Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Daruu, cruzado de brazos, observaba toda la escena con curiosidad, mientras se daba golpecitos con el dedo en el brazo. Datsue le pidió a Kaido que se quitase la camiseta y luego le bombardeó a preguntas cual bijū desbocado lanzando bijūdamas.
—Oye, oye, la prioridad es el sello —protestó Daruu—. Luego podrémos hablar de la Rata Roja. —Y así, Akame quedaba, de nuevo, re-bautizado por el Demonio de Ojos Blancos, con quien desde el principio de todo había tenido una rivalidad (ahora enemistad) bastante profunda. Era curioso: el defensor a ultranza del trabajo shinobi, el Profesional, ahora convertido en poco más que un genocida sin escrúpulos y surcando los vientos de la "libertad" como exiliado de Uzushiogakure. «Manda cojones.»
Aún así, Kaido estuvo feliz de colaborar y señaló a un punto en lo alto de la cordillera. Una cueva. ¿Sería la Senda del Carámbano? Daruu sintió una pequeña punzada de dolor en el pecho al sentir que quizás la idea había sido del propio Tiburón. El Hyūga estuvo tentado de activar el Sello de la Hermandad Intrépida y contactar con Ayame a golpe de Llueve Nueve, para que escuchase el plan de Sekiryū de ocultarse en los Templos Abandonados de la Hierba. Pero no lo hizo, porque sabía que Amekoro Yui era capaz de lanzarse en un ataque suicida, montada a caballo, u ordenar a su novia que la transportase en un halcón hasta allí.
«Hemos perdido a demasiada gente hoy. No quiero perderla a usted, Yui-sama.»
—Después de lo que han hecho, dudo que acuerden ocultarse en el País de la Tierra —intervino Daruu—. Si mataron a los Señores Feudales, la Tierra buscará venganza. Está justo entre la Tormenta y el Bosque. Podría pedir la ayuda de ambos países, y con lo vivido hoy aquí, estoy seguro de que tanto Amegakure como Kusagakure se lanzarían a echarles una mano. A no ser que quieran jugar a esconderse a plena vista, claro.
»Incluso si la gilipollas de la Morikage no interviniese, Yui ya tiene suficientes razones de peso como para recorrer cada rincón de la Tierra. Sobretodo después de conocer esta información. Estén allí o no.
»No, yo de ellos me iría al Rayo. Sólo hace falta mirar un mapa de Oonindo. Tan extenso como la Tormenta, el Viento y el Fuego. Un vastísimo territorio lleno de bosques y montañas, con cuevas donde ocultarse y guarecerse. Una enorme península lo suficientemente lejos de cualquier aldea como para que les sorprendan. Un poco de vigilancia en la Villa de las Aguas Termales, el único punto de entrada, ¡y zas! Sabes al instante que hay ninjas adentrándose en tu territorio.
»La Tierra tiene mucho monte, sí. Pero está flanqueada por dos de las Grandes, y las montañas pueden ser tanto un escondite como un muro que te encierra. No podrán moverse. Y el País del Rayo tiene puertos. Aunque me imagino que ahora habrá mucha vigilancia.
—Hmm… Pero te olvidas de una cosa, y es que en la Tierra hay cierta heredera con ansia de recuperar el sombrero. Kurawa Ivvatsumi, la hermana del difunto Daimyō y desheredada por su padre hace años. Los rumores dicen que estaba buscando asaltar Notsuba y tomar el poder. Bien, créeme, esos rumores son ciertos —confesó—. En su día realicé una misión de protección para una herrera que, luego descubrí, resultó que estaba fabricando un enorme cargamento de armas para ella. Quizá el tío del Daimyō busque venganza, pero si ella logra subir al poder tras esto…
¿No estaría agradecida, en parte? Le habían hecho el trabajo sucio, después de todo. Aunque para fiarse de unos tipos que buscaban acabar con precisamente lo que ella se convertiría. Además, Daruu tenía razón: el Rayo era más extenso y tenía menos frentes de los que preocuparse. Estaba menos arrinconado.
Sacudió la cabeza.
—No importa. No hablemos de esto ahora. Necesito concentrarme.
Datsue repasó mentalmente todos los datos que conocía. Conexión entre Ryūtos; genjutsu que sugestionaba la conducta de la víctima a niveles grotescos; y un fuego que se activaba al morir para incinerar el cuerpo. ¿Solo al morir? Quizá hubiese otras condiciones que le hiciesen prender la mecha. Como, por ejemplo, que alguien ajeno tratase de romper el jūinjutsu. Aquello era una de las cosas que más le preocupaban.
«Podría cargármelo», supo, con un sudor frío recorriéndole la piel.
«¿Podrías? ¡Deberías! ¡Piensa en la cara que pondría Daruu! ¡Imagínate los gritos de Kaido! ¡Eso sí sería pagarle el favor a Yui! ¡JIA JIA JIA!»
«¡Shukaku!»
«Ah, ¡qué aburrido te has vuelto, coño!»
«Está bien, escucha. Solo hay una forma de eliminarlo por completo: el Kaija Hōin. El Fūja Hōin solo lo dejaría aletargado, y podría presentar problemas a la larga».
«Pero para utilizar el Método de Liberación del Mal necesitamos conocer la fórmula…»
«¡JIA JIA JIA! ¡¿Y de verdad una banalidad como esa nos va a parar?! ¿A mí, Dios del Fūinjutsu? ¿A ti, que eres capaz de revertir la mismísima muerte?»
Las palabras de Shukaku prendieron fuego en la mirada de Datsue. «No. No lo hará.»
«Sabemos exactamente qué hace —y sí, da por hecho que ese sello reducirá a cenizas a Kaido si piensa que lo están suprimiendo. Necesitamos un cortafuegos para eso—. Sabemos sus efectos. Ahora solo necesitamos deducir cómo lo hace».
«Ingeniería inversa».
«Exacto».
El Uchiha se sentó, cruzando las piernas, y empezó a hacer garabatos en el suelo con una rama. Aquello que estaba a punto de hacer no se aprendía en la Academia. No, aquello era algo que solo años de estudio empollando en la biblioteca podían dar. ¿Cuántos días, cuántas semanas y meses había pasado estudiando cómo replicar el retrato de Aiko? No lo había logrado, pero por el camino se había curtido. ¿Cuántas más para crear el Sello de Rastreo? ¿Y el Sello de la Hermandad? ¿O el Sello Maldito del Tiempo Inverso?
Sin saberlo, Datsue había estado preparándose para aquel día, absorbiendo conocimientos como una esponja. Tener a Shukaku de mentor ayudaba, claro. También que te corrigiese cuando la fórmula iba por mal camino. El sol fue cayendo paulatinamente del cielo y Datsue perdió la noción del tiempo.
La Primera Fase de la Marca del Dragón. Esta técnica se utiliza para reconducir los deseos e instintos del usuario hacia unos favorables a Dragón Rojo. Para ello, hace uso de los recuerdos y deseos más viscerales del objetivo para mostrárselos en sueños, solo para después convertirlos en pesadillas. El proceso se repite en la mente las veces que sean necesarias, hasta que el subconsciente aprenda a reaccionar negativamente ante aquellos estímulos. En cierta manera, se trata de la misma tortura que ejercen ciertos circos para enseñar a sus animales, quienes aprenden a reaccionar de cierta manera ante estímulos auditivos o visuales para no recibir un castigo.
Luego, se pasa a estímulos positivos, mostrando al usuario lo que podría alcanzar siendo leal al grupo, combinándolos con ciertas problemáticas y dificultades para que cuando despierte, no se encuentre un gran cambio entre lo idílico y la realidad.
El proceso no terminará hasta la reconversión del usuario o su muerte.
Usuarios con suficiente fortaleza mental (Voluntad > 80), puede resistirse todo el tiempo que quiera. Usuarios con Inteligencia > 80 y Voluntad > 60, o con Inteligencia > 100 y Voluntad > 40, logra entender los entresijos del fūinjutsu a tiempo como para engañar al sello maldito y hacerle creer que ha sucumbido a sus deseos.
Los efectos una vez superado el proceso (no se aplican si, de algún modo, se ha engañado al Sello Maldito) son los siguientes:
Voluntad e Inteligencia < 20: El usuario creerá que sigue en uno de sus muchos sueños, y hará lo posible por enmendar los errores de sus “vivencias” y ser leal a Dragón Rojo.
Voluntad e Inteligencia < 40: Tras los primeros días, donde creerá que sigue en un sueño, el usuario empezará a distinguir la realidad con el día a día. No obstante, tendrá tan interiorizado los errores y aciertos de sus “vivencias” que será fiel a Dragón Rojo, y a lo aprendido en sus sueños. Nada puede hacerle desviar de su camino.
Voluntad e Inteligencia < 60: El usuario, tras haber transcurrido al menos 24 horas y haber dormido, se da cuenta que está en la realidad. No obstante, tiene interiorizado en su subconsciente los muchos beneficios que le aportará Dragón Rojo, así como los fracasos y frustraciones de elegir un camino distinto, lo que le conducirá a ser fiel a Dragón Rojo. No obstante, puede tener sus propias ideas de lo que debería ser la organización y cómo llegar a sus objetivos finales, y discutir o incluso enfrentarse a otros Cabezas de Dragón, si así lo desea, para conducir al grupo por ese camino.
Con el paso del tiempo (3 meses), el usuario, puede empezar a cuestionarse los motivos y razones que le llevan a estar allí, e incluso, si así lo quiere, traicionar al propio grupo, de tener una razón de peso.
Voluntad o Inteligencia 80 o mayor: Ya sea por su gran fortaleza mental, o porque es lo suficientemente inteligente como para suprimir los estímulos que recibe su cuerpo, el usuario puede, si así lo desea, ir en contra de lo que le pide el cuerpo y lo que cree que es su instinto y traicionar a Dragón Rojo. No obstante, siempre tendrá más dudas de lo normal, y tiene que darse un motivo de peso para revelarse durante el primer mes del sellado.
Voluntad o Inteligencia 100 o mayor: No le afecta.
Alguien con suficientes conocimientos en Fūinjutsu (100), puede revertir la técnica, consiguiendo eliminar dichos efectos si se dan las condiciones descritas en Liberación del Dragón.
Se acercó a Kaido, inspiró hondo y ejecutó una larga tanda de sellos, posando finalmente la palma de la mano en el hombro del Umikiba. En el dragón rojo. Y, entonces…
Daruu abandonó su puesto en la pared de la montaña y se reunió con los otros dos, interesado por la conversación.
—Interesante. Pero obvias el hecho de que sólo los Tres Grandes tienen ejército propio. Querrán mandar investigadores a todos los países, y si alguno se mete por medio, van a sospechar de inmediato. Por no hablar de que, si yo fuera un Daimyō, lo último que me interesaría sería aupar a un grupo de asesinos de Señores.
Pero Datsue zanjó la conversación, y él asintió en acuerdo. Había un tema más apremiante del que ocuparse, como él mismo había dicho.
El Uchiha se acuclilló y comenzó a dibujar una serie de símbolos casi mágicos para Daruu con una ramita. El Hyūga no hacía más que mirar por encima del hombro, inclinándose a un lado y a otro con curiosidad para ver mejor. Casi se da de bruces con el cráneo de Datsue cuando este se levantó de golpe, anunciando que había dado con una solución.
Ejecutó la técnica con más sellos que había visto en su vida y posó la palma de la mano en el hombro de Kaido, allá donde tenía la marca.
Y el Tiburón se desplomó.
—Oh… Vaya...
—¿¡Cómo que "oh, vaya"!? —Daruu se golpeó la cara, incrédulo, y corrió a arrodillarse al lado de Kaido—. ¡Te lo has cargado!
Los argumentos de Daruu estaban muy bien fundamentados. El País de la Tierra era el destino más peligroso de todos, aunque no dejaba de ser un territorio que Zaide conocía muy bien. Se movió durante años por el Cañón del Secuestrado, y no se podía descartar que hubiese hecho muchos aliados en ese tiempo, quizás alguno que pudiera tenderle una mano y esconderlos durante un tiempo hasta que lograsen reorganizarse del todo. Conseguir nuevos miembros, pensó Kaido, era una prioridad. Y ver cómo manejar los recursos tras la sentida muerte del testaferro del grupo. Pero si los Ryūto contemplaban los mismos hechos que ponía Daruu sobre la mesa, quizás, tendrían que sentirse disuadidos de ir a Tsuchi. Unraikyo, estratégicamente, sonaba como un destino mejor, teniendo muy en cuenta las circunstancias que padecía la organización. Que no en vano eran conscientes del acoso al que se verían sometidos después de la masacre causada en el Torneo de los Dojos.
Kaido miró a ambos.
—Estoy seguro de que contemplan todo eso, pero al final dependerá de la votación. Y ahora mismo Ryū está en desventaja respecto a Zaide, porque digamos que Akame tiene cierta tendencia a entenderse mejor con su pariente Uchiha; así que estoy casi seguro de que irán a donde Uchiha Zaide le salga de los huevos.
Finalmente, el tema se dio por zanjado. Datsue comenzó su proceso introspectivo para la ejecución del... ¿desellado? y dibujó garabatos en el suelo. Kaido sintió una temerosa familiaridad. Un oscuro Déjà vu ...
—Es todo como aquél día.
De alguna forma, su subconsciente parecía saber lo que estaba por venir.
Cuando Datsue dijo que lo tenía, Kaido tragó saliva. Infló el pecho, respiró profundo y trató de sentirse tan calmo como podía. Necesitaba tener la mente aguda y la memoria vivaz. Necesitaba saber ahora, más que nunca, que él era el jodido Tiburón de Amegakure.
Sólo así podría volver.
Pero realmente nunca supo que se había ido. Su cuerpo cayó como una bola de plomo, desparramándose en el suelo. Respiraba. No estaba muerto, tan sólo estaba dormido. Muy dormido.
. . .
Umikiba Kaido abrió los ojos, en un mundo paralelo. Era un sitio extraño, carente de vida. Todo estaba vacío. A su alrededor solo había una penumbra indistinguible, como si no hubiese salida alguna. Él estaba allí, sin camisa. Se vio el brazo instintivamente —no sabía el porqué sintió esa necesidad, pero lo hizo—. y no tenía el tatuaje del Dragón en el brazo. En cambio, yacía parado sobre un símbolo enorme de un Dragón de Ocho Cabezas, como el que había dibujado Otohime alguna vez.
Kaido le conocía muy bien, tanto como la palma de su mano. Tanto como su propio reflejo. No por nada, quien tenía frente a él...
...era a sí mismo.
Una réplica perfecta. Con aquella mirada azul. Con aquellos dientes afilados. Con aquel porte orgulloso. Con aquel torso desnudo y musculado. Eso sí, aquella copia conservaba el tatuaje del dragón rojo. Su bautizo era visible en su hombro.
Su boca se torció en una sonrisa desdeñosa.
—Mírate, volviendo al acuario como un pececillo asustado. ¿De verdad pensaste que te dejaría? ¿Después de saborear el océano? ¿Después de sentir la grandeza? ¿Y tú, queriendo volver a la pecera? —Hizo un ademán con la mano, como si quisiese cortar el viento—. ¡JAMÁS!
El Ryūto desenfundó su uchigatana y rasgó el aire con la hoja. De ella, una hoz cortante de agua salió despedida hacia el ninja de Amegakure.
Umikiba Kaido, Ryūto de Dragón Rojo
· PV:
240/240
–
· CK:
270/330
–
-60
–
Daños propuestos: 100 PV
— Portaobjetos básico [en la cadera izquierda](9/10)
Hilo shinobi x1, 3 usos
Shuriken x1
Kunai x3
Ōkina Hyōrōgan x1
Kemuridama x1
A-ranku no Kibaku Fuda x1
Esposas supresoras de chakra x1
— Portaobjetos Avanzado [En el muslo derecho](4/10)
Hikaridama x1
Shuriken x2
Oto Fuda x1
— Uchigatana
Quinta evolutiva, perfil de Kaido
¤ Liberación del Dragón
Cuando el Bautizo del Dragón es roto sin conocer y poner remedio a uno de sus efectos, conocido como la Liberación del Dragón, el sello maldito todavía tiene una última oportunidad de subyugar a su usuario, siempre y cuando haya pasado al menos 6 meses desde que el sello fuese colocado.
Cumplidas las condiciones, el usuario se desmayará y, a nivel subconsciente, aparecerá en un lugar vacío frente a una réplica de sí mismo. A esta réplica se le conoce como su yo-dragón, y es la persona en quien se convirtió tras ser bautizado.
El usuario, recuperando su personalidad de antaño, deberá luchar contra dicha réplica. Un combate a muerte que decidirá quién se hace con el control del cuerpo. Si muere el yo-dragón, los efectos del Bautizo surgen efecto.
Esta cuenta representa a la totalidad de los administradores de NinjaWorld.es
—Sssh. —chistó Daruu. Las venas de los laterales de sus ojos se habían hinchado, y la leve sombra de dos pupilas alumbraban sus Byakugan—. Está vivo. Pero le está pasando algo.
Dos Kaido, uno frente al otro. Aquél que fue subyagado a la voluntad de Dragón Rojo versus el Kaido que alguna vez fue. El de Amegakure. El Verdadero Tiburón.
Ambos sonreían, como siempre. Aunque en esta ocasión, Umikiba Kaido no iba a ceder tan fácil ante esa imagen manchada de sí mismo. Ahora era consciente de que esa persona no era él.
—Mírate, volviendo al acuario como un pececillo asustado. ¿De verdad pensaste que te dejaría? ¿Después de saborear el océano? ¿Después de sentir la grandeza? ¿Y tú, queriendo volver a la pecera? ¡JAMÁS!
¡Fiusj! la reconoció apenas su oponente realizó el movimiento con la espada. Después de todo, aquello era de su propia invención. Una técnica delicada, hermosa, y letal. Donde la unión entre su espada en las partículas de agua en el aire daban luz a una filosa navaja de agua que surcaba los aires como un cóndor hacia su víctima más que decidida a cercenar los cuerpos a la mitad. Kaido no se movió en lo absoluto. Vio como ésta recorría los metros que le separaban. La esperó, y la esperó mientras rebuscaba algo en su portaobjetos. No dejó que le cortara, sin embargo, aunque con el suika hubiese podido evitar una herida mortal. Así que saltó con mucha fuerza y curvó el cuerpo para que la hoja de agua transitara los linderos bajo suyo y se perdiera en la eterna nada que les rodeaba.
Kaido aterrizó de pie tras dar una limpia voltereta, a un metro más adelante. Blandió a Nokomizuchi con fiereza y habló, tan fuerte que esperaba que todos sus amigos le escucharan afuera del limbo en el que se encontraban.
—No te engañes, Kaido. Sólo saboreaste el océano que ellos quisieron. Y el mar es vasto. Los océanos numerosos. Un verdadero tiburón no se subyaga a las corrientes de un animal que surca los cielos y no nuestras aguas —dijo—. nunca fuiste grande. Siempre alguien te hacía sombra. Shaneji el primero... pues no eras más que su perra. Deberías darle las gracias a Akame que te lo quitó de en medio.
Respiró profundo y esperó. Ahora lo entendía. Allí no iba a vencer al menos que ganase los dos pulsos. El físico y el mental.
Umikiba Kaido, Tiburón de Amegakure
· PV:
240/240
–
· CK:
330/330
–
1 AO
Hilo shinobi x1, 3 usos
Shuriken x1
Kunai x3
Ōkina Hyōrōgan x1
Kemuridama x1
A-ranku no Kibaku Fuda x1
Esposas supresoras de chakra x1
— Portaobjetos Avanzado [En el muslo derecho](4/10)
Hikaridama x1
Shuriken x2
Oto Fuda x1
— Uchigatana [En Ryūgū-jō][Vínculo sanguíneo]
—Gran Pergamino de invocación de la familia Same [En Ryūgū-jō][Vínculo sanguíneo]
¤ Gran Pergamino de invocación de la familia Same - Tipo: Herramienta - Tamaño: Grande - Requisitos: - - Precio: - - Uso: Permite firmar el pacto de invocación de tiburones
Umikiba Kaido fue elegido por la mismísima Reina del Océano para ser el poseedor del Gran Pergamino. Se desconoce quién fue su antiguo poseedor, mas todo indica que murió antes de poder elegir un sucesor.
Enrollado, este pergamino mide 1,7 metros de largo y 35 cm de diámetro. Tras firmar en él con sangre, un ninja obtiene el Pacto con la familia Same.
— Nokomizuchi [Colgada a su espalda]
¤ Nokomizuchi - Tipo: Arma de filo - Requisitos (dos manos): Destreza 30, Fuerza 35 - Requisitos (una mano): Destreza 40, Fuerza 50 - Precio: Botín - Daño: 15 PV/golpe con mango o vaina, 25 PV/corte superficial, 35 PV/corte - Efectos adicionales: Estado alterado — Hemorragia leve (-5 PV/ 4 turnos) (sólo corte)
De 20 centímetros de empuñadura y 60 centímetros de longitud de hoja y 20 de anchura, esta espada larga es de única manufactura. El filo es curvo en su extremo, lo que imposibilita ser clavada, pero a cambio tiene los dos bordes completamente aserrados, por lo que, además de resultar potencialmente letal, las heridas provocadas por esta espada sangrarán copiosamente durante un buen tiempo. Es capaz de rivalizar con casi cualquier arma existente.
Al tratarse de un arma de filo cuyas proporciones se adaptan a la Fuerza del usuario, todas las bonificaciones para Nokomizuchi provendrán de éste atributo, tanto para los daños del arma como para las técnicas de Kenjutsu realizadas con esta espada.
Kaido cerró la boca con fuerza y sus dientes resonaron con el peligro de una trampa para osos al cerrarse.
—¡Debería coserte la boca a hostias por hablar así de Shaneji! —rugió, con los ojos encendidos con las llamas del Heraldo—. ¿Así hablas del único mentor decente que tuvimos? Shaneji fue el único que hizo algo por nosotros. ¡Nos enseñó el verdadero camino de un Hōzuki! ¡Fue él quien nos introdujo a la familia Same! ¡Fue él quien nos guio hacia nuestro destino como Umi no Shisoku! ¿Qué hice en cambio Yarou, aparte de traicionarnos? ¿Qué hizo ese vejestorio?
Sus preguntas eran saetas directas al pecho del amejin.
—¿Me hablas a mí de sombras? Tú, que siempre estuviste a la sombra de Yui. De Shanise. De Daruu. También de Ayame, la Jinchūriki. Joder, solo hay que ver quién tiene el sombrero. ¿De verdad pensabas que Yui te lo tenía reservado para ti? —soltó una carcajada ácida—. Eres patético.
Su mano libre ejecutó el sello del Carnero y en un parpadeo se puso frente al amejin. Sus manos blandieron la uchigatana e hicieron que su hoja se encontrase con nozomizuchi. Pero no le atacó, sino que ejecutó un rápido movimiento de muñeca circular para mandar volando la espada de su contrario por los aires.
Acto seguido, blandió la katana en una luna creciente que rasgaría el torso de su yo-pasado como si no fuese más que un recuerdo malo.
Umikiba Kaido, Ryūto de Dragón Rojo
· PV:
240/240
–
· CK:
184/330
–
-14
–
-20
–
-48
–
Daños propuestos: 80 PV
— Portaobjetos básico [en la cadera izquierda](9/10)
Hilo shinobi x1, 3 usos
Shuriken x1
Kunai x3
Ōkina Hyōrōgan x1
Kemuridama x1
A-ranku no Kibaku Fuda x1
Esposas supresoras de chakra x1
— Portaobjetos Avanzado [En el muslo derecho](4/10)
28/07/2020, 19:46 (Última modificación: 28/07/2020, 20:08 por Umikiba Kaido. Editado 3 veces en total.)
¿Que qué hizo ese vejestorio?...
Liberarnos de una gran carga. Encargarse él de todos los traidores. Asumir responsabilidades que no eran suyas. Darnos una oportunidad de una vida larga y feliz. Con amigos. Con familia, esa de la que le habían privado un séquito de viejos podridos ansiosos de poder. ¿Qué había hecho Shaneji, en cambio? ¿tratar de engatusarnos para recuperar la pureza del linaje? ¡No era tan distinto de los Kajitsu que trataron de llevarse a Ayame, ni tan diferente a su propio reducto!
Kaido estaba cansado de ese tipo de gente. No era lo que necesitaba en su vida.
Un súbito parpadeo, y su oscuridad apareció frente a él. Su capacidad de reacción fue suficiente para parar el primer envite de la Uchigatana, pero lo cierto es que fue incapaz de poner a tiempo su otra mano en el mango para que su sujeción fuese más fuerte. Por esta razón, y víctima de una de esas triquiñuelas que usan los usuarios de espada para desarmar a sus oponentes, Kaido perdió el agarre de Nokomizuchi, que cayó a una zancada de su actual posición.
De pronto se sintió desnudo sin su vieja amiga. Vio el arma de su yo-oscuro moverse hacia él en una luna creciente, y entonces supo lo que venía. Tan sólo tuvo tiempo de alzar su brazo derecho —aquél que no llegó a usar para el enfrentamiento de agarres—. y lo interpuso al primer corte. Lo primero que atravesó la Uchigatana fue eso, su brazo. Este se cercenó entero, al igual que el resto de su torso y rostro, que desapareció en una explosión de agua.
Lo curioso de todo esto es que, en lo que Kaido terminaba de ser cortado, al suelo cayó una pequeña esfera que tenía sujeta en la mano cortada, que explotó sorpresivamente. Un intenso fogonazo de luz envolvió entonces al Ryūto, brillo que no afectó al Kaido real puesto que había cerrado los ojos, consciente de que la hikaridama iba a estallar. Esta apropiada consecución de eventos creó entonces una grandiosa oportunidad, en la que Umikiba Kaido aprovechó la ceguera de su contrincante para hacerle daño.
El disparo seco de su bala de agua atravesó el pecho de su otro yo. Además, le encajó una patada en el pecto para mandarlo a volar, lejos.
—Es un orgullo estar a la sombra de Amekoro Yui. Después de todo, ella es mi Kage.
Umikiba Kaido, Tiburón de Amegakure
· PV:
184/240
–
-56
–
· CK:
278/330
–
-10
–
-42
–
1 AO revelada: sacar la bomba de luz de su portaobjetos.
— Portaobjetos Avanzado [En el muslo derecho](4/10)
Hikaridama x1
Shuriken x2
Oto Fuda x1
— Uchigatana [En Ryūgū-jō][Vínculo sanguíneo]
—Gran Pergamino de invocación de la familia Same [En Ryūgū-jō][Vínculo sanguíneo]
¤ Gran Pergamino de invocación de la familia Same - Tipo: Herramienta - Tamaño: Grande - Requisitos: - - Precio: - - Uso: Permite firmar el pacto de invocación de tiburones
Umikiba Kaido fue elegido por la mismísima Reina del Océano para ser el poseedor del Gran Pergamino. Se desconoce quién fue su antiguo poseedor, mas todo indica que murió antes de poder elegir un sucesor.
Enrollado, este pergamino mide 1,7 metros de largo y 35 cm de diámetro. Tras firmar en él con sangre, un ninja obtiene el Pacto con la familia Same.
— Nokomizuchi [Colgada a su espalda]
¤ Nokomizuchi - Tipo: Arma de filo - Requisitos (dos manos): Destreza 30, Fuerza 35 - Requisitos (una mano): Destreza 40, Fuerza 50 - Precio: Botín - Daño: 15 PV/golpe con mango o vaina, 25 PV/corte superficial, 35 PV/corte - Efectos adicionales: Estado alterado — Hemorragia leve (-5 PV/ 4 turnos) (sólo corte)
De 20 centímetros de empuñadura y 60 centímetros de longitud de hoja y 20 de anchura, esta espada larga es de única manufactura. El filo es curvo en su extremo, lo que imposibilita ser clavada, pero a cambio tiene los dos bordes completamente aserrados, por lo que, además de resultar potencialmente letal, las heridas provocadas por esta espada sangrarán copiosamente durante un buen tiempo. Es capaz de rivalizar con casi cualquier arma existente.
Al tratarse de un arma de filo cuyas proporciones se adaptan a la Fuerza del usuario, todas las bonificaciones para Nokomizuchi provendrán de éste atributo, tanto para los daños del arma como para las técnicas de Kenjutsu realizadas con esta espada.
¤ Suika no Jutsu ¤ Técnica de la Hidratación - Tipo: Apoyo - Rango: A - Requisitos:Hōzuki 10 - Gastos:
0'4 * daño a bloquear CK (mínimo 6)
6 CK para otros usos (divide regen. de chakra) (ver descripción)
- Daños: - - Efectos adicionales:
Convierte el cuerpo del usuario en agua líquida para otorgarle ciertas características (ver descripción).
(Hōzuki 10) Permite reducir el daño por Taijutsu, armas y otros golpes físicos hasta en un 25%.
(Hōzuki 25) Permite reducir el daño por Taijutsu, armas y otros golpes físicos hasta en un 50%, y además, el daño de técnicas hasta en un 20%.
(Hōzuki 60) Permite reducir el daño por Taijutsu, armas y otros golpes físicos hasta en un 100%, y además, el daño de técnicas hasta en un 30%.
Técnica insignia del clan Hōzuki. Los miembros del clan son capaces de licuar cualquier parte de su cuerpo, desde un simple pelo hasta convertirse por completo en agua. Esto les permite reducir el daño de ataques físicos enemigos, evitar heridas mortales, infiltrarse en una estructura o mezclarse con una superficie acuática para lanzar un ataque sorpresa. De esta técnica se derivan muchas otras, fruto de la capacidad del Hōzuki para modificar cualquier parte de su cuerpo a voluntad. Cuando un usuario de la técnica se desmaya mientras la utiliza, se transforma en una especie de masa gelatinosa.
El jutsu es muy versátil, no obstante, tiene dos grandes puntos débiles: el primero es que el usuario debe ser capaz de prevenir que va a recibir un golpe para absorberlo, o transformarse nada más recibirlo, por lo que queda vulnerable a ataques a los que no pueda reaccionar (de sigilo y por la espalda). El segundo es que si una técnica de Raiton impacta en el usuario mientras está utilizando esta o cualquier técnica que requiera el Suika como requisito, éste recibirá un 50% más de daño por parte de dicha técnica.
El uso de soporte no puede utilizarse para esquivar un ataque en el momento en el que se lo lanzan al usuario.
¤ Mizudeppō no Jutsu ¤ Técnica de la Pistola de Agua - Tipo: Ofensivo (cortante) - Rango: S - Requisitos:
Hōzuki 70
Suika no Jutsu
- Gastos: 42 CK por disparo - Daños: 70 PV por disparo - Efectos adicionales: - - Carga: 2 - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones: 10 metros
Imitando con su mano la forma de una pistola y utilizando el Suika no Jutsu, el usuario comprime el agua en la punta del dedo. El disparo se produce con una tremenda fuerza y velocidad que produce un sonoro estallido y es incluso capaz de perforar fácilmente un cuerpo humano.
El usuario puede aumentar la potencia de la técnica utilizando ambas manos para disparar de forma simultánea dos balas de agua, haciendo el ataque aún más letal.
Kaido dejó escapar un aullido cuando el fogonazo penetró sus pupilas como una daga afilada. Soltó la uchigatana en un acto reflejo, llevándose las manos a los ojos. Supo en aquel momento que iba a recibir un ataque. Es lo que haría cualquier ninja, y más si ese ninja era él.
El sonido del disparo tan solo lo corroboró.
Su cuerpo entero se hizo agua para recibir el balazo en la cabeza o el pecho —eran los dos únicos sitios a los que él apuntaría—, y dejó que la bala de agua atravesase finalmente su caja torácica, limpiamente. Se volvió a hacer sólido y fue justo en ese momento cuando recibió una patada en el pecho.
—¡Ugh!
Su cuerpo salió despedido hacia atrás y plantó los pies en el suelo, que se arrastraron por varios metros antes de frenarle por completo. Tomó una bocanada de oxígeno, pues el impacto le había robado el aire de los pulmones.
Su zurda jugueteó en su portaobjetos.
—¿Tu Kage? —rio, una carcajada burlona y ácida. Levantó el mentón y le miró desde arriba—. Creo que te has perdido algo. ¿Te refresco la memoria? Esa perra ha dejado de serlo desde que nosotros matamos a su hermano. ¿Acaso lo olvidaste?
Estiró el puño izquierdo, cerrado, en dirección a Kaido.
—Ahora tu Kage es Daruu. ¿También estás orgulloso de estar a su sombra? ¿De ser su perrito faldero?
¡PAM!
El puño salió disparado, directo al pecho del amejin.
Umikiba Kaido, Ryūto de Dragón Rojo
· PV:
171/240
–
-49
–
-20
–
· CK:
158/330
–
-8
–
-18
–
Daños propuestos: 30 PV Acciones ocultas: 1
— Portaobjetos básico [en la cadera izquierda](9/10)
Hilo shinobi x1, 3 usos
Shuriken x1
Kunai x3
Ōkina Hyōrōgan x1
Kemuridama x1
A-ranku no Kibaku Fuda x1
Esposas supresoras de chakra x1
— Portaobjetos Avanzado [En el muslo derecho](4/10)
No. No se había olvidado de Amedama Daruu. ¿Cómo podría?
¿Cómo podría olvidar a alguien con el corazón del tamaño de la cabeza de Sumizu Kouta? ¿Quien a pesar de todo, incluyendo el daño que le había hecho a Ayame, incluso, le había tendido una mano en su momento de mayor necesidad? ¿Quién sino él, Daruu-kun, llama amigo a alguien que además de traicionarlo, llevaba desaparecido de su vida desde hacía dos años?
¿Quién?
Sólo él. Sólo ellos.
—¡No pierdas tu tiempo, Dragón! —dijo, ejecutando el sello del tigre justo cuando su oponente desencajaba su brazo como un cohete de agua. De la boca de Umikiba Kaido salió entonces una esfera de agua comprimida de un diámetro mayor a la extremidad voladora; que impactó contra ella a mitad del camino. El Teppōdama de alguna forma consumió el Sentan Taihō, volviéndolo parte de sí mismo y usando parte de su poder para que la esfera siguiera su curso hacia el Ryūto.
«Ya no soy el mismo de antes»
El Kaido original aprovechó la devolución para correr hacia un costado en diagonal, y arrojarle dos shuriken que sacó de su portaobjetos en el trayecto.
Umikiba Kaido, Tiburón de Amegakure
· PV:
184/240
–
· CK:
242/330
–
-36
– Daños causados: 45 PV y/o 8 o 12 PV por Shuriken x2
Kaido: 60 PV (técnica) + 80 Poder = 140
Kaido oscuro: 30 PV (técnica] + 80 Poder = 110
140 - 110 = 30 + 50% del daño base de la técnica perdedora, al ser de la misma naturaleza: 45 PV
Hilo shinobi x1, 3 usos
Shuriken x1
Kunai x3
Ōkina Hyōrōgan x1
Kemuridama x1
A-ranku no Kibaku Fuda x1
Esposas supresoras de chakra x1
— Portaobjetos Avanzado [En el muslo derecho](4/10)
Hikaridama x1
Shuriken x2
Oto Fuda x1
— Uchigatana [En Ryūgū-jō][Vínculo sanguíneo]
—Gran Pergamino de invocación de la familia Same [En Ryūgū-jō][Vínculo sanguíneo]
¤ Gran Pergamino de invocación de la familia Same - Tipo: Herramienta - Tamaño: Grande - Requisitos: - - Precio: - - Uso: Permite firmar el pacto de invocación de tiburones
Umikiba Kaido fue elegido por la mismísima Reina del Océano para ser el poseedor del Gran Pergamino. Se desconoce quién fue su antiguo poseedor, mas todo indica que murió antes de poder elegir un sucesor.
Enrollado, este pergamino mide 1,7 metros de largo y 35 cm de diámetro. Tras firmar en él con sangre, un ninja obtiene el Pacto con la familia Same.
— Nokomizuchi [Colgada a su espalda]
¤ Nokomizuchi - Tipo: Arma de filo - Requisitos (dos manos): Destreza 30, Fuerza 35 - Requisitos (una mano): Destreza 40, Fuerza 50 - Precio: Botín - Daño: 15 PV/golpe con mango o vaina, 25 PV/corte superficial, 35 PV/corte - Efectos adicionales: Estado alterado — Hemorragia leve (-5 PV/ 4 turnos) (sólo corte)
De 20 centímetros de empuñadura y 60 centímetros de longitud de hoja y 20 de anchura, esta espada larga es de única manufactura. El filo es curvo en su extremo, lo que imposibilita ser clavada, pero a cambio tiene los dos bordes completamente aserrados, por lo que, además de resultar potencialmente letal, las heridas provocadas por esta espada sangrarán copiosamente durante un buen tiempo. Es capaz de rivalizar con casi cualquier arma existente.
Al tratarse de un arma de filo cuyas proporciones se adaptan a la Fuerza del usuario, todas las bonificaciones para Nokomizuchi provendrán de éste atributo, tanto para los daños del arma como para las técnicas de Kenjutsu realizadas con esta espada.
¤ Suiton: Teppōdama ¤ Elemento Agua: Esfera Bala - Tipo: Ofensivo (contundente) - Rango: C - Requisitos:Suiton 30 - Gastos: 36 CK - Daños: 60 PV - Efectos adicionales:(Suiton 80) El usuario puede reducir un nivel la velocidad de la bala para lanzarla en una parábola - Sellos: Tigre - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones: La bola de agua mide 1 metro de diámetro, y alcanza los 15 metros antes de estallar si no impacta contra algo
El usuario acumula chakra y lo convierte en agua, escupiéndolo en forma de bolas de agua muy condensada. Se dice que la velocidad de esta técnica hace que el impacto de la esfera acuática sea similar al de una bala de cañón. Es posible disparar varias seguidas, si el usuario decide gastar más chakra, aunque tiene que esperar unos segundos entre un lanzamiento y otro.
Kaido estiró los brazos y recibió aquel ataque en el pecho —más los shurikens laterales— como hubiese hecho el mismísimo Ryūnosuke. Sin molestarse en esquivarlo, sin siquiera prestarle atención. Su cuerpo dejó de ser sólido, las estrellas metálicas le atravesaron, y la esfera comprimida le atravesó el pecho e hizo que todo su ser cayese en un torrente de agua que inundó una de las Cabezas de Dragón que decoraban el suelo.
El agua burbujeó, elevándose como el magma en un volcán en erupción, solo que convirtiéndose en algo peor. Peor que la lava derramándose por la ladera de una montaña y precipitándose hacia el pueblo que residía en el valle. Peor que mil grados de magma acariciando tu piel. Peor que una catástrofe natural. Peor que un bijū concentrando una esfera de energía en la boca.
No, a quien creó fue a Kaido, Ryūto de Sekiryū. La leyenda hecha realidad. Hijo del Océano y participante del mayor golpe en la historia moderna de Ōnindo. Había entrado en la Prisión del Yermo, y esta se convirtió en una jaula de llamas y destrucción. Se había enfrentado a un ejército de orcas en las profundidades de un mar, y las criaturas marinas bautizaron aquel lugar desde aquel día como el Mar Rojo. Había entrado en el torneo del Valle, custodiado por las tres grandes villas, sus mejores ninjas y sus tres grandes Kages, y el estadio se convirtió en caos y lamentos. En llantos y sangre. En pérdidas de un solo bando. Uno solo.
¿Qué era ahora Kaido el amejin, sino una mosca más en su camino?
—Me avergüenzas. ¡Ni siquiera noté el gole! —exclamó, burlón—. Mírate: te llamas a ti mismo Tiburón, pero tus dientes son de leche. Kaido el Pececillo te quedaría mejor como apodo, ¿no crees?
Umikiba Kaido, Ryūto de Dragón Rojo
· PV:
140/240
–
-31
–
· CK:
136/330
–
-12
–
-10
–
Daños propuestos: Acciones reveladas: En el puño cerrado iba una Oto Fuda.
— Portaobjetos básico [en la cadera izquierda](9/10)
Hilo shinobi x1, 3 usos
Shuriken x1
Kunai x3
Ōkina Hyōrōgan x1
Kemuridama x1
A-ranku no Kibaku Fuda x1
Esposas supresoras de chakra x1
— Portaobjetos Avanzado [En el muslo derecho](4/10)
Quizás, sí, había sido el Ryūto el que vivió cada una de esas travesías: el Bautizo. La primera y la segunda gran Reunión. La infiltración a la Prisión del Yermo. El viaje a las profundidades del Océano. El retorno a las cavernas de Ryūgū-jō. Lo curioso, es que aunque fuera el Dragón el que estuviera en la superficie, Kaido el Tiburón lo veía todo desde las profundidades. Recabando información. Aprendiendo de su alter ego y de cada error que cometía, pensando en que iba a usar esa información para derrotarlo en cuanto tuviera la oportunidad. Y esa oportunidad, había llegado.
Oh, Umikiba Kaido había estado observando muy bien.
—Já. Tú no notas mis golpes —dijo, mientras sacaba un kunai del portaobjetos—. y yo no noto tus palabras.
Cuando lo arrojó hacia el Ryūto, el movimiento del arma generó un súbito destello. No era otra bomba de luz sin embargo, sino una habilidad básica pero muy útil que le enseñan a los usuarios del Kenjutsu para cegar momentáneamente a sus oponentes a través del filo de su arma.
Kaido ejecutó el sello del tigre y comenzó a correr hacia su yo-oscuro mientras este recobrara la visión.
Umikiba Kaido, Tiburón de Amegakure
· PV:
184/240
–
· CK:
237/330
–
-5
– Daños causados: 18 PV/penetración kunai
1 AO
Hilo shinobi x1, 3 usos
Shuriken x1
Kunai x3-1
Ōkina Hyōrōgan x1
Kemuridama x1
A-ranku no Kibaku Fuda x1
Esposas supresoras de chakra x1
— Portaobjetos Avanzado [En el muslo derecho](4/10)
Hikaridama x1
Shuriken x2
Oto Fuda x1
— Uchigatana [En Ryūgū-jō][Vínculo sanguíneo]
—Gran Pergamino de invocación de la familia Same [En Ryūgū-jō][Vínculo sanguíneo]
¤ Gran Pergamino de invocación de la familia Same - Tipo: Herramienta - Tamaño: Grande - Requisitos: - - Precio: - - Uso: Permite firmar el pacto de invocación de tiburones
Umikiba Kaido fue elegido por la mismísima Reina del Océano para ser el poseedor del Gran Pergamino. Se desconoce quién fue su antiguo poseedor, mas todo indica que murió antes de poder elegir un sucesor.
Enrollado, este pergamino mide 1,7 metros de largo y 35 cm de diámetro. Tras firmar en él con sangre, un ninja obtiene el Pacto con la familia Same.
— Nokomizuchi [Colgada a su espalda]
¤ Nokomizuchi - Tipo: Arma de filo - Requisitos (dos manos): Destreza 30, Fuerza 35 - Requisitos (una mano): Destreza 40, Fuerza 50 - Precio: Botín - Daño: 15 PV/golpe con mango o vaina, 25 PV/corte superficial, 35 PV/corte - Efectos adicionales: Estado alterado — Hemorragia leve (-5 PV/ 4 turnos) (sólo corte)
De 20 centímetros de empuñadura y 60 centímetros de longitud de hoja y 20 de anchura, esta espada larga es de única manufactura. El filo es curvo en su extremo, lo que imposibilita ser clavada, pero a cambio tiene los dos bordes completamente aserrados, por lo que, además de resultar potencialmente letal, las heridas provocadas por esta espada sangrarán copiosamente durante un buen tiempo. Es capaz de rivalizar con casi cualquier arma existente.
Al tratarse de un arma de filo cuyas proporciones se adaptan a la Fuerza del usuario, todas las bonificaciones para Nokomizuchi provendrán de éste atributo, tanto para los daños del arma como para las técnicas de Kenjutsu realizadas con esta espada.
¤ Iaido: Nikkou ¤ Camino del Iai: Brillo del Sol - Tipo: Apoyo - Rango: D - Requisitos:Kenjutsu 10 - Gastos: 5 CK - Daños: - - Efectos adicionales: Ceguera de unos instantes - Carga: 2 - Velocidad: Instantánea - Alcance y dimensiones: 5 metros
El término Iaido representa un estilo específico de kenjutsu que consiste en movimientos limpios, controlados y rápidos de desenfunde y enfunde de la espada, de una forma tan rápida que resulta imperceptible. De esta forma, se consigue confundir a un posible enemigo. Este arte fue inventado por los samuráis, y desarrollado como un arte de lucha con espada instantáneo capaz de anticiparse a los sellos manuales de los shinobi. En esta aplicación del Iaido, el usuario desenfunda ligeramente la espada y vuelve a enfundarla imperceptiblemente, reflejando la luz del Sol (o una luz artificial, o de la luna si está visible) y potenciándola con su chakra, generando un destello lo suficientemente cegador como para incapacitar a un grupo de adversarios durante un pequeño instante. Después de cada uso, la técnica se va volviendo más predecible y evidente.
Una nueva ceguera, esta vez producida por el filo de un arma. En aquella ocasión, sin embargo, no llegó el disparo mortal. Tan solo la mordida de un mosquito. Un mero kunai clavándose en su hombro.
Ni siquiera activó el Suika.
Con la vista recuperada, Kaido sonrió. Ahora era él quien tenía un kunai en la diestra —lo sujetaba con la mano estirada hacia adelante, a la altura de los ojos y con el largo del filo de lado—. Conocía al cabrón que se abalanzaba ahora sobre él como la palma de su mano. Sabía que no usaba una treta como aquella para nada. Sabía que lo gordo llegaba ahora.
Oh, desde luego que iba a llegar.
Umikiba Kaido, Ryūto de Dragón Rojo
· PV:
122/240
–
-18
–
· CK:
156/330
–
+20
–
Daños propuestos: Acciones ocultas: 1 nueva.
— Portaobjetos básico [en la cadera izquierda](9/10)
Hilo shinobi x1, 3 usos
Shuriken x1
Kunai x3
Ōkina Hyōrōgan x1
Kemuridama x1
A-ranku no Kibaku Fuda x1
Esposas supresoras de chakra x1
— Portaobjetos Avanzado [En el muslo derecho](4/10)
Hikaridama x1
Shuriken x2
Oto Fuda x1
— Uchigatana
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