31/08/2019, 04:46
Dejo este post, para su goce y disfrute; y me retiro lenta y orgullosamente de mi pana Daruu.
"A veces, aunque por dentro hable el corazón, un hombre tiene que justificar sus decisiones con la fría lógica. Porque si no su alma queda expuesta, y sus argumentos frágiles y vulnerables."
Buá.
"A veces, aunque por dentro hable el corazón, un hombre tiene que justificar sus decisiones con la fría lógica. Porque si no su alma queda expuesta, y sus argumentos frágiles y vulnerables."
Buá.
(30/08/2019, 23:10)Amedama Daruu escribió: Hay momentos decisivos en la vida de una persona. En esos momentos, el corazón parece latir más lentamente, y el tiempo acompasa ese latido deteniéndose también. En la vida de un shinobi, tener esos momentos decisivos puede llegar a ser una rutina. Aquellos días, Daruu lo había comprobado de sobra. Primero frente al despacho de Watanabe. Luego, cuando tuvo que dar a Ayame la áspera y difícil de cumplir orden de asesinar al hombre. El combate contra Nioka...
Pero aquél momento decisivo era diferente, y le golpeó en la cara como un tetsubō al rojo vivo del fuego de la forja. O arriesgaba la vida volviendo a enfrentarse él sólo al terror en la playa, enviando a Ayame a un difícil combate contra una usuaria de Raiton, o dejaba que la muchacha se enfrentara a Naia cargando con el mayor riesgo.
Por una parte, el discurso de Ayame le conmovía y le convencía. Enfrentarse al Raiton sería más fácil para Daruu, de eso no cabía duda. De lo que sí tenía dudas es de que ella pudiera enfrentarse a Naia ella sóla. No es que él fuera el más apropiado, es que lo mejor era combatirla juntos. Pero era una posibilidad que no cabía en la ecuación.
Por otra parte...
—Ayame... no quiero que seas tú la que se ponga en peligro frente a Naia, y además —«Además, Naia es la presa de la familia Amedama. No, ¿por qué he pensado eso? Fríamente, Daruu. La cabeza fría»—, es cierto que tienes desventaja contra el Raiton. Pero también es cierto que aquí la única que puede encontrar recovecos secretos para entrar en una guarida secreta a través de alcantarillados y túneles estrechos eres tú. Con tu ecolocación.
A veces, aunque por dentro hable el corazón, un hombre tiene que justificar sus decisiones con la fría lógica. Porque si no su alma queda expuesta, y sus argumentos frágiles y vulnerables.
—Si hay una rendija de ventilación, sólo tú puedes entrar inadvertidamente con el Suika. Si hay una puerta cerrada, sólo tú puedes colarte por debajo y burlar cualquier cerradura. Si hay una sala con un recipiente con mis ojos, sólo tú puedes localizarla, verla sin verla y entrar allí. Y si hay un foso con serpientes, sólo tú puedes volar por encima de ellas, recuperar nuestro botín y traerlo de vuelta.
»Interpreta a mi madre. Pero a su faceta de espía, de infiltradora. Si pillas a un adversario por sorpresa en el proceso, podrías matarlo antes de que su Raiton supusiera un problema. Rápida y silenciosamente. Una gota de agua que firmaría una sentencia.
Daruu se dio la vuelta y sonrió a Ayame. Era una sonrisa triste.
—Eres ágil, sigilosa e inteligente. Esta es una tarea para ti. Yo seré el cebo.