5/02/2017, 08:54
Sus cabellos danzaban al son del viento mientras sus manos se deslizaban por la fría piedra en la que estaba apoyada. Había acudido sola y por ello andaba algo cabizbaja, rememorando las breves excusas de su hermano para no acudir a la ceremonia, tal como tengo algo muy importante que hacer. ¡Pssst! ¿Qué era más importante que esto? Chasqueó su lengua mientras se ajustaba su típico jersey por décima vez. Habría optado por algo más formal que sus normales vestimentas, pero dudó en el último instante y optó por lo más simple al final.
Un escalofrío la recorrió de arriba a abajo cuando la estridente voz del mayor de los hombres situados en el centro penetró sus oídos y prácticamente la obligó a prestar atención. Recordó lo emocionada que estaba al inscribirse porque así podría vivir experiencias nuevas, pero su decepcionado corazón oprimía su alegría con fuerza, así que con expresión cansada fijó sus ojos en los dos hombres que hablaban por encima de los demás.
Tras el vitoreo por el anuncio de los Juegos, un cosquilleo en el estómago hizo que Eri por fin notase algo parecido a intriga, nervios y una pizca de curiosidad, y cuando empezaron a volar los nombres de Gennins que conocía, su corazón empezó a latir con rapidez.
¿Saldría ella?
—¡Y finalmente... FURUKAWA ERI!
El cosquilleo que sintió no tenía ni punto de comparación con las mariposas que revoloteaban ahora en su interior, y un rubor acudió a sus mejillas al escuchar como las miradas de muchos se posaban en ella —pudiendo ser también por la frasecilla que había puesto en preferencias de equipo— ¡Era la última vez que era sincera en un papel!
Con pasos temblorosos se presentó ante los dos hombres e hizo una pequeña reverencia, para añadir:
— Furukawa Eri presente.
Y allí fue la primera vez que mandó lejos de sus pensamientos a su hermano para disfrutar de algo totalmente nuevo.
Un escalofrío la recorrió de arriba a abajo cuando la estridente voz del mayor de los hombres situados en el centro penetró sus oídos y prácticamente la obligó a prestar atención. Recordó lo emocionada que estaba al inscribirse porque así podría vivir experiencias nuevas, pero su decepcionado corazón oprimía su alegría con fuerza, así que con expresión cansada fijó sus ojos en los dos hombres que hablaban por encima de los demás.
Tras el vitoreo por el anuncio de los Juegos, un cosquilleo en el estómago hizo que Eri por fin notase algo parecido a intriga, nervios y una pizca de curiosidad, y cuando empezaron a volar los nombres de Gennins que conocía, su corazón empezó a latir con rapidez.
¿Saldría ella?
—¡Y finalmente... FURUKAWA ERI!
El cosquilleo que sintió no tenía ni punto de comparación con las mariposas que revoloteaban ahora en su interior, y un rubor acudió a sus mejillas al escuchar como las miradas de muchos se posaban en ella —pudiendo ser también por la frasecilla que había puesto en preferencias de equipo— ¡Era la última vez que era sincera en un papel!
Con pasos temblorosos se presentó ante los dos hombres e hizo una pequeña reverencia, para añadir:
— Furukawa Eri presente.
Y allí fue la primera vez que mandó lejos de sus pensamientos a su hermano para disfrutar de algo totalmente nuevo.