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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#61
La última vez quería hacer con el Bijuu unas cuantas recetas de pulpo, no te extrañe que algun dia lo veas aparecer por el puerto con un tenedor y un cuchillo gigante dispuesto a hacer Takoyaki.

Hanabi rió, de verdad. Y abrazó a Reiji por detrás de los hombros, atrayéndolo hacia él. Estaba feliz, nervioso pero feliz. Su mandato en la aldea había sido un terremoto de emociones, pero la desconfianza inicial se había convertido en el cariño de la gente. Lo notaba, día tras día, cómo confiaban en él. Cómo las sonrisas iban y venían.

Por eso lucharía por esas sonrisas. Y cambiaría la Espiral.

Datsue le sacó del ensimismamiento.

Joder, mira que me gusta el pulpo, pero… —dijo, sin poder evitar reírse al imaginárselo—. Oye, Eri, ¡tienes que quedar un día de estos! ¿Mañana a la noche? Reiji, Yuuna, pasaos por mi casa si queréis también, joder. Que os hago una cena de puta madre y nos ponemos al día. —Se dio cuenta que estaba dejando a alguien de lado—. Si quiere también puede pasarse, Hanabi —añadió, pese a intuir la respuesta.

¿Eh? Ah, sí, me vendría genial, tengo algunas lagunas y ni si quiera sé qué pasó tras la final... Es como si mi cabeza fuese un puzle y le faltaran piezas por todos lados —admitió Eri, rascándose la nuca.

Hanabi agachó la cabeza un momento... y luego abrazó a Datsue y a Eri también por los hombros, fundiéndose en un abrazo con todos ellos.

¡Dale, dale! ¡Mañana a la noche estaré con vosotros! —dijo Hanabi, para sorpresa de todos y cada uno de ellos—. Dime lo que tengo que comprar y me lo llevo. ¿O quizás las bebidas?

«Además, tengo algo importante que pediros, chicos... Algo importante.»

¡Datsue! —Shukaku se había quedado mirando el remolino de agua que había formado Gyūki al sumergirse. Sus ojos se posaron en el Uchiha con una mirada extraña—. Tenemos un fūinjutsu que perfeccionar. Basta de hacer el vago.

Oh, sí… Aquel fūinjutsu. Datsue miró a Hanabi.

Bueno, pues si no hay noticias de que ningún bijū más vaya a presentarse de improvisto en el puerto…


Hanabi fijó la vista en Shukaku. Luego en Datsue. Asintió.

Nos vemos mañana. —Volvió a dirigirse al Ichibi—. Shukaku. Tú también eres un shinobi de esta villa... compañero. —Le daba miedo, pero había demostrado tener buenas intenciones... o no tener malas contra ellos, en todo caso. Le debía ese reconocimiento, al menos.
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#62
El abrazo de Hanabi me pilló totalmente desprevenido. Es decir, en el torneo me habia llamado amigo, pero... ¿Tan tan cercano? Además, parecía haberle cambiado la cara a mejor. Al final, no había ido tan mal. Que narices, había salido genial.

Y al hablar de comida, Datsue propuso ir a su casa a cenar. Claro,no habia problema. Siempre y cuando no fuese el quien comprase la carne. La ultima vez, no habia salido especialmente bien. Eri aceptó sin pensarlo y Hanabi, sorprendetemente, también. Por supuesto que Yuuna y yo también íbamos a ir, claro que sí.

Claro que iremos también, pero esta vez la comida la llevo yo. Carne, pescado, verduras, no os preocupéis, llevaré de todo.

Y de buena calidad de verdad. Nada de carne en mal estado a precio de ganga. Nada que pudiera volver a provocar un terrible y asqueroso desenlace a lo que parecía que, esta vez si, iba a ser una agradable velada. ¿Deberíamos invitar a Katsudon y contarle lo del Bijuu? ¿Si no?

Igual durante una buena cena es el mejor momento para contarle todo esto a Katsudon.

Sugerí despues de que Hanabi le dijese a Shukaku que él también era un Shinobi de Uzushio. Por suerte, él ya tenia la bandana de Datsue y no tendría que hacer mas trabajos gratuitos.
[Imagen: ksQJqx9.png]
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#63
Datsue se quedó sin habla cuando Hanabi accedió a la invitación. La recuperó momentáneamente para responderle.

¡Las bebidas! ¡Encárguese de las bebidas! —exclamó con júbilo, dándole la tarea más importante. No existía comida mala que no solucionasen unas buenas copas.

Ante el ímpetu de Reiji de querer llevar de todo —carne, pescado, verdura y sabe Shiona qué más—, Datsue tuvo que ponerle algo el freno. ¡Tampoco quería convertir aquello en un banquete! Daba demasiado trabajo y aquello no dejaba de ser una reunión entre colegas.

Bueno, bueno, vamos hablando por el pinganillo y planeamos —dijo, señalándose el kanji de la hermandad que compartían—. Tampoco es cosa de traer de más y que sobre mucho.

Mientras tanto, Shukaku oía, con semblante serio, a Hanabi llamándole compañero. No tardó en replicar.

Eres consciente de que a este mequetrefe y al otro payaso fumacartones los intenté convencer decenas de veces para matarte, ¿verdad? —En sus labios asomó una sonrisa—. Pero si hay un humano a quien pueda respetar en todo Ōnindo, ese podrías ser tú: Hanabi, la Bestia sin Cola.

¡Eh! ¿Y qué pasa conmigo? —preguntó indignado.

¿A ti? ¿Después de la vergüenza que me hiciste pasar en la final del torneo? ¡JAJIAJIAJIA! ¡No me hagas hablar! —Y tras soltar la puya se desvaneció en un remolino de arena y polvo.

Datsue se rascó la nuca, con la mirada gacha y algo avergonzado, para luego despedirse rápidamente de todos ellos con un gesto de mano.

Eehmm... Hasta mañana pues. ¡Sobre las nueve de la noche!
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¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado



Grupo 0:
Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80

Grupo 1:
Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80

Grupo 2:
Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80

Grupo 5:
Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
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#64
Para su sorpresa, el Uzukage cogió a Datsue y a Eri por los hombros, juntándolos en un abrazo. Eri se sonrojó de golpe y su corazón dio un vuelco, sin esperarse tal reacción por parte de Hanabi.

¡Dale, dale! ¡Mañana a la noche estaré con vosotros! Dime lo que tengo que comprar y me lo llevo. ¿O quizás las bebidas?

«¡Hanabi vendrá!» Gritó en sus adentros. Tendría que comportarse, además; todos sabían allí que las fiestas de Datsue solían ser algo... peculiares.

Claro que iremos también, pero esta vez la comida la llevo yo. Carne, pescado, verduras, no os preocupéis, llevaré de todo.

Eso era una gran idea.

Hanabi se despidió, Datsue afirmó que todo lo irían hablando a través del Sello de la Hermandad. Y ella... Ella se traería a sí misma, sí, sería lo mejor. ¿Recordaría acaso donde estaba la casa de Datsue?

Seguro que sí.

¡Nos vemos mañana! —se despidió ella, con una pequeña sonrisa y ciertas ganas creciendo en su interior de poder volver a verles al día siguiente.
[Imagen: ksQJqx9.png]


—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
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#65
Hanabi se quedó mirando a Shukaku muy serio. Sí, claro que era consciente de ello. Pero habían pasado muchas cosas. Había entendido muchas cosas. Y en el fondo, porque era como era, pensaba que ahí dentro había algo más que orgullo y un preocupante sadismo. Pero no dijo nada. Prefirió disfrutar del halago, si es que se le podía llamar así, de Shukaku, y dejó que el bijū se centrase en Datsue. Se dio la vuelta hacia Reiji.

No, será mejor que Katsudon no se entere todavía —dijo—. No solo necesito amigos de confianza. Necesito amigos de confianza y que sepan mantener secretos. Sabes que quiero mucho a Don, pero no es su... ¿don? —Se encogió de hombros—. En fin, nos vemos mañana, chicos. Llevaré las bebidas. Eri, me alegro de verte. —Sonrió. Saludó con la mano y se dio la vuelta.

Pese a todas las cosas que habían pasado, la mente de Hanabi seguía centrada en una única cosa. Lo del nuevo genin bijū del puerto era una nimiedad si se tenía en cuenta lo que podía ocurrir en el país. Quizás, fuera incluso un agravante.

No quería aguarles la fiesta a sus shinobi. Pero todo indicaba que...

Fin de la trama.
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