12/02/2017, 02:09
Los demás genin que debían de acompañarlo a través de todo el evento se hicieron presentes en aquella pequeña plaza de piedra. Y aunque había algunos conocidos, para él todos eran absolutos extraños, pues no reconocía entre un rostro y otro, ni siquiera entre las voces, que parecían todas iguales. Ni siquiera pudo identificar al muchacho que, aparentemente, por simple curiosidad se acercó a inspeccionar los detalles de su máscara con manos firmes y actitud confiada y arrogante.
“¿Se supone que es la máscara la que provoca todo esto? —se preguntó mientras la gente hablaba a su alrededor—. Además, ¿quién era aquel que se acercó tanto? ¿Si me conoces de antes, me habrá reconocido?”
Antes de poder seguir con sus pensamientos, el robusto sujeto encargado de hacer los anuncios llamó la atención de todos para dar los detalles pertinentes sobre como serían conformados los equipos y sobre las reglas y condiciones a las que estaría sujeto el primer evento, una versión del clásico “tirar de la cuerda”. Aquello de los grupos significó poco para el Hakagurē, pues sólo sabía que dos extraños estaban haciendo grupo con él y otros tres extraños yacían al otro lado de la enorme cadena que haría las veces de soga.
“Bien, parece que esto será algo sencillo; solo tengo que tirar de la cuerda con todas mis fuerza y ya. Aunque… no entiendo aquello de que no hay reglas”
Confiado de la forma en que se darían las cosas, el joven de la máscara espeluznante se coloco de ultimo en la columna que formaban sus compañeros. Tomó la cadena entre sus manos y sintió el considerable peso de la misma y el frío del fuerte hierro que la constituía. Era de suponer que para aquellos que se llamasen ninja una cuerda normal no sería suficiente, aunque usar una cadena parecía ser un poco exagerado.
“¿Se supone que es la máscara la que provoca todo esto? —se preguntó mientras la gente hablaba a su alrededor—. Además, ¿quién era aquel que se acercó tanto? ¿Si me conoces de antes, me habrá reconocido?”
Antes de poder seguir con sus pensamientos, el robusto sujeto encargado de hacer los anuncios llamó la atención de todos para dar los detalles pertinentes sobre como serían conformados los equipos y sobre las reglas y condiciones a las que estaría sujeto el primer evento, una versión del clásico “tirar de la cuerda”. Aquello de los grupos significó poco para el Hakagurē, pues sólo sabía que dos extraños estaban haciendo grupo con él y otros tres extraños yacían al otro lado de la enorme cadena que haría las veces de soga.
“Bien, parece que esto será algo sencillo; solo tengo que tirar de la cuerda con todas mis fuerza y ya. Aunque… no entiendo aquello de que no hay reglas”
Confiado de la forma en que se darían las cosas, el joven de la máscara espeluznante se coloco de ultimo en la columna que formaban sus compañeros. Tomó la cadena entre sus manos y sintió el considerable peso de la misma y el frío del fuerte hierro que la constituía. Era de suponer que para aquellos que se llamasen ninja una cuerda normal no sería suficiente, aunque usar una cadena parecía ser un poco exagerado.