Datsue enseñó las palmas de las manos, en señal de tregua.

—Si no dije nada —protestó, ante la exclamación de Eri. La verdad que lo había resumido bastante bien—. Concentrar chakra de primeras en la palma de tu mano es jodido. Por eso en Uzu usamos un método de aprendizaje dividido en tres pasos. Este es el primero —dijo, tomando un globo de agua—. Lo que necesitas crear es una corriente de chakra constante que haga girar el agua en varias direcciones hasta que consigas que estalle.

Y como ninguna explicación estaba completa sin un ejemplo, Datsue le hizo una demostración. El agua del globo empezó a moverse y a empujar el látex por todas partes, hasta finalmente estallar, empapando el suelo y su antebrazo.

—Tu turno.

—Si no dije nada. Concentrar chakra de primeras en la palma de tu mano es jodido. Por eso en Uzu usamos un método de aprendizaje dividido en tres pasos. Este es el primero. Lo que necesitas crear es una corriente de chakra constante que haga girar el agua en varias direcciones hasta que consigas que estalle.

Acto seguido, Datsue cogió uno de los globos y este empezó a retorcerse hasta reventar, desvelando que verdaderamente era agua lo que había dentro de los orbes. Hana miraba con un brillo de emoción en los ojos. ¿Solo tenía que reventar el globo con chakra? Eso estaba hecho.

—Tu turno.

Hana se acercó rápidamente y cogió uno de esos globos. Lo sostuvo y examinó detenidamente, solo tenía que concentrarse y hacer girar el chakra, nada del otro mundo, ¿no? Se quedó ahí parada, con los dos Jounins esperando resultados y ella concentrandose en hacer girar el chakra dentro del globo de agua. Se concentró mucho, muchisimo, y el globo ni se movió.

Se empezó a frustrar tras el minuto sin un solo movimiento. Concentró más chakra y el agua empezó a reaccionar, empezó a hervir. El globo empezó a inflarse y Hana lo soltó de inmediato, temiendo por su vida. El globo reventó antes de tocar el suelo, dejando ir todo el gas acumulado y dejando que el resto del agua se fuese directa a la tierra.

— Bueno, casi. — se había puesto tan nerviosa que se había ido al Yoton de cabeza.

—Si no dije nada—protestó el Uchiha, pero ella siguió mirándolo con cara de ¡por si acaso!.

Fue su turno de concluir la explicación y empezar con la práctica, que sería mucho más complicada que un puñado de palabras soltadas a bocajarro sin ningún tipo de demostración. Datsue tomó uno de los globos de agua que había traído y, con aparente facilidad, le hizo una demostración perfecta.

Y ahora le tocaba a Hana.

Como curiosa que era, la rubia se acercó y tomó uno de los globos que había traído el Jounin. Lo sostuvo en su mano y lo observó con cautela, como si quisiera imaginarse lo que tenía que hacer. Pronto, concentró chakra, pero no parecía haber reacción, o eso creyó Eri, hasta que logró que aumentara su tamaño y soltara humo, algo que la asustó.

Y el globo cayó contra el suelo.

—Al menos ha focalizado el chakra dentro del globo, solo que no del modo que era —intentó ver el lado positivo—. No te preocupes, Hana, a mí la primera vez tampoco me fue bien —admitió, poniendo una mano sobre su hombro—. Ve poco a poco, primero intenta solo que el agua del interior se mueva, no intentes explotarlo de buenas a primeras, ¿vale?

«¿Vapor? Una de sus naturalezas debe ser Katon. ¡Ja! No ha completado ni el primer entrenamiento del Rasengan y ya busca combinarlo con un elemento, ¡algo que ni el mismísimo Uzumaki Shiomaru logró!» Esa kunoichi tenía valor y ambición. Eso, o simplemente había sido de manera accidental. Probablemente fuese lo segundo, pero el Uchiha prefería pensar que era lo primero.

—Tranquila, Hana. Sin presión. Te vas a pasar aquí el resto de la tarde y yo aprovecharé para practicar lo mío —dijo, para que no se sintiese en continua evaluación. Eso y porque, verdaderamente, sí quería practicar un poco su Raiton.

Ambos Jounin insistieron en que se tranquilizase, lo cual solo ponía más nerviosa a Hana, que aún así, se negaba a rendirse. Cogió otro globo de agua y esta vez intentó serenarse antes de empezar a usar el chakra, respiró hondo y fijó su mirada en el orbe.

Empezó poco a poco, sintiendo como fluía el chakra hacía su mano y una vez ahí, lentamente y con cuidado de no transformarlo, hizo que rotase.

A ojos de Datsue y Eri parecería que no estaba pasando nada, porque no había ningún indicio de que estuviese pasando algo, pero es que Hana tampoco veía que pasase nada. Negó mentalmente, intentando calmarse y que no explotase todo otra vez.

"Piensa en un remolino, girar, girar, girar." intentó convencerse la rubia, pero por mucho que intentase girar el chakra, la bola de agua seguia igual. ¡Ella no notaba que nada girase! Solo necesitaba usar algo más de chakra, pero solo un poquito.

En cuanto lo intentó aumentar, el globo salió despedido hacia arriba a toda velocidad, para caer unos metros más allá y reventarse contra el suelo.

— Por lo menos esta vez no lo he reventado yo. — dijo en voz alta mientras iba a por otro.

Pese a que los dos uzujines la tratasen de tranquilizar, Hana parecía nerviosa, y Eri temía que su pupila se frustrase por no lograrlo. Se rascó la cabeza mientras la veía coger otro globo. Datsue, que parecía confiar plenamente en que lo lograría, pasó a entrenar él un poco de paso. Ella se encogió de hombros. No le vendría mal un poco de entreno tampoco.

Pero antes de ponerse a ello, miró a Hana para comprobar si esa vez le salía o no. ¿Qué logró? Que el globo saliera despedido.

—Poco a poco —fue lo único que dijo, tendiéndole un globo a la rubia para que continuara.

Y ella deselló su Naginata.

Datsue, en la otra esquina del dojo, realizó una tanda enorme de sellos, que le permitió canalizar el chakra Raiton de la manera correcta para concentrarlo en su mano derecha, que empezó a emitir un sonido de mil pájaros chirriantes. Sus ojos cambiaron de color por el poder del Sharingan.

—¡Chidori! —rugió, avanzando en línea recta a una velocidad que normalmente no sería capaz de alcanzar y estampando el poderoso ninjutsu en…

… el aire. No quería destrozar nada.

—Ah, bien, bien. —Como calentamiento estaba bien. Ahora quedaba lo más difícil. Conseguir ejecutar aquella maldita técnica sin hacer uso de sello alguno. Como los ninjas más avanzados.

Su sensei le pasó un globo, que Hana aceptó con sumo agrado, para despues sacarse una Naginata de la nada, lo cual hizo que Hana se asustase un poco. Casi daba la sensación de que la iba a ensartar como siguiese así.

Pero poco le duró el susto, porque de la nada, un sonido como de una bandada de aves en celo resonó por todo el lugar. Al girarse, se encontró a Datsue con los ojos rojos de ira y poder, la mano convertida en un emborronado de rayos y electricidad, apuñalando el aire. Hana se quedó tan pálida como la nube más blanca del cielo.

Ella estaba en medio de lanzazos y Raitones al aire. Y justo en ese momento su mente le recordó que Raiton era eficaz contra Doton. Iba a morir. Un solo movimiento en falso de Eri o Datsue y no tendría que volver a preocuparse por ningún torneo, iría directa al infierno, donde ardería de por vida.

Volvió a negar para sí, intentando centrarse en el globo. Lo cogió, lo volvió a examinar como había hecho con todos los anteriores y sin hacer mucha fuerza física, empezó a concentrarse en acumular chakra y hacerlo rotar. Lo mejor iba a ser empezar con rotaciones lentas, solo para mover el agua y darse cuenta de que podía mover el agua del interior y después subir el nivel para que reventase desde dentro.

Se sintió satisfecha de haber trazado un plan de acción ella solita, aunque el plan no estuviese surtiendo ninguna clase de efecto. El agua ni se movía ni intentaba intentarlo. Paró un segundo, intentando dejar a un lado la frustración para ir aumentando el chakra hasta que realmente moviese el agua. Poco a poco, como le había dicho Eri-sensei.

Eri miró con admiración como Datsue comenzaba a entrenar el Chidori pese a todos los sellos que este tenía, y era capaz de parar antes de romper nada. Ella apoyó su Naginata en su hombro derecho y se alejó de Hana para poder entrenar con su lanza tranquilamente.

Empezó con algunas estocadas al aire para luego darse inmediatamente la vuelta y volver a arremeter contra la nada, como si alguien hubiera venido desde detrás hacia ella. Y echó una ojeada a Hana.

Pero de ella ya no dependía que lo lograse, solo dependía de la rubia.

Un uzujin le había dicho una vez que el Chidori nació del Rasengan. Que uno de sus antiguos compatriotas, en muchos intentos por conseguir darle al Rasengan el elemento Raiton, acabó por desarrollar el Chidori en su lugar, que no era sino una versión menor de lo que él realmente quería conseguir. Datsue apostaba a que cada Villa tiraría para casa, y que si todavía existiese la antigua Villa de las Nubes, a buen seguro se agenciarían el mérito para ellos. Pero a él le gustaba pensar que había nacido en Uzu, y que por tanto, como ya dominaba la técnica madre, no le costaría manejar con soltura el Chidori.

Con eso en mente, trató de concentrar el elemento Raiton en la diestra y generar el Chidori sin sellos. El resultado fue…

… decepcionante. Logró manipular chakra eléctrico en la mano, por supuesto, pero carecía de poder. De fuerza concentrada en un punto tan pequeño. Aquella electricidad servía para ejecutar la Técnica de las Bestias Veloces de Rayo, pero ni de lejos algo tan letal como el Chidori.

—Me cago en mi estampa —Por alguna razón, el Raiton, al contrario que el Katon o el Doton, siempre se le había resistido. No importaba qué técnica fuese, tardaba el doble o más en aprenderla en comparación a una de equivalente nivel en los otros dos elementos.

Empezaba a notar que el agua giraba dentro del globo, ahora solo faltaba hacer eso como a lo loco para que reventase.

—Me cago en mi estampa

Maldijo el moreno al intentar un jutsu de Raiton, el mismo que acababa de hacer, pero sin sellos. Hana le dedicó un pensamiento de más a lo poderosos e incomprensibles que eran esos jounins, intentando dominar técnicas sin sellos cuando la técnica tenía sus sellos ya, y solo por ese pensamiento extraviado, perdió el control del globo.

Más bien, el control de su chakra dentro del globo, empezó a girar con más fuerza en el eje horizontal pero no había nada en el vertical, así que de esfera pasó a disco y de disco a muerte globil, empapandose de nuevo y perdiendo otro soldado en aquella guerra.

— ¿Cuanto tardasteis vosotros en pasar esto? — preguntó mientras iba a por otro globo.

Ella seguía pegándose con el aire, como si le hubiera hecho algo malo, ajena a Datsue o a Hana, intentando focalizarse en su enemigo inventado. Pero la voz de Datsue junto al estruendo de la técnica a medio hacer la sacó de su ensimismamiento.

—A mí me costó, pero acaba saliendo, créeme —le dijo a Datsue, acercándose a él—. Si quieres te muestro como lo hago yo, a lo mejor te da alguna idea. —Ofreció.

Mientras tanto, no muy lejos de ellos, una pequeña rubia se dedicaba a reventar su tercer globo, ¿o era el cuarto ya?

— ¿Cuanto tardasteis vosotros en pasar esto? — preguntó mientras iba a por otro globo.

Eri se encogió de hombros. Le llevó demasiado según lo que ella sentía.

—Me tiré semanas hasta poder hacerlo bien y de seguido con los globos, pero una vez lo dominas, sale solo, solo... Que es un gran tiempo, al menos para mí, si seguro que Uzushiogakure se quedó sin reservas de globos por mi culpa... —se rascó la nuca, sintiéndose algo culpable—. Pero cuando lo dominas, te sientes completamente realizado contigo mismo.

Datsue suspiró, tratando de focalizar toda su frustración únicamente en su ceño fruncido, y solo en eso.

—Pff… Si es que ya se lo vi hacer a Raito-sensei cientos de veces, tía. Pero por mucho que comprenda su ejecución, sigue sin salirme.

Estaba un poco hasta los huevos, para qué engañarse. Y cuanto más se irritaba, peor le salía el siguiente intento. Y más se irritaba. Y peor le salía. Un bucle que no hacía más que perjudicarle. Hana, quizá también al principio de ese bucle, preguntó cuánto tiempo le había llevado a ellos dominar el Rasengan.

A Eri, semanas.

—Cuatro —respondió él, a continuación—. Cuatro largas, inacabables, e intensas…

»… horas.

Se encogió de hombros, como si aquello no fuese una proeza. Luego, no pudo contenerse más y estalló en una sonora carcajada. Alzó ambas manos.

—Está bien, está bien. No fueron cuatro horas —tuvo que confesar—. No sé cuánto tiempo me llevó exactamente, la verdad. Pero tampoco sería un buen baremo con el que medirte. Piensa que cuando a mí me enseñaron esta técnica, hace menos de un año, yo estaba ya en mi cénit como ninja. Con experiencia en varios elementos, con muchas técnicas desarrolladas a mi espalda. Si la hubiese intentado aprender en mis inicios, como tú, me hubiese costado muchísimo más.

—Me tiré semanas hasta poder hacerlo bien y de seguido con los globos, pero una vez lo dominas, sale solo, solo... Que es un gran tiempo, al menos para mí, si seguro que Uzushiogakure se quedó sin reservas de globos por mi culpa... Pero cuando lo dominas, te sientes completamente realizado contigo mismo.

—Cuatro. Cuatro largas, inacabables, e intensas…… horas.

Hana abrió la boca, primero de la sorpresa y después para quejarse de lo injusto que era la vida.

— No... no puede ser, ¡pero si...!

Paró en cuanto Datsue empezó a descojonarse en su cara. Era una mentira como una catedral de grande y como una mierda de perro de apestosa, ¡y lo peor es que se lo había creído! ¡Y no era la primera vez que el Uchiha exageraba como un bellaco! ¿Por qué tenía que ser tan credula? Infló las mejillas y apretó los labios, en señal de protesta.

—Está bien, está bien. No fueron cuatro horas. No sé cuánto tiempo me llevó exactamente, la verdad. Pero tampoco sería un buen baremo con el que medirte. Piensa que cuando a mí me enseñaron esta técnica, hace menos de un año, yo estaba ya en mi cénit como ninja. Con experiencia en varios elementos, con muchas técnicas desarrolladas a mi espalda. Si la hubiese intentado aprender en mis inicios, como tú, me hubiese costado muchísimo más.

Plantearse siquiera el límite de las habilidades de Datsue le daba escalofrios. ¿Cuan lejos podía estar ella de eso? No de su propio límite, sino del del jinchuriki. ¿A años luz de distancia? ¿A lustros de tiempo? ¿A toneladas de peso? No sabía en qué se medía el chakra, pero a millones de eso también.

Hana había dejado de concentrar ningún tipo de chakra en el globo, lo manoseaba, pasandoselo de una mano a otra. Si a ellos les había costado, siendo ninjas de verdad, ella que apenas era una genin ¿tenía alguna oportunidad? No podía evitar dudarlo.

— ¿De verdad creeis que puedo aprenderlo? Es decir, yo solo soy una principiante, tal vez sencillamente no puedo hacerlo. Tal vez mi límite no es tan alto como el vuestro.

Datsue le informó que había visto a su sensei demasiadas veces ya como para que no le saliera, y ella lo comprendía, ciertamente, pero seguramente estaba frustrado, al igual que ella cuando tuvo que aprender el Rasengan. Se lo había confesado a Hana y al Uchiha, no era una buena aprendiz, y tardaba lo suyo para aprender una sola técnica, así que poco podía ayudar.

Pero lo que le sorprendió fue que, Datsue, allí delante, solo necesitó unas horas para lograrlo.

—¿Qué? —Desde aquel día, la cuestión ¿qué? iba a ser su favorita.

— No... no puede ser, ¡pero si...!

Y encima se ríe en su cara.

Preparó un reproche, pero el chico, veloz, negó que fueran pocas horas, pero que con la experiencia que tenía en el mundo ninja, tampoco le llevó demasiado. Eri miró de soslayo a Hana para ver su rostro y saber qué opinaba la menor y más reciente genin de aquel improvisado grupo de chicos que entrenaban en una tarde de verano.

— ¿De verdad creeis que puedo aprenderlo? Es decir, yo solo soy una principiante, tal vez sencillamente no puedo hacerlo. Tal vez mi límite no es tan alto como el vuestro.

Se giró a mirarla completamente, con las cejas caídas.

—Hana, yo también tenía mi experiencia en la espalda, además; me lo enseñó Hanabi-sama, ¿sabes? Quieras o no, eso seguramente ayudó —en verdad solo quería decirlo, aunque luego se sintiera mal, ¡pero tenía que presumir de algo! —. Te acabará por salir, estás en el primer día de seguramente semanas de entreno, así que no te frustres, ¿vale?