9/06/2020, 18:40
(Última modificación: 14/06/2020, 20:26 por Sasaki Reiji. Editado 1 vez en total.)
Té. Estaba preparando té de nuevo. Aún no nos habían dicho nada de volver a las aldeas, así qué... ¿Que quedaba ahora? Ni yo lo sabía, quizás una ceremonia de clausura con entrega de condecoración es o algo así. No tenia ni idea.
Por que si. Había ganado la final, y había pasado unos días en el hospital por el ultimo golpe se mi rival, que también debía estar ya recuperada o por lo menos, en mejor estado. Los médico que habían preparado eran bastante bueno por suerte, dado que al parecer, el chakra del bijuu no reparaba huesos rotos o dientes partidos. Sin embargo, el ninjutsu médico parecía tan mágico como el fuinjutsu. Y aunque aun tenia la mitad de la cara vendada para evitar rascarme las heridas, en un par de días volvería a estar como normalmente.
Terminé el té, azul esta vez, me había ganado poder disfrutar de aquel sabor tan maravilloso. Lo serví en una taza y me senté en la mesa de la sala de estar a esperar, dejando atrás una tetera todavía llena para el resto de participantes.
¿Aquello era real? Al parecer si, pero a ratos aún no me creía que hubiera pasado. Me hubiera gustado verme a mi mismo desde las gradas... O no, mejor no, seguro que las patadas en la cara hubiesen sido el doble de dolorosas si también hubiera podido ver mi propia cara. Mejor no.
Sólo quedaba esperar a ver que nos decian. Si hacían algo mas o nos teniamos que volver ya a casa. La verdad es que echaba de menos la forja, y quería poner en marcha El mil y un mares. Pero si había que salir una vez mas ante el público a decir unas palabras o a recibir una medalla o algo, pues se salía.
Bebí un sorbo de té cuando se había enfriado un poco. El sabor del té azul era... Simplemente perfecto.
Por que si. Había ganado la final, y había pasado unos días en el hospital por el ultimo golpe se mi rival, que también debía estar ya recuperada o por lo menos, en mejor estado. Los médico que habían preparado eran bastante bueno por suerte, dado que al parecer, el chakra del bijuu no reparaba huesos rotos o dientes partidos. Sin embargo, el ninjutsu médico parecía tan mágico como el fuinjutsu. Y aunque aun tenia la mitad de la cara vendada para evitar rascarme las heridas, en un par de días volvería a estar como normalmente.
Terminé el té, azul esta vez, me había ganado poder disfrutar de aquel sabor tan maravilloso. Lo serví en una taza y me senté en la mesa de la sala de estar a esperar, dejando atrás una tetera todavía llena para el resto de participantes.
¿Aquello era real? Al parecer si, pero a ratos aún no me creía que hubiera pasado. Me hubiera gustado verme a mi mismo desde las gradas... O no, mejor no, seguro que las patadas en la cara hubiesen sido el doble de dolorosas si también hubiera podido ver mi propia cara. Mejor no.
Sólo quedaba esperar a ver que nos decian. Si hacían algo mas o nos teniamos que volver ya a casa. La verdad es que echaba de menos la forja, y quería poner en marcha El mil y un mares. Pero si había que salir una vez mas ante el público a decir unas palabras o a recibir una medalla o algo, pues se salía.
Bebí un sorbo de té cuando se había enfriado un poco. El sabor del té azul era... Simplemente perfecto.