31/01/2021, 22:53
(Última modificación: 31/01/2021, 22:54 por Amedama Daruu.)
—¡¡Ahgh, aaagh, hijo de puta!! —Un sonoro crack anunció una rotura con muy mal aspecto en el guardia que había atacado a Reiji. El hombre cayó al suelo, gritando como loco.
—¡Reiji, no! ¡No debéis hacerles daño! —Hanabi chasqueó la lengua y se acercó al grupo. Pero Datsue estaba a la ofensiva y lanzó unas vendas hacia el otro soldado que él conocía muy bien—. ¡Cuidado, por favor!
No estaba en la naturaleza de Hanabi hacer lo que había hecho ese día. No lo estaba. Pero un Kage lo es para deberse a su aldea y a su país, ¿y acaso no era exactamente lo que había necesitado en ese momento? El Uzukage chasqueó de nuevo la lengua, incómodo, y se dio la vuelta. Con una silla, rompió la ventana y sacó el brazo afuera, apuntando al cielo. Disparó un nuevo disco, esta vez envuelto en llamas.
Katsudon asintió.
—Antes de morir, el anterior Señor Feudal encontró motivos para sospechar que su hijo pretendía matarle y ponerse en el cargo. Shiden, su hijo, es un simpatizante de Zoku. Ya sabéis, el kage traidor que mató a la Cuarta... —A Katsudon se le ensombreció el rostro y bajó la mirada—. Y a mi padre.
»Rasen murió en el estadio, así que Shiden es ahora legítimo Señor. Pero las pruebas de que estaba planeando el asesinato de Rasen, y no solo eso, sino que había ya intentado matarlo hasta en dos ocasiones por medio de asesinos intermediarios, las sigo teniendo yo. Hanabi ha ido a hablar con Shiden por petición de este último. Sospecha que puede intentar algo.
»Yo creo que sabe que lo hará. —Katsudon miró al pequeño palacio del Señor, como una hormiga a su lado ahora que estaban allá arriba—. A Hanabi le hubiera gustado preparar una acción mucho menos violenta, con más tiempo, pero me temo que ese cabrón estaría planeando quitárselo del medio y utilizar los dos bijū de Uzushiogakure para hacer la guerra contra las otras dos Grandes. Eso no lo podemos permitir. Va en contra de todo lo que los shinobi creemos. —«Aunque las cosas han cambiado mucho, eso seguro...»
Un pequeño lucero ascendió por encima del palacio. Katsudon se quedó mirándolo un momento, como si fuera una estrella fugaz, sin pensar siquiera. Luego se atragantó y se levantó de golpe.
»¡¡Todo el mundo, Hanabi ha dado la señal, vamos, VAMOS, VAMOS!! —Casi atropelló a Takumi, evidentemente nervioso, cuando pasó por su lado—. ¡Ordenad a los civiles que vuelvan a sus casas y no matéis ni hagáis excesivo daño a ninguna de las fuerzas del Señor Feudal! ¡Nuestro objetivo es tomar la ciudad y llevarle los documentos pertinentes a Hanabi! ¡Hasta que no él no dé más órdenes, basta con asegurar un toque de queda marcial!
—¡Reiji, no! ¡No debéis hacerles daño! —Hanabi chasqueó la lengua y se acercó al grupo. Pero Datsue estaba a la ofensiva y lanzó unas vendas hacia el otro soldado que él conocía muy bien—. ¡Cuidado, por favor!
No estaba en la naturaleza de Hanabi hacer lo que había hecho ese día. No lo estaba. Pero un Kage lo es para deberse a su aldea y a su país, ¿y acaso no era exactamente lo que había necesitado en ese momento? El Uzukage chasqueó de nuevo la lengua, incómodo, y se dio la vuelta. Con una silla, rompió la ventana y sacó el brazo afuera, apuntando al cielo. Disparó un nuevo disco, esta vez envuelto en llamas.
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Katsudon asintió.
—Antes de morir, el anterior Señor Feudal encontró motivos para sospechar que su hijo pretendía matarle y ponerse en el cargo. Shiden, su hijo, es un simpatizante de Zoku. Ya sabéis, el kage traidor que mató a la Cuarta... —A Katsudon se le ensombreció el rostro y bajó la mirada—. Y a mi padre.
»Rasen murió en el estadio, así que Shiden es ahora legítimo Señor. Pero las pruebas de que estaba planeando el asesinato de Rasen, y no solo eso, sino que había ya intentado matarlo hasta en dos ocasiones por medio de asesinos intermediarios, las sigo teniendo yo. Hanabi ha ido a hablar con Shiden por petición de este último. Sospecha que puede intentar algo.
»Yo creo que sabe que lo hará. —Katsudon miró al pequeño palacio del Señor, como una hormiga a su lado ahora que estaban allá arriba—. A Hanabi le hubiera gustado preparar una acción mucho menos violenta, con más tiempo, pero me temo que ese cabrón estaría planeando quitárselo del medio y utilizar los dos bijū de Uzushiogakure para hacer la guerra contra las otras dos Grandes. Eso no lo podemos permitir. Va en contra de todo lo que los shinobi creemos. —«Aunque las cosas han cambiado mucho, eso seguro...»
Un pequeño lucero ascendió por encima del palacio. Katsudon se quedó mirándolo un momento, como si fuera una estrella fugaz, sin pensar siquiera. Luego se atragantó y se levantó de golpe.
»¡¡Todo el mundo, Hanabi ha dado la señal, vamos, VAMOS, VAMOS!! —Casi atropelló a Takumi, evidentemente nervioso, cuando pasó por su lado—. ¡Ordenad a los civiles que vuelvan a sus casas y no matéis ni hagáis excesivo daño a ninguna de las fuerzas del Señor Feudal! ¡Nuestro objetivo es tomar la ciudad y llevarle los documentos pertinentes a Hanabi! ¡Hasta que no él no dé más órdenes, basta con asegurar un toque de queda marcial!
![[Imagen: MsR3sea.png]](https://i.imgur.com/MsR3sea.png)
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