30/07/2020, 16:16
—Ya veo. Oh, espera. Una rubia llamada Himura Hana y una morena llamada Himura Ren. Sí . Fue un combate… curioso el suyo.
Intentó no fisgar en la conversación de Ranko tanto como le fuese posible, ella y Ren no hablaban, solo andaban más preocupadas por la otra que preparadas para empezar una conversación. Sin embargo, al oír sus nombres, tuvo que prestar atención. Cuando la mujer nombró el combate, a Hana le cayó una gota de sudor frio por la espalda.
—Me alegra ver que hayan resuelto sus diferencias. Como hermanas se les ve bastante cercanas ahora.
Y Hana se alegraba de que no entrase en detalles. Se habían chillado muchas cosas de las que no se sentía orgullosa en aquel combate, sin contar el beso que le robó al final a Ren. Sin duda, cosas que no quería airear y menos ahora.
Ren parecía totalmente inmersa en caminar y Ranko y su madre en su conversación, así que Hana se calló y siguió el ritmo hasta llegar al dojo más cercano. Escuchó una voz familiar al acercarse, pero fue la reacción de Ren la que le hizo reconocer del todo a la persona que portaba tal vozarrón.
— ¿Venís del estadio? ¿Como esta la situación? ¿Estaís alguno...?
— H-Hola Oda-san...
—Gracias a los Dioses... Disculpadme... Pero no hemos parado desde que la gente comenzó a correr erráticamente. Conseguimos evacuar a bastante gente, intentando que salieran de forma ordenada; pero tras aquellas explosiones... Todo se volvió el mayor de los caos
— Oda-san, Ranko-chan y Ren aún están heridas de sus combates. ¿Hay alguien que pueda examinarlas? Aunque sea para asegurarnos de que... de que están bien.
Iba a soltar "de que no se van a morir" pero no le pareció bonito decir una salvajada así. Aunque fuese verdad, la sola idea de que una de las dos muriese le partía el corazón, si llegase a pasar, jamás se lo perdonaría. Sobre todo al tener en cuenta que tanto Ren como Ranko se habían peleado con uzujines.
Intentó no fisgar en la conversación de Ranko tanto como le fuese posible, ella y Ren no hablaban, solo andaban más preocupadas por la otra que preparadas para empezar una conversación. Sin embargo, al oír sus nombres, tuvo que prestar atención. Cuando la mujer nombró el combate, a Hana le cayó una gota de sudor frio por la espalda.
—Me alegra ver que hayan resuelto sus diferencias. Como hermanas se les ve bastante cercanas ahora.
Y Hana se alegraba de que no entrase en detalles. Se habían chillado muchas cosas de las que no se sentía orgullosa en aquel combate, sin contar el beso que le robó al final a Ren. Sin duda, cosas que no quería airear y menos ahora.
Ren parecía totalmente inmersa en caminar y Ranko y su madre en su conversación, así que Hana se calló y siguió el ritmo hasta llegar al dojo más cercano. Escuchó una voz familiar al acercarse, pero fue la reacción de Ren la que le hizo reconocer del todo a la persona que portaba tal vozarrón.
— ¿Venís del estadio? ¿Como esta la situación? ¿Estaís alguno...?
— H-Hola Oda-san...
—Gracias a los Dioses... Disculpadme... Pero no hemos parado desde que la gente comenzó a correr erráticamente. Conseguimos evacuar a bastante gente, intentando que salieran de forma ordenada; pero tras aquellas explosiones... Todo se volvió el mayor de los caos
— Oda-san, Ranko-chan y Ren aún están heridas de sus combates. ¿Hay alguien que pueda examinarlas? Aunque sea para asegurarnos de que... de que están bien.
Iba a soltar "de que no se van a morir" pero no le pareció bonito decir una salvajada así. Aunque fuese verdad, la sola idea de que una de las dos muriese le partía el corazón, si llegase a pasar, jamás se lo perdonaría. Sobre todo al tener en cuenta que tanto Ren como Ranko se habían peleado con uzujines.