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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#1
Ayame se detuvo al fin, con los pies a punto de estallar de dolor. Lentamente, descendió la ladera de la colina y se acercó con cautela a la orilla del río. Se sentó, sin importarle lo húmedo de la tierra, y tras descalzarse de sus botas de ninja metió los pies en el agua.

¡Ah...! —exhaló, con un gemido de alivio cuando las corrientes lamieron sus pies y se llevaron con ellas el abrasador fuego del cansancio.

Llevaba largo tiempo caminando sin descanso. Desde Tane Shigai, donde durante su corta estadía había escuchado los rumores que habían despertado a su insaciable curiosidad, había sido un largo día de viaje. Pero todo valía ahora la pena; pues frente a sus ojos, y dividiendo en dos el río que discurría hacia el norte de camino a su desembocadura, se alzaba el árbol más grande que había visto en toda su vida. Ayame calculaba que se necesitarían varias decenas de personas cogidas de las manos para poder abarcar el diámetro de su increíble tronco, que se alzaba hacia el cielo desplegando largas ramas a modo de brazos que parecían querer perforar las nubes. La primavera, además, había engalanado a aquel gigante con sus mejores dotes, y entre sus hojas verdes se apreciaban una infinidad de delicadas flores blancas a las que el viento arrancaba los pétalos, haciéndolos volar como palomas. Aquel era uno de los mayores orgullos de todo el País del Bosque: era el Árbol Sagrado.

Menuda maravilla... —comentó para sí, apoyando sendos brazos tras su espalda para sostener el peso de su cuerpo—. Creo que es más grande que cualquiera de los rascacielos de Amegakure, ¡más grande que la Torre de Yui-sama! ¿Te imaginas que en lugar de rascacielos tuviésemos árboles, Kokuō?

«Sí. Se llama Kusagakure.»

Y Ayame frunció los labios y entrecerró los ojos ligeramente.

Jo. Cuando quieres eres una borde.
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Sprite por Karvistico.


—Habitación de Ayame: Link

No respondo dudas por MP.
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#2
La morriña.

Melancolía. Tristeza. Añoranza… Todas ellas se aproximaban bastante a lo que sentía Datsue en aquellos momentos, pero ninguna acertaba tan en el blanco como aquella. Sí, Datsue tenía morriña. Por su pueblo natal. Por sus antiguos vecinos y amigos.

Por sus padres.

Recientemente, Datsue había hecho las paces con Daruu. Y este le había dicho una frase lapidaria, que llegó a lo más profundo de su ser: cuando tienes problemas, siempre huyes hacia adelante. Tenía razón. Demasiada. Lo había hecho desde pequeño, desde que se fugó de casa, sin despedirse ni mirar atrás. Ahora, con su Hermano muerto, y Aiko que parecía estar mejor a su aire que con él, el Uchiha estaba pasando por uno de sus peores baches.

Por eso, cuando Daruu le informó por el sello de la Hermandad Intrépida que Ayame iba a estar por Tane-Shigai, lo vio como una señal. Se pasó un día buscándola sin suerte por la ciudad, y luego, sus pasos le llevaron hasta el Árbol Sagrado.

Allí —según le habían contado—, su madre le había llevado al mes de nacer. Para bautizarle. Aunque ella le llamaba omiyamairi, un tradicional ritual que consistía en presentar a tu retoño al Árbol Sagrado. Para pedirle que creciese sano, fuerte y feliz. Para celebrar su nacimiento.

Y ahí se había quedado, colgado de una de las ramas más bajas —que, sin duda, sería condenadamente alta para cualquier árbol normal— sin saber qué hacer. Sin atreverse a dar ese último paso y dirigirse hacia la Ribera del Norte. Llevaba allí mucho tiempo, seguramente más de dos horas, cuando distinguió una muchacha en la lejanía bajando de la colina de en frente. Caminaba con pasos de cervatillo, con cautela, y sus cabellos azabaches ondulaban al son del viento.

El Uchiha se levantó y, con cuidado, se aproximó hasta el extremo de la rama, que era tan larga que se suspendía por encima del río. Luego, se agachó y frunció el ceño. ¿Sus ojos le estaban engañando? ¿O acaso aquella no era…?

Sí, tenía que serlo.

Solo alcanzó a decir una cosa:

Llueve nueve. —Un susurro que se lo llevaría el viento, a muchos, muchos kilómetros de distancia.



¤ Yūkan'na Kyōdai ai
¤ Hermandad Intrépida
- Tipo: Apoyo
- Rango: A
- Requisitos: Fūinjutsu 80
- Gastos: 80 CK sellar, 10 CK activar
- Daños: -
- Efectos adicionales: Permite la comunicación a distancia
- Sellos: Carnero → Jabalí → Liebre → Pájaro → Carnero → Tigre → Caballo → Serpiente (sellar)
- Velocidad: Instantánea
- Alcance y dimensiones: Cuerpo a cuerpo
Sello que se coloca cuerpo a cuerpo o sobre el cuerpo de uno mismo, que permanecerá activo durante (Poder/10) estaciones. Es perfectamente visible, tomando la forma de un kanji (糸, Hermandad), y un pequeño número a la derecha a modo de subíndice.

Todos aquellos que posean el sello podrán activarlo con un pequeño gasto de chakra y comunicarse con otras personas que compartan el mismo número de subíndice. Con Inteligencia 60 o menor, deberá hacerlo hablando a viva voz, y los receptores lo oirán como si les estuviesen hablando directamente desde el sello. Con Inteligencia mayor a 60, podrá hacerlo mediante susurros, con el tono de voz adecuado para que solo se oiga a centímetros del sello. Con Inteligencia 80 o mayor, podrá elegir a qué persona concreta hablar (si hay varias personas que comparten el mismo número de subíndice).

Este jutsu sólo se romperá si otro usuario de Fūinjutsu con una maestría similar lo libera (mayor inteligencia y/o nivel de Fūinjutsu), o si Datsue decide cancelarlo.
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¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado



Grupo 0:
Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80

Grupo 1:
Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80

Grupo 2:
Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80

Grupo 5:
Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
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#3
La herida ya estaba prácticamente curada. La tuvo que ocultar de su madre, eso sí, cosa que no fue nada, nada fácil. Más que nada porque Amedama Kiroe tenía la capacidad de aparecer de la nada absoluta para contarle a uno cualquier chismorreo del que se había enterado invadiendo conversaciones ajenas en la Pastelería. Claro, es que también se trataba de eso. Kiroe había vuelto al servicio activo, pero no salía de la aldea. Su trabajo era, no obstante, muy parecido al que ya desempeñaba cuando sí que lo hacía. Era una espía. Una kunoichi que manejaba información. Lo hacía de la mejor manera que sabía, y utilizando los recursos que tenía al alcance. A veces, hacía escapadas nocturnas. Daruu la veía deslizarse entre las sombras de la calle a través de la ventana de su habitación, empuñando el filo de un arma. Porque además de una espía excelente y la mejor confidente que se podía tener, a Kiroe se le daba muy bien cierta otra cosa:

Interceptar a gente que se desviaba del camino.

Daruu sabía que su madre iba a estar muy ocupada aquél día. En Oonindo, la gente solía trabajar o bien tres o bien cuatro días a la semana —que eran de cinco días, a excepción de la última del mes, donde se añadía un día festivo más—. Los Tsuchiyōbi —el quinto y último día—, en particular, eran perfectos para estar tranquilo. Tenían fiesta asegurada los que trabajaban hasta el día anterior y los que sólo lo tomaban a él como festivo. Eso se traducía en clientes para Kiroe, e indirectamente, soledad para Daruu. De modo que el muchacho se había encerrado en el baño y se había esmerado en limpiar la herida bien, revisar su estado y aplicarse un poco de agua oxigenada.

En cuanto había vuelto a Amegakure había ido a un hospital —el que estaba en dirección contraria al que trabajaba Zetsuo (padre de Ayame y experto en Legeremancia Ante Mínima Sospecha)—, y allí le habían puesto puntos y dado indicaciones para practicarse curas él mismo.

Estaba terminando de atarse las vendas cuando Datsue le sorprendió de nuevo hablándole por el sello que le había colocado el mismo día que también le había colocado aquella herida. Daruu aulló de dolor, porque se había apretado demasiado el nudo sin querer del sobresalto, y mantuvo una pequeña cantidad de chakra cargada en la nuca.

¡Ay, joder, macho, me cago en Amenokami! —dijo, en un grito ahogado en un susurro—. Otra vez me pillas en el peor momento, ¿no te dije que yo te iría informando, que no me contactases si no la habías visto?

Llevaban unos días hablando. Lo justo, la verdad, porque Daruu le había insistido a Datsue que Kiroe estaba siempre al acecho. Al principio, Daruu le informaba de hacia dónde se dirigía Ayame con regularidad, y él, de noche, le contaba si había tenido resultado la búsqueda. La búsqueda nunca había tenido resultado, por supuesto. Al final, Datsue terminó por impacientarse y cada vez contactaba a Daruu más a menudo, preguntándole si sabía algo de Ayame. Daruu tuvo que prometer hablarle a él todos los días, pero le pidió por favor que no le contactase si no era urgente, porque joder, siempre le pillaba cagando, o comiéndose un trozo de pizza callejera —ese no era problema, pero es que más de una vez se le cayó al suelo también del sobresalto, y eso Daruu no lo podía perdonar a nadie—, o hablando con su madre, que eso sí que era jodido. Daruu tenía que carraspear, activar el sello para que Datsue escuchase que estaba con alguien y exclamar: "¡nada, nada, que llueve llueve!". Y parecía retrasado, joder, ¡claro que llueve llueve! ¡Si en Amegakure llovía siempre! Hubiera sido aún peor si el día en el que se lo dijo no hubiese llovido, que los había pocos pero los había. ¡Ahí sí que habría parecido un completo idiota!

Daruu salió del baño y se metió a toda prisa en su cuarto. Cerró la puerta y se tumbó en la cama, cogiendo un libro de la mesita: Los Siete Guardianes Shinobi del Señor de Ultramar. Una novela de ficción que le gustaba mucho, y que contaba la historia de siete ninjas de una isla lejana, lejos de Oonindo, al otro lado del océano. Abrió la obra por una página al azar y fingió que estaba leyéndola —por si su madre decidía aparecer de golpe por la puerta, como siempre—, y siguió:

...a no ser que al fin os hayáis encontrado. ¿Está ahí? —El corazón le latía a mil por hora, y no por el sobresalto, sino porque sentía que aquél día iba a ser... movidito. Incluso desde allí. Quizás peor, porque sólo podía escuchar.
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#4
Completamente ignorante a los subterfugios que se estaban tejiendo a su alrededor como la peligrosa e invisible tela de una araña, Ayame, remolona, estiró los brazos por encima de la cabeza con un débil gruñido de satisfacción. Hacía tanto tiempo que no respiraba una paz así: la calma, el silencio sólo roto por el rumor del agua y el gorjeo de los pajarillos, el susurro del viento entre sus cabellos, el olor de la hierba... Nada ni nadie podría romper una magia así.

¿Verdad?

Pasados unos minutos, Ayame rebuscó en el portaobjetos que llevaba en la parte baja de su espalda y sacó aquella pequeña libreta que siempre llevaba consigo y un lapicero a medio gastar pero con la punta perfectamente afilada, como siempre debía estar. Lo sostuvo entre sus labios.

«¿Aún sigue conservando eso, señorita?»

La voz de Kokuō resonó en su mente cuando la abrió por una determinada página.

Zip.

«¿Es consciente de lo que pasará si se entera su padre?»

Ella se estremeció visiblemente, pero asintió y pasó varias páginas, tomó el lápiz con su diestra y comenzó a garabatear en el papel.
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#5
¡Ay, joder, macho, me cago en Amenokami! —dijo, en un grito ahogado en un susurro—. Otra vez me pillas en el peor momento, ¿no te dije que yo te iría informando, que no me contactases si no la habías visto?

Oh, sí que se lo había dicho, sí. Pero es que resultaba que Datsue, efectivamente, había hecho contacto visual.

...a no ser que al fin os hayáis encontrado. ¿Está ahí?

Datsue pegó el torso a la rama y susurró:

Afirmativo, Ojo Blanco. Míster Intrépido ha hecho contacto visual con El Agua. Solicito permiso para empezar la operación Palomas Blancas.
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Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80

Grupo 1:
Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80

Grupo 2:
Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80

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Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
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#6
Afirmativo, Ojo Blanco. Míster Intrépido ha hecho contacto visual con El Agua. Solicito permiso para empezar la operación Palomas Blancas.

¡Plas! No, la técnica de Datsue no estaba haciendo una interferencia rara por haber tanto chakra de bijuu junto en un mismo sitio, no. Daruu se había golpeado la frente con el libro.

Pero pedazo de subnormal —dijo—. ¿Qué sentido tiene hablar en clave si nadie puede interceptar esta comunicación? ¡Y si nos oye, pues ya está todo el mal hecho! De hecho, ¿no sería aún MÁS EVIDENTE si me llamas Ojo Blanco?

Suspiró.

»A ver, lo más probable es que la primera reacción sea dura. Deberías ir directo a la disculpa. Di que quieres disculparte por todo y hacer las paces. A ver cómo empieza la cosa.
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#7
«Señorita. Quizás... no se debería relajar tanto.»

Volvió a escuchar la voz de Kokuō, al cabo de varios segundos. Ayame dejó un momento de garabatear y alzó una ceja con escepticismo.

¿Por qué? Todo está bien, ¿no?

Pero Kokuō guardó silencio.

¿Kokuō? ¿Estás ahí?

Silencio. Y Ayame miró a su alrededor, inquieta. No vio a nadie, ni General ni amigo. ¿Entonces a qué se estaba refiriendo el Bijū? Quizás sólo le estaba tomando el pelo... Por si acaso, acumuló el chakra en la garganta y entonó un par de notas. Su ecolocalización no es que llegara muy lejos, pero quizás le podría revelar algún secreto que no fuera visible a su ojo.

Pero no fue así.

¡Jolines, no me asustes de esta manera! ¡Kokuō!


¤ Seidō: Hankyōteī
¤ Camino de la Voz: Ecolocalización
- Tipo: Apoyo
- Rango: B
- Requisitos: Ninjutsu 40
- Gastos:
  • 12 CK
  • (Ninjutsu 60) 18 CK (divide regeneración de chakra)
- Daños: -
- Efectos adicionales:
  • Permite percibir la presencia y ubicación de cualquier objeto sólido en el momento actual
  • (Ninjutsu 60) Permite mantener la técnica en el tiempo
- Sellos: Pájaro (activar)
- Velocidad: Instantánea
- Alcance y dimensiones: 1 metro a la redonda por cada 10 puntos en Percepción
La tercera de las técnicas de voz de Ayame.

Como si de un sónar se tratara, la ecolocalización consiste en la interpretación del eco recibido a partir del rebote del sonido emitido contra cualquier objeto sólido. Conociendo este fundamento, Ayame ha sido capaz de desarrollar una técnica que le permite emular este fenómeno. Mediante la emisión de chasquidos o sonidos vocales de diferente frecuencia, aplica su propio chakra a las ondas sonoras que se extienden a su alrededor y es capaz de interpretar el eco recibido e identificar cualquier objeto sólido que se encuentre en el radio de acción de la técnica y su ubicación.

En el nivel más básico de la técnica sólo es capaz de tomar una instantánea del momento en el que la realiza, de modo que los movimientos podrían pasar desapercibidos si no es capaz de interpretarlos. Sin embargo, con algo más de maestría, Ayame puede mantener la técnica en el tiempo y utilizar la ecolocalización como si de sus propios ojos se tratara durante el tiempo que se mantiene activa.

«Cuando me fallan mis ojos, confío en mi oído.» — Aotsuki Ayame.
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—Habitación de Ayame: Link

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#8
¡Plas! Datsue rebotó en la rama del susto. Suerte que era una enorme, o probablemente ahora estaría precipitándose hacia el río. «Por los Dioses, ¡cuidado, Daruu!»

Pero pedazo de subnormal —dijo—. ¿Qué sentido tiene hablar en clave si nadie puede interceptar esta comunicación? ¡Y si nos oye, pues ya está todo el mal hecho! De hecho, ¿no sería aún MÁS EVIDENTE si me llamas Ojo Blanco?

Joder, vale, ¡vale! —le replicó en susurros—. Pero a partir de ahora ahórrate esos ruiditos. Que la liamos, joder, ¡la liamos!

Si querían que aquello saliese bien, tenían que rozar la perfección en todo momento.

Vale. Ahora mismo ella está en la orilla del río. Se acaba de levantar. Yo subido a una rama del Árbol Sagrado —le informó, poniéndole en situación—. Voy a hacer mi entrada.

Sello de clonación. Un Kage Bunshin surgió a su lado, también agazapado. El clon empezó a realizar unos sellos mientras se levantaba, extendió las palmas de las manos y…

Y Datsue se vio impulsado por un vendaval que le mandó directamente a volar por los aires.

¡¡¡YEEEEEEEEEEEEEEEEEHHHHAAAAAAAAAAAAAA!!! —exclamó, mientras trazaba un maravilloso arco en el cielo.

Su corazón se aceleró en cuanto se fue acercando a la superficie. La altura de la que caía era considerable, y extendió los brazos por encima de su cabeza para atravesar el agua como un delfín. Por suerte, la caída fue limpia, sumergiéndose varios metros por la inercia. Mientras tanto, su clon desapareció en una nube de humo.

Buceó. Buceó y buceó hasta que fue capaz de ver la orilla debajo del agua. Entonces, y solo entonces, salió a la superficie con fuerza, sacudiendo la cabeza de arriba abajo y restregándose la cara con las manos para quitarse el agua de los ojos.

Oh, ¡qué bien sienta, joder! —Sus ojos se abrieron, recorrerían entonces la orilla hasta localizar a una joven de cabellos azabaches y…—. ¡Oh! —exclamaría, haciéndose el sorprendido—. ¿A-ayame?



¤ Kage Bunshin no Jutsu
¤ Técnica del Clon de Sombras
- Tipo: Apoyo
- Rango: A
- Requisitos: Ninjutsu 70
- Gastos: 30 CK por clon, el chakra restante se divide entre el número total de clones al final de cada turno (la regeneración de chakra se divide entre el número de clones)
- Daños: -
- Efectos adicionales: -
- Sellos: Sello de clonación especial
- Velocidad: Instantánea
- Alcance y dimensiones: -
Similar a la técnica de clonación estándar, esta técnica crea clones del usuario. Sin embargo, estos clones son copias idénticas, no ilusiones ni imágenes. El chakra del usuario se distribuye equitativamente entre todos los clones creados por este método, dándole a cada copia una fracción equivalente del poder total del usuario. Los clones son capaces de realizar técnicas por sí mismo, de cualquier tipo, y pueden incluso sangrar, aunque se dispersarán ante tres golpes físicos cualesquiera o un ataque lo suficientemente fuerte (30 PV o más). Los clones también pueden dispersarse a la orden del usuario.

Cuando estos clones son creados, replican todas las armas no consumibles, pero sólo quitarán la mitad de daño. Es posible "pasarle armas" al clon al crearlo, en este caso el usuario pierde dichas armas de su repertorio y las posee su clon. Si el usuario tiene alguna técnica activa mantenida en el tiempo, deberá pagar de nuevo el coste de activación si desea que su clon también tenga dicha técnica activa. Además la regeneración del chakra se divide como corresponde.

Los clones de sombra no pueden ser diferenciados del original, ni siquiera con el Byakugan, ya que todas las réplicas y el original tienen exactamente la misma cantidad de chakra y no están hechas de ninguna otra sustancia. Los clones devuelven al original las experiencias recibidas al dispersarse, siendo útiles para entrenamientos que requieran mucho tiempo, y para enviarlos a misiones de espionaje o recogida de información. Sin embargo, también devuelven al original el shock emocional del recuerdo de un ataque recibido, aunque en menor medida. Los efectos negativos, como el del cansancio, o cualquier otra penalización a los atributos, pasan al original si el clon desaparece.

Debido a la forma en la que los clones son creados, el usuario debe dividir su chakra por igual entre él y sus copias, posible usando todo el chakra del que disponen rápidamente si hace demasiados clones. Además, se requiere bastante cantidad de chakra para poder hacer muchos clones. Si el usuario original queda con menos de 25 CK, todos los clones se deshacen. Para que los clones se coordinen entre sí y puedan realizar acciones combinadas, el usuario tiene que tener al menos 20 puntos de Inteligencia por cada clon creado. Todos los clones pueden usar hasta -25 CK, pero si alguno de ellos lo hace, la cantidad negativa de ese chakra también pasa al usuario, con lo que podría quedar inconsciente.

Los jinchuuriki son capaces de usar esta técnica hasta el extremo, ya que cuando se crea un clon se divide tanto el chakra del usuario como el chakra del bijuu disponible (y si en total el original tiene más de 25 CK, la técnica permanecerá activa). Sin embargo, no pueden utilizarse si se activan las capas de chakra de bijuu y no se controla a la criatura, pues la presencia del bijuu podría desestabilizar a los clones o tomar posesión del usuario. Incluso si el bijuu está controlado y dominado, si el usuario no tiene su favor podría aprovechar una fragmentación de más de un clon utilizando su chakra para tomar posesión de su cuerpo y liberarse.

Al contrario de lo que ocurre en el resto de las técnicas de clonación, los Kage Bunshin pueden pensar por sí mismos y, a pesar de estar separados, pueden sentir en cierto grado el dolor que sufra el original, ya que en el fondo siempre están conectados por un enlace microscópico de chakra. Si el usuario sufre un daño único de más de 50 PV, todos los clones desaparecen.

¤ Fūton: Reppūshō
¤ Elemento Viento: Palma del Vendaval
- Tipo: Ofensivo
- Rango: C
- Requisitos: Fūton 25
- Gastos: 15 CK (multiplicable x2)
- Daños: 25 PV
- Efectos adicionales: -
- Sellos: Serpiente → Carnero → Jabalí → Caballo → Pájaro → Palmada
- Velocidad: Muy rápida
- Alcance y dimensiones: Cuerpo a cuerpo
Tras realizar los sellos necesarios, el usuario da una palmada y comprime chakra de viento a su alrededor, creando un poderoso vendaval con la suficiente potencia como para derribar a un oponente.

Esta técnica puede utilizarse con una o dos manos y tiene diversas funciones: entre ellas dañar a un oponente a cortas distancias, usarlas sobre armas pequeñas arrojadizas para aumentar su velocidad hasta el triple durante 10 metros o incluso utilizarse sobre otras personas para impulsarlas en el aire a gran velocidad durante la misma distancia.
[Imagen: ksQJqx9.png]

¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado



Grupo 0:
Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80

Grupo 1:
Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80

Grupo 2:
Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80

Grupo 5:
Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
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#9
¿Tu... entrada? ¿A qué te refie...?




· · ·




Giró las llaves y abrió la puerta del piso de arriba. ¡Puff! Pero qué día, ¡por favor! La Pastelería de Kiroe-chan marchaba viento en popa últimamente, pero es que ese día hasta ese momento no había tenido tiempo ni de subir para hacer pis. ¡Madre mía, qué ajetreo! Tenía que haberle pedido a Daruu que bajase a ayudar. Aunque últimamente lo veía tan agotado por el entrenamiento que... «Nah, mejor no, pobrecillo.» Además, estaba contenta. Ahora apreciaba mucho más la vida que tenía. Cuando perdió los ojos, sintió que lo había perdido casi todo. Es verdad eso que dicen, que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes. «Imagínate las personas que nacen sin vista...» Se preguntó si la medicina ninja habría inventado también algún método para ayudar a personas ciegas de nacimiento. Eso estaría genial. Tendría que preguntarle a Zetsuo. «Bua, ya me lo estoy imaginando... "¿Otra preguntita? ¡Me tienes hasta los huevos, pastelera!"». Se dio cuenta de que se había imaginado la reacción poniéndole la voz en su propia cabeza: una ridícula mezcla entre la suya propia y la de él, y eso que ya que imaginas te puedes imaginar la de verdad. Además, inconscientemente, se había puesto a hacer muecas extrañas con los brazos en jarra y la boca arqueada, como imitando su cara de pasa.

«Bueno. Pues a hacer pis. Y a otra cosa, mariposa». Kiroe se sentó en la taza del retrete, hizo pis y luego se lavó las manos, canturreando una canción alegre. Salió del baño, y se dirigió a la puerta. ¡Había tantas cosas que hac...!



¡¡¡YEEEEEEEEEEEHHHAAAAAAAAAAAAA!!!



¡¡HOSTIAPUTA PEROQUÉ




· · ·




¡¡¡Yeeeeehhaaaaaa, sí!!! ¡Buuuala, muy bien! ¡Así se hace! —fingió Daruu, sudando por todos los poros, con el sello desactivado, ante la atónita mirada de su madre.

¿¡Pero tú estás tonto!?

«Tonto no, lo que estoy ahora es medio sordo. El tontolapolla es otro.»

¡Buah, mamá! ¡En este capítulo Shouta se carga al fin al Jounin de Zafiro! —dijo, señalando la página y golpeándola con el dedo índice más fuerte de lo que sería necesario—. ¡Ay, ay, lo siento, es que me he emocionado!

¡Gilipollas, pero qué susto me has dado!

¡Perdón, perdón!

Bueno, yo me voy a la cafetería que bastante tengo ya. Ay, Amenokami mío, qué te hice yo para tener a este hijo.

Bum.

Daruu suspiró de alivio, y se tumbó en la cama, dándole la espalda a la puerta. Activó el sello.

¿¡Pero tú estás loco!? —susurró—. ¡Gilipollas! ¡Que te ha oído mi madre, joder! ¡No me pidas a mi susurrar y después te pongas a gritar! ¡Que esta mierda suena una barbaridad!

»O al menos apaga el puto sello si vas a hacerlo. Oye, si viene mi madre otra vez te diré corta.
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#10
Fue entonces cuando lo vio. ¿O quizás lo escuchó antes? Ayame no podría haberlo asegurado:

¡¡¡YEEEEEEEEEEEEEEEEEHHHHAAAAAAAAAAAAAA!!!

Una sombra surcaba los cielos como un halcón, en un arco perfecto en dirección a las aguas del río, que le recibieron con un sonoro chapuzón cuando el desconocido se zambulló con los brazos por delante. Ayame, alarmada, se había levantado de golpe y ahora esperaba a que volviera a emerger, kunai en mano y el corazón palpitándole en la garganta. Nunca se sabía. Fue al cabo de varios segundos cuando el recién llegado sacó la cabeza fuera del agua, sacudiéndola con energía y apartándose el agua de los ojos restregándose la cara.

Oh... no... —murmuró Ayame, maldiciendo su mala suerte.

Y es que, de entre todas las personas que podría haberse encontrado, los hados habían querido que aquella mañana llena de paz, Aotsuki Ayame volviera a reencontrarse con su viejo archienemigo: Uchiha Datsue.

Oh, ¡qué bien sienta, joder! —exclamó, lleno de alegría. Pero cuando sus ojos, aquellos ojos zorrunos, volvieron a abrirse y repararon en la figura de la kunoichi, que se había quedado paralizada en la orilla, se llenó de sorpresa—. ¡Oh! ¿A-ayame?

Ella ni siquiera respondió. Si las miradas matasen, aquel Uchiha ya habría sido apuñalado por lo menos diez veces. Se limitó a soltar un sonoro bufido y le dio la espalda sin más, dispuesta a abandonar el lugar entre furiosos pisotones. Su sola presencia ya le hacía arder las entrañas, ¡y no estaba dispuesta a dejar que aquel demonio volviera a llevarla a su terreno! ¡Ya había tenido suficiente ración de aquel Uchiha para cinco vidas, gracias!

«¡Ya te vale, Kokuō! ¿Por qué demonios no me has avisado?» Rezongó para sus adentros

«Lo hice, señorita.»

«¡No, no lo has hecho!»
[Imagen: kQqd7V9.png]
Sprite por Karvistico.


—Habitación de Ayame: Link

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#11
Bien, lo sucedido había sido, más o menos, lo esperado. Como le había adelantado Daruu, la primera reacción iba a ser dura. Por el momento, Ayame se limitó a darle la espalda, haciendo intención de marcharse.

«Eh, ¡Datsue! ¿Te acuerdas cuando Ayame te atacó por la espalda en el torneo?»

Oh, sí. Vaya que si se acordaba.

«¡Pues claro que te acuerdas! ¡Cómo te dolió, ¿eh?! ¡JIAJIAJIAJIA! ¡Pues te la está dejando a huevo para devolvérsela! Vamos, ¡aprovecha! Tú sabes que todo este numerito que estáis montando Daruu y tú va en contra de tu naturaleza. Eres el Hijo del Desierto, después de todo…»

Datsue emitió un largo suspiro, y luego negó con la cabeza. No, aquella vez iba a hacer las cosas bien. Hanabi, Daruu… Todos le habían dado una enésima oportunidad. La última. No podía volver a echarlo todo por la borda. Menos con lo que había en juego. Menos con el verdadero objetivo a largo plazo que tenía entre ceja y ceja.

Eh, Ayame, ¡espera! —exclamó, apresurándose a salir del río a grandes zancadas. Sus cabellos, su elegante chaqueta negra y su camiseta y pantalón chorreaban agua por todos lados—. Yo solo quería decirte una cosa. Quería decirte que…

Por los Dioses, cuánto le estaba costando decirlo.

Quería decirte que lo siento, Ayame. Por lo ocurrido en el examen del Chunin. —Qué mal se le daban las disculpas, joder—. De verdad.

«¡Maldito insecto! ¡Deshonras a tu Padre! Humillándote de esta manera… ¡qué patético! ¡El Desierto no pide perdón! ¡El Desierto exige!»
[Imagen: ksQJqx9.png]

¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado



Grupo 0:
Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80

Grupo 1:
Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80

Grupo 2:
Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80

Grupo 5:
Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
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#12
El silencio. Un tenso silencio en el que sólo escuchó los latidos de su corazón. Ay señor. Ay. Iba a liarse. Se iba a li...

Eh, Ayame, ¡espera! —exclamó, apresurándose a salir del río a grandes zancadas. Sus cabellos, su elegante chaqueta negra y su camiseta y pantalón chorreaban agua por todos lados—. Yo solo quería decirte una cosa. Quería decirte que…

Hubo duda. ¡Había duda! A Daruu se le erizó el vello de los brazos; se le puso la carne de gallina. «Mierda, ya está. Ahora la insulta. Ha sido superior a sus fuerzas.»

Quería decirte que lo siento, Ayame. Por lo ocurrido en el examen del Chunin. —Qué mal se le daban las disculpas, joder—. De verdad.

Daruu suspiró en silencio, aliviado, y dejó caer suavemente Los Siete Guardianes Shinobi del Señor de Ultramar sobre su cara.

«Por favor, que reaccione bien...»

Intenta controlarte, igual te manda a la mierda, intenta insistir de forma amable, demostrarle de alguna manera que vas en serio...
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
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#13
Eh, Ayame, ¡espera! —escuchó a su espalda.

Y los pasos de Ayame se detuvo en seco, arrastrando varias briznas de hierba en su ímpetu, y se volvió hacia él con suma lentitud. La mirada de sus ojos era completamente opuesta a la habitual, ahora tan dura como el acero y chispeante e impestuosa como la tormenta de Amenokami. Además, había apretado las manos en sendos puños, que temblaban incontrolables junto a sus costados como si se estuviera concentrando para retenerlos y que no salieran disparados hacia aquel presuntuoso rostro que había aprendido a odiar a lo largo de tantos meses.

¿Qué quieres, Uchiha? —le espetó, tan cortante como el filo de una katana recién afilada.

Quería decirte que lo siento, Ayame. Por lo ocurrido en el examen del Chunin. De verdad.

Debía reconocerlo, si algo se le daba rematadamente bien a Datsue era sorprender y dejar sin palabras a su adversario. Ayame se había quedado en blanco de lo súbito e inesperado de la situación, y ahora le miraba con ojos abiertos como platos. Le observaba como si fuera la primera vez que le veía. Uchiha Datsue, ¿el causante de todos sus problemas, disculpándose de golpe y porrazo frente a ella? ¿Después de tantos meses de hacerle prácticamente la vida imposible? Se había jurado no volver a creer a Datsue aunque le estuviera prometiendo que el cielo sobre sus cabezas era azul, ¡pero jamás se habría esperado una patraña tan gorda como aquella!

¿"Lo siento"? —repitió, en un peligroso siseo, mientras le miraba de arriba a abajo. Ayame se había cruzado de brazos y volviendo a entrecerrar los ojos. Sospecha, ira, las llamas del infierno en sus entrañas removían su interior empujándola hacia delante, al abismo—. Muy bien, Uchiha Datsue, esta vez te has currado la broma, te lo admito, no me la esperaba. Ahora, ¿qué nueva sorpresa tienes para mí? ¿Vas a sellarme algo nuevo? ¿O quizás me vas a ofrecer otro cigarrillo bajo la inofensiva apariencia de una tableta de chocolate? ¡No puedo esperar a saberlo!
[Imagen: kQqd7V9.png]
Sprite por Karvistico.


—Habitación de Ayame: Link

No respondo dudas por MP.
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#14
«¡JAAAAAAAJIAJIAJIA! ¡Te tiene calado, Datsue!»

Si afrontar a Ayame tras todo lo sucedido entre ellos dos ya era difícil, hacerlo con un loco sanguinario chillándote desde lo más profundo de tu ser lo complicaba casi hasta lo imposible. Pero trató de mantener el temple, de seguir los consejos de Daruu. Además, había dicho que él ya se había desahogado en el torneo, ¿no? No tenía porqué empezar ninguna discusión.

No ahora.

No… No se trata de eso.«¡Daruu, consejos, joder! ¡¡Consejos!!». Leí tu carta, ¿sabías? —improvisó, sin saber muy bien por dónde tirar—. La carta donde te disculpabas a Hanabi. Me pareció… muy valiente por tu parte. Y un gesto que te honra.

«!JAAAAAAAAÁ! ¡Esa sí que es buena! ¡Pero si no parabas de quejarte porque no te hubiese pedido disculpas directamente a ti y a Akame! ¡No, espera! ¡Si hasta rajabas de Eri por llevarse bien con estos dos! ¡Meses, escuchándote decir lo mala compañera que era por ser su amiguita! ¡Y ahora llega Daruu un día, un día, ¿y ya te estás bajando los pantalones?!»

«No… No es tal y como lo pintas».

«¿¡Qué no!? ¡JIA JIA JIA JIA! ¿Qué pensaría Nabi, Datsue? ¿Qué pensaría él de estar viéndote ahora? ¡Seguro que se vomitaría encima del asco!»

Pues seguramente… «¡No!» No, no podía permitirse entrar en el juego de Shukaku. Datsue era un as manipulando la información y contando las medias verdades que le convenían a él. Pero en eso, Shukaku, simplemente era el rey. Si empezaba a escucharle, la operación Palomas Blancas se iría al traste antes siquiera de empezar.

Sé que tuve mis cagadas y que cometí mis pecados. Los asumo. Pero jamás hubiese sido mi intención provocarte hasta que perdieses el control de bijū. Yo también lo perdí una vez, ¿sabías? —confesó, sincero, intentando crear un puente, un punto común entre ellos dos—. No es algo por lo que desee hacer pasar a nadie. Lo que menos me esperaba yo es que fueses Jinchūriki, claro, pero… Fuese como fuese, estuvo mal. Y… me arrepiento de ello.
[Imagen: ksQJqx9.png]

¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado



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#15
Como esperaba, las cosas no iban a ser tan fáciles como seguramente Daruu y Datsue se habrían imaginado que serían. Ayame se había curtido a base de recibir puñaladas por las espalda, y ahora iba a todos lados con una armadura de placas. Daruu no sabía qué era más peligroso, si su inocencia de antes o la mala baba que podía tener cuando se enfadaba. Tan sólo esperaba que la muchacha recordase sus palabras en Notsuba y sus propias experiencias con el Uchiha y con otros uzureños, y tuviese un poco de paciencia, la necesaria para que Datsue derritiese su defensa de hierro.

«Pero lo del chocolate es la primera vez que lo oigo. La madre que me parió, qué hijo de la gran puta». Datsue se había vengado más veces incluso de las que Ayame le había contado. Conociendo que la muchacha era totalmente reacia incluso a beber cualquier clase de líquido que no fuese agua o zumo —ni siquiera los típicos refrescos carbonatados le parecían dignos de su gaznate—, se imaginaba cuánto rencor podía albergar por una novatada tan tonta como aquella. Y si se sumaba a otras más...

Joder, macho, eres de lo que no hay. Yo te iba a sugerir que la invitases a un batido de chocolate o algo, que le encanta.

Daruu se acarició la cabeza, pensativo.

»Dile que te permita demostrar que quieres arreglar las cosas con ella definitivamente. Dile que te diga qué podrías hacer, que sea lo que ella quiera.

»Aunque me huelo que te va a mandar a tomar por culo.
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
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