5/12/2020, 18:14
(Última modificación: 5/12/2020, 18:14 por Uzumaki Eri.)
Reiji afirmó que todo estaba listo para que se adentrasen en el mar en dirección al lugar indicado, sin embargo; a pesar de que el barco se pusiera en marcha, el herrero decidió que era buena idea enseñarles a los recién llegados las instalaciones del lugar.
No sin antes dedicarle unas palabras al bijū que residía en las aguas del lugar. Eri tuvo un escalofrío, todavía no se acostumbraba a ello.
El tour dejó impresionada a Eri. ¡Cuántas cosas tenía para ser un barco! Habitaciones, sala de estar, ¡incluso una cocina! Que de normal, pues era bastante normal, claro... ¡Pero para ella era alucinante!
—Vamos a hablar con Datsue, quiero discutir algunas cosas con vosotros, en preparación.
Eri asintió y lo siguió. Y, cuando todos estuvieron libres, habló:
—Datsue, Eri, necesitamos un Sello de la Hermandad Intrépida para poder comunicarnos. Eso me parece una prioridad —Eri asintió, mirando a su compañero—, pero si tenéis algún sellado más que pueda sernos útil, por favor, no dudéis en decirlo. Necesitamos tener la mayor seguridad posible. Dioses, quién sabe lo que podría pasar.
Mientras se dirigía a Reiji, Eri sopesó unos segundos, recordando uno de sus sellos.
—Tengo un sello... No sé si podría resultar útil, Hanabi-sama, pero se llama sello del espía: puedo escuchar todo lo que hay alrededor de ese sello si lo activo y está bien colocado para que no sea visible del todo... No sé si valdrá de algo, pero es uno de los que tengo a mano... —explicó. Quería resultar lo más útil posible tanto a sus compañeros como a su Kage, así que quiso compartir su repertorio con ellos.
No sin antes dedicarle unas palabras al bijū que residía en las aguas del lugar. Eri tuvo un escalofrío, todavía no se acostumbraba a ello.
El tour dejó impresionada a Eri. ¡Cuántas cosas tenía para ser un barco! Habitaciones, sala de estar, ¡incluso una cocina! Que de normal, pues era bastante normal, claro... ¡Pero para ella era alucinante!
—Vamos a hablar con Datsue, quiero discutir algunas cosas con vosotros, en preparación.
Eri asintió y lo siguió. Y, cuando todos estuvieron libres, habló:
—Datsue, Eri, necesitamos un Sello de la Hermandad Intrépida para poder comunicarnos. Eso me parece una prioridad —Eri asintió, mirando a su compañero—, pero si tenéis algún sellado más que pueda sernos útil, por favor, no dudéis en decirlo. Necesitamos tener la mayor seguridad posible. Dioses, quién sabe lo que podría pasar.
Mientras se dirigía a Reiji, Eri sopesó unos segundos, recordando uno de sus sellos.
—Tengo un sello... No sé si podría resultar útil, Hanabi-sama, pero se llama sello del espía: puedo escuchar todo lo que hay alrededor de ese sello si lo activo y está bien colocado para que no sea visible del todo... No sé si valdrá de algo, pero es uno de los que tengo a mano... —explicó. Quería resultar lo más útil posible tanto a sus compañeros como a su Kage, así que quiso compartir su repertorio con ellos.