6/05/2017, 13:13
(Última modificación: 6/05/2017, 13:28 por Uzumaki Eri.)
Parecía que el barco se hundía, lenta pero inexorablemente, esa metafora me trajó algo a la mente pero no estaba seguro de el qué. Noemi se había hundido, metaforicamente, creo. Y ahora eran impares. Lo cual era el menor de sus problemas ahora mismo, porque el espiritu había alicaido notablemente, con la ida de Noemi el público empezó a pensar que esos juegos no tenían ningún sentido ni ningún tipo de futuro y así era.
Se declaró uninamemente que el equipo ganador era el equipo Rojo. Obviamente.
¡Cuatro semanas! —exclamó, de pronto, sorprendida—. Pero quién ha respondido que un mes tiene… ¡Oops!
— No me lo tengais en cuenta, es que el dolor no me deja pensar con clorodad, digo, cliradod. Digo, claridad.
La mejor excusa de la existencia. La verdad es que tenía el brazo mucho mejor pero me lo deje colgando para hacerme el tonto un rato más. Si Shiona-sama veía lo de las semanas igual mi proxima misión era fregar suelos y lamer vateres.
— Esto habrá que celebrarlo chicos, nos vemos dónde ya sabéis, pago yo, pero mejor otro día. En el Remolino remolinado, por si acaso no os acordáis.
— Cuando quieras, Eri-chan. De momento voy a que le echen un vistazo a esto.
Refiriendome a mi brazo, dolía pero ya podía moverlo más o menos bien, así que perderlo no lo iba a perder. Dejé el jardín de los cerezos en dirección al hospital de Uzushiogakure.
Se declaró uninamemente que el equipo ganador era el equipo Rojo. Obviamente.
¡Cuatro semanas! —exclamó, de pronto, sorprendida—. Pero quién ha respondido que un mes tiene… ¡Oops!
— No me lo tengais en cuenta, es que el dolor no me deja pensar con clorodad, digo, cliradod. Digo, claridad.
La mejor excusa de la existencia. La verdad es que tenía el brazo mucho mejor pero me lo deje colgando para hacerme el tonto un rato más. Si Shiona-sama veía lo de las semanas igual mi proxima misión era fregar suelos y lamer vateres.
— Esto habrá que celebrarlo chicos, nos vemos dónde ya sabéis, pago yo, pero mejor otro día. En el Remolino remolinado, por si acaso no os acordáis.
— Cuando quieras, Eri-chan. De momento voy a que le echen un vistazo a esto.
Refiriendome a mi brazo, dolía pero ya podía moverlo más o menos bien, así que perderlo no lo iba a perder. Dejé el jardín de los cerezos en dirección al hospital de Uzushiogakure.
—Nabi—