21/06/2020, 23:28
—¿Ha dicho...?
¿Que había dicho raro? ¿Lo de gastar mis ahorros? ¿Por que me miraban con esa cara? Pero si eran 2 y mas grandes que yo.
—¿Él es...?¡Hermano! ¡Es él! ¡El Rompecráneos! ¿¡Qué hacemos!?
Ah... Eso... Pero, insistí en mis pensamientos. Eran dos, estaban mas cuadrados que un kusajin bien entrenado y eran dos veces yo en estatura. ¿Por que me tenían miedo? ¿Acaso sus músculos eran de mentira?
—Eso fue...
Quise interrumpir, pero...
—¡Le decimos lo que quiere saber y nos vamos, idiota, eso es lo que hacemos!
Pero resulta que la mala fama no me iba a venir tan mal. Quizás debería grabar lo de rompecraneos en el filo de alguna espada. Si servía para conseguir cosas así de sencillo...
—¡E... era un tipo con cara de amargado, los ojos azules y el pelo gris. En mi opinión necesitaba un afeitado! ¡No sabemos más, te lo juro!
—¡No nos hagas daño!
—Ese pedazo de hijo de p...
Ira. Una ira que creía desaparecía recorrió cada parte de mi cuerpo. Apreté el puño de mi mano libre con tanta fuerza, que me clavé las uñas hasta el punto de que me sangrase la palma de la mano. Esos dos no tenían la culpa, pero si la cara de enfado y el tono de voz que utilicé no era suficiente para que se marcharan asustados...
—Será mejor que os largeis de aquí en este mismo momento.
Por que tenia ganas de sacar todo el chakra de Gyūki en una gigantesca bola que destruyese todo a su paso. Por suerte para el mundo, no tenia un bijuu cabreado dentro de mí para que me descontrolase. Por que si no...
Si. Había creído, idiota de mí, que tras el viaje se vuelta y el tiempo que había pasado, todos esos sentimientos negativos que habían nacido en la prisión del hierro habían desaparecido. De hecho, seguramente, si yuuna apareciese en ese mismo instante por la puerta, seria capaz de relajar la expresión, pero eso no iba a pasar.
No. Esos sentimientos no se habían ido. Se habían escondido en los más profundo de mi corazón, y cuando aquellos tipos habían descrito al que les había dado la carta, y había recordado su rostro, entonces volvieron a salir a la luz.
Abrí el sobre apresuradamente. Si ese hijo de puta estaba suelto y estaba por allí, iba a encontrarlo y a partirle la cabeza. Y si, con él no sería sin querer, sería queriendo, y con toda la rabia contenida que tenía.
¿Que había dicho raro? ¿Lo de gastar mis ahorros? ¿Por que me miraban con esa cara? Pero si eran 2 y mas grandes que yo.
—¿Él es...?¡Hermano! ¡Es él! ¡El Rompecráneos! ¿¡Qué hacemos!?
Ah... Eso... Pero, insistí en mis pensamientos. Eran dos, estaban mas cuadrados que un kusajin bien entrenado y eran dos veces yo en estatura. ¿Por que me tenían miedo? ¿Acaso sus músculos eran de mentira?
—Eso fue...
Quise interrumpir, pero...
—¡Le decimos lo que quiere saber y nos vamos, idiota, eso es lo que hacemos!
Pero resulta que la mala fama no me iba a venir tan mal. Quizás debería grabar lo de rompecraneos en el filo de alguna espada. Si servía para conseguir cosas así de sencillo...
—¡E... era un tipo con cara de amargado, los ojos azules y el pelo gris. En mi opinión necesitaba un afeitado! ¡No sabemos más, te lo juro!
—¡No nos hagas daño!
—Ese pedazo de hijo de p...
Ira. Una ira que creía desaparecía recorrió cada parte de mi cuerpo. Apreté el puño de mi mano libre con tanta fuerza, que me clavé las uñas hasta el punto de que me sangrase la palma de la mano. Esos dos no tenían la culpa, pero si la cara de enfado y el tono de voz que utilicé no era suficiente para que se marcharan asustados...
—Será mejor que os largeis de aquí en este mismo momento.
Por que tenia ganas de sacar todo el chakra de Gyūki en una gigantesca bola que destruyese todo a su paso. Por suerte para el mundo, no tenia un bijuu cabreado dentro de mí para que me descontrolase. Por que si no...
Si. Había creído, idiota de mí, que tras el viaje se vuelta y el tiempo que había pasado, todos esos sentimientos negativos que habían nacido en la prisión del hierro habían desaparecido. De hecho, seguramente, si yuuna apareciese en ese mismo instante por la puerta, seria capaz de relajar la expresión, pero eso no iba a pasar.
No. Esos sentimientos no se habían ido. Se habían escondido en los más profundo de mi corazón, y cuando aquellos tipos habían descrito al que les había dado la carta, y había recordado su rostro, entonces volvieron a salir a la luz.
Abrí el sobre apresuradamente. Si ese hijo de puta estaba suelto y estaba por allí, iba a encontrarlo y a partirle la cabeza. Y si, con él no sería sin querer, sería queriendo, y con toda la rabia contenida que tenía.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)