1/07/2020, 13:43
En cuanto Ranko la dejó pasar, pasó. Había conseguido hacer esa maniobra con la camilla de puro milagro, una vez dentro la soltó y se dio cuenta de por qué, le temblaban las manos. Le temblaban mucho, apenas se sentía capaz de realizar un sello.
Estaba mirando al suelo cuando Ranko habló. Ren también había dicho algo mientras la movía. Ay, dios, Ren... Dio la vuelta a la camilla para ver a su hermana.
— ¿C-cómo e-es-stás? — al parecer le temblaba la voz también y un par de lágrimas se les escaparon de los ojos.
¿Por qué era así? No era el momento de ponerse así, ¿por qué sentía que iba a morir o a perder a alguien querido aquel día? ¿Por qué tenía un nudo en el estomago que le impedía hacer otra cosa que no fuese llorar?
—Hana-san, no hacia dentro. Hay que salir. ¡Sácala! Yo debo sacar a alguien también. Intentaré retrasarlo. ¡Corre!
Hana miró a Ranko, ¿salir? ¿Y si había más fuera? Era una locura. Sin embargo, confiaba más en la kusajin que en sí misma, así que asintió y volvió a mirar a Ren. Se secó las lágrimas en la camiseta y decidió decidirse, aunque las lágrimas seguían cayendo y sus manos temblando, pero eso no la iba a parar.
— ¿P-puedes andar, Ren-n-neechan? — le ofreció sus manos para ayudarla a bajar de la camilla.
No se veía capaz de ir empujando eso sin acabar matando a su hermana por cualquier error que cometiese y la camilla saliese volando, sería mejor que fuese andando. En cualquier caso, si no podía iría con la camilla igual, sino, con un brazo de Ren por encima de los hombros, ambas saldrían de nuevo al pasillo en dirección contraria al extraño.
Estaba mirando al suelo cuando Ranko habló. Ren también había dicho algo mientras la movía. Ay, dios, Ren... Dio la vuelta a la camilla para ver a su hermana.
— ¿C-cómo e-es-stás? — al parecer le temblaba la voz también y un par de lágrimas se les escaparon de los ojos.
¿Por qué era así? No era el momento de ponerse así, ¿por qué sentía que iba a morir o a perder a alguien querido aquel día? ¿Por qué tenía un nudo en el estomago que le impedía hacer otra cosa que no fuese llorar?
—Hana-san, no hacia dentro. Hay que salir. ¡Sácala! Yo debo sacar a alguien también. Intentaré retrasarlo. ¡Corre!
Hana miró a Ranko, ¿salir? ¿Y si había más fuera? Era una locura. Sin embargo, confiaba más en la kusajin que en sí misma, así que asintió y volvió a mirar a Ren. Se secó las lágrimas en la camiseta y decidió decidirse, aunque las lágrimas seguían cayendo y sus manos temblando, pero eso no la iba a parar.
— ¿P-puedes andar, Ren-n-neechan? — le ofreció sus manos para ayudarla a bajar de la camilla.
No se veía capaz de ir empujando eso sin acabar matando a su hermana por cualquier error que cometiese y la camilla saliese volando, sería mejor que fuese andando. En cualquier caso, si no podía iría con la camilla igual, sino, con un brazo de Ren por encima de los hombros, ambas saldrían de nuevo al pasillo en dirección contraria al extraño.