5/05/2017, 09:57
Eri estaba nerviosa, muy nerviosa. Las cosas así no le solían salir bien, y aunque lo hicieran, ella no ponía de su parte. Se mordía el labio inferior, inquieta, y cuando el encargado dio la voz anunciando el comienzo, giró la hoja y comenzó a leer.
Pero se paró en la primera.
«¿Y... Y esta pregunta?»
El nerviosismo incrementó dentro de ella, y su corazón, a mil por hora; retumbaba en sus oídos, haciéndola incapaz de pensar con claridad. Pasó aquella pregunta y contestó una que vio no tan difícil, otras las rellenó sin saber bien qué poner, otras directamente ni las contestó.
Un sudor frío se apoderó de su frente, y lágrimas de frustración en sus ojos. Por ello quería deshacerse de aquel papel cuanto antes, levantándose y moviéndose rápidamente, entregó su prueba y corrió a su asiento, refugiando su rostro ensombrecido con sus cortos cabellos.
«La última vez que hago algo así...»
Ni si quiera se dio cuenta de que, primero, terminó la primera; segundo, le sobraba la mitad del tiempo.
«Qué vergüenza...»
Pero se paró en la primera.
«¿Y... Y esta pregunta?»
El nerviosismo incrementó dentro de ella, y su corazón, a mil por hora; retumbaba en sus oídos, haciéndola incapaz de pensar con claridad. Pasó aquella pregunta y contestó una que vio no tan difícil, otras las rellenó sin saber bien qué poner, otras directamente ni las contestó.
Un sudor frío se apoderó de su frente, y lágrimas de frustración en sus ojos. Por ello quería deshacerse de aquel papel cuanto antes, levantándose y moviéndose rápidamente, entregó su prueba y corrió a su asiento, refugiando su rostro ensombrecido con sus cortos cabellos.
«La última vez que hago algo así...»
Ni si quiera se dio cuenta de que, primero, terminó la primera; segundo, le sobraba la mitad del tiempo.
«Qué vergüenza...»