9/10/2022, 16:52
Pasaron varias horas más hasta que Ruhara volvió a la tienda. Horas que Toshio se pasó en silencio, alternando entre quedarse dormido y despertarse alterado por sus pesadillas, hasta que decidió durante la última hora que tuvo quedarse despierto todo lo que pudiese. La situación en la que estaban era deprimente y ni siquiera dormir para escapar de la realidad. Lo único que le quedaba era intentar mirar al futuro con esperanzas, pero su moral estaba bajando, y bajaba muy rápidamente.
Malhumorada, su carcelera se acercó a los prisioneros para ordenarles y explicarles lo que estaba por suceder, a lo que el pelirrojo simplemente asintió. No mostró ningún tipo de hostilidad cuando le cortasen las cuerdas, ni al levantarse como buenamente podía apoyándose del pilar. De hecho, lo único que hizo además de ponerse en fila en silencio, fue comprobar que Ranko y Jun estuviesen haciendo lo mismo.
«No pierdas la esperanza. No desesperes...» Continuaba repitiéndose mentalmente. Lo necesitaba. «Conseguirás salir de esta».
Malhumorada, su carcelera se acercó a los prisioneros para ordenarles y explicarles lo que estaba por suceder, a lo que el pelirrojo simplemente asintió. No mostró ningún tipo de hostilidad cuando le cortasen las cuerdas, ni al levantarse como buenamente podía apoyándose del pilar. De hecho, lo único que hizo además de ponerse en fila en silencio, fue comprobar que Ranko y Jun estuviesen haciendo lo mismo.
«No pierdas la esperanza. No desesperes...» Continuaba repitiéndose mentalmente. Lo necesitaba. «Conseguirás salir de esta».