que el artesano entrara.

Ya... Lo tenía que haber estado planeando un buen tiempo, entrar aquí ha de ser difícil. —Y se volvió para susurrarle también a Kisame. —Pienso igual, pero lo mejor es que sigamos en este papel y veamos de que manera se desenvuelve todo.
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#29
Asintió ante sus palabras y le hizo una seña para que le acompañase. Tenían que buscar más información puesto que estaba bastante claro que ese hombre no les iba a decir nada más. Se había metido en su taller y seguramente seguirle sería peligroso. No por él, sino por Fakui, no le veía tan estúpido como para no darse cuenta de esas cosas, menos aún si era marionetista y tenía cierto entrenamiento de combate. Si le seguía, comenzaría a caminar por las calles sin un rumbo pero con ritmo lento. Él no las conocía, así que simplemente se dejó llevar.

-¿Sabes donde está la taberna de este lugar? Quizás sea un buen sitio por el que empezar, ahora que sabemos algo... -Musitó mientras caminaba a su lado.

Apenas le miró, seguramente le habría escuchado. Lo que necesitaban ahora era maas información. Algo que pudiera relacionar a esa familia con aquellos bandidos de la katana que habían conocido en Notsuba. Parecía que preparaban algo gordo, pero aún no sabían nada... ¿Quizás le quisiera pedir un favor? Alguien rico es el blanco perfecto cuando necesitas que te hagan uno, eso está claro...
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#30
El amejin le hizo un gesto para que le siguiera, a lo que Takumi le hizo otro para que esperara un momento.

Ha sido un placer conocerle, Takato-san. Tenga mucha suerte en su entrega.. —Finalizó con una reverencia y ya tras despedirse comenzó a seguir a su compañero.

Comenzaron a callejear, sin un rumbo fijo.

¿Sabes donde está la taberna de este lugar? Quizás sea un buen sitio por el que empezar, ahora que sabemos algo...

Si no recordaba mal por aquel barrio tenía que haber una taberna unas calles más abajo, podrían probar por ahí. Llevaba un buen tiempo sin pisar su ciudad natal, pero todo seguía siendo igual y eso le reconfortaba.

Sígueme, creo que había una cerca. —Y comenzó a caminar hacia dónde quería recordar que estaba una taberna.
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