30/03/2016, 22:28
Las segundos se hicieron decadas, los minutos siglos, pero antes de que pudieran darse cuenta, casi una decena de personas se encontraban apretujados de forma un tanto imprudente en dos metros redondos de espacio. El espacio vital de cada uno habia quedado en la inexistencia.
Gracias a Sama-sama bendito, todos habian salido más o menos ilesos, y todos habian llegado a la "zona segura" antes de que todo lo que quedaba de la cupula cayera de golpe hacia la habitación en llamas, provocando un desplazamiento de la tierra de alrededor que acabo de enterrar completamente la estancia y de paso, apagó el fuego.
Sin embargo, no todo era luz y color, de hecho, habia de todo menos luz y color. El humo desprendido por la cantidad ingente de llamas se sumó al masivo polvo que salió del derrumbe acompañado del alud de tierra que cayó acto seguido. Antes de que los muchachos pudieran organizarse, ver algo o directamente buscar a quien sacarle la cabeza para satisfacer ese impulso de matar a alguien que dominaba a todos en aquel recinto, o a casi todos.
En aquel humo, en apenas unos segundos, varias manos aparecieron de la nada y en unos instantes habian conseguido sacar a la fuerza a varios de los shinobis que ahí se encontraban. Ellos sentirian que algo les agarraba con una fuerza que nada tenia que ver con la que poseian en esos momentos, como escualidos gennines que eran. Otros sentirian como unas agiles manos les quitaban alguna pertenencia, o ni siquiera sentirian nada, como niños asustados y lejos de casa que eran.
Al despejarse la densa niebla, humo, polvo que habia entre Nabi y el resto del mundo pudo ver lo que de verdad habia ocurrido, a cada lado del circulo, fuera del mismo pero cerca de los pequeños pilares que asomaban del mismo, se encontraban algunas personas entre las cuales podia reconocer a Juro y Kazuma, ambos estaban uno encima del otro, literalmente, en un lado, despues justo en la dirección contraria se encontraban Ritsuko y Kaido, y en la perpendicular a estos dos, un portaobjetos y media gema blanca.
El rubio tardó de más en reaccionar, pero finalmente, se llevó la mano al muslo derecho. Sin duda, ese era su portaobjetos. Alrededor del circulo y de los muchachos que se encontraban fuera del mismo habia una docena de Nabirutos. Apenas tendria un par de años más que Nabi, o al menos, eso aparentaba. Era igual de rubio que él y su ropa era asquerosamente semejante, si descontamos que la de nuestro querido heroe se encontraba llena de barro y sangre y arañazos por todas partes.
Todo eso habia ocurrido en un instante, y para cuando fue a reaccionar, otro suceso se le adelantó, como llevaba pasando durante toda la noche. Una fuerte onda expansiva fue provocada por la gema blanca, que era la única que tenia sus mitades libre, se reconstruyera, haciendo que cada media esfera se lanzara hacia la otra con una fuerza atronadora.
Como si de una canción se tratara, las demas hicieron lo propio imitando a sus predecesoras. Atravesando todo tejido, ya fuera artificial, vegetal, mineral o animal, cada mitad se encontraria con su gemela, como dos polos opuestos que se encuentran a una distancia tan corta que resultan imposibles de separar. Uno de los clones del rubio malevolo se acercó a la ahora completa gema blanca, que brillaba con una intensidad bastante lamentable si la comparabamos con las otras, y la forzó dentro de su columna haciendo gala de una enorme cantidad de chakra.
Lo habeis hecho genial cargando las esferas, habiamos hecho apuestas, pero desde luego ninguna predecia que fuerais taaaaaaaaaaaaaaaan inutiles. Supongo que es dificil darte cuenta de que te estan sorbiendo chakra lentamente cuando te estas enfrentando con un montón de shinobis.
Os amenazaria, de verdad, pero en serio, sois unos gennins paquetes que no podeis ni con vuestras hormonas contra doce yos, creo que es bastante obvio que no deberiais intentar nada.
Mientras estaba con su conmovedor discurso cada orbe se habia incrustado en su correspondiente columna y estas se habian hundido en el suelo a una velocidad impresionante, sin embargo, a la de la gema blanca parecia costarle, como un viejo cruzando la calle.
El Uchiha era consciente de que su brazo no le iba a contestar para nada, y aunque podia hacer sellos con solo uno... No tenia la seguridad de que nada de eso fuera suficiente para acabar con él, ya lo habia intentado antes, sin todos esos cortes, magulladuras, moratones, dislocaciones y cansancio. Ahora su prioridad era salir de alli con todos los compañeros de villa que pudiera, y estos parecian tener algún tipo de sindrome suicida, así que lo mejor seria esperar a que los tios esos consiguieran lo que fuera que habian venido a buscar.
Nabiruto acabó por hundir la última columna a presión, mientras sus clones vigilaban vigilantes que nadie intentara hacer nada raro. En cuanto el orbe se habia escondido bajo tierra un simbolo apareció en el circulo sobre el que se encontraban, eran dos piedras de diferente tamaño una al lado de la otra. A Nabi le sonaba ligeramente de algo.
Del centro, salió escupida una esfera del tamaño del puño de un bebe de manos obesas de color dorado. Nabiruto dió un salto mientras hacia sellos, que finalizó justo cuando llegó a la esfera, al cogerla, tanto él como los clones desaparecieron con un puff, y un pequeño pedo de humo.
No habia más luces, ni más clones, ni más humo, ni más espectaculo, solo eran los gennins asustados que se habian enzarzado en algo que no entendian y que habian acabado como habian llegado, las manos vacias y un mal sabor en la boca. Malheridos y lejos de casa.
Nabi, con los ojos negros clavados en Eri, se acercó a ella y fue el primero en abrir la boca tras la desaparición del extraño muchacho.
Vamonos a casa.
Serio y tajante, como era él. Lo dijo lo suficientemente alto como para que todos y cada uno de los presentes lo oyera. No habia cabida para las dudas ni para las sospechas ni para la culpabilidad ni para el sentido de la justicia, ni para nada. Eran shinobis recien salidos de la academia, su prioridad debia ser siempre entregar toda la información posible a su kage. Que es lo que Nabi haria en cuanto pusiera pie en Uzushiogakure.
Debia comprobar que sus compañeros tambien llegaban sanos y salvos a Uzu, y si tenia que escoltarles, lo haria sin dudar. No tenia intención de pelearse con nadie, y si alguien de su villa lo intentaba, lo detendria. No era ni el momento ni el lugar, todos habian quedado bastante humillados ya, no iba a dejar que removieran la mierda por siempre.
Gracias a Sama-sama bendito, todos habian salido más o menos ilesos, y todos habian llegado a la "zona segura" antes de que todo lo que quedaba de la cupula cayera de golpe hacia la habitación en llamas, provocando un desplazamiento de la tierra de alrededor que acabo de enterrar completamente la estancia y de paso, apagó el fuego.
Sin embargo, no todo era luz y color, de hecho, habia de todo menos luz y color. El humo desprendido por la cantidad ingente de llamas se sumó al masivo polvo que salió del derrumbe acompañado del alud de tierra que cayó acto seguido. Antes de que los muchachos pudieran organizarse, ver algo o directamente buscar a quien sacarle la cabeza para satisfacer ese impulso de matar a alguien que dominaba a todos en aquel recinto, o a casi todos.
En aquel humo, en apenas unos segundos, varias manos aparecieron de la nada y en unos instantes habian conseguido sacar a la fuerza a varios de los shinobis que ahí se encontraban. Ellos sentirian que algo les agarraba con una fuerza que nada tenia que ver con la que poseian en esos momentos, como escualidos gennines que eran. Otros sentirian como unas agiles manos les quitaban alguna pertenencia, o ni siquiera sentirian nada, como niños asustados y lejos de casa que eran.
Al despejarse la densa niebla, humo, polvo que habia entre Nabi y el resto del mundo pudo ver lo que de verdad habia ocurrido, a cada lado del circulo, fuera del mismo pero cerca de los pequeños pilares que asomaban del mismo, se encontraban algunas personas entre las cuales podia reconocer a Juro y Kazuma, ambos estaban uno encima del otro, literalmente, en un lado, despues justo en la dirección contraria se encontraban Ritsuko y Kaido, y en la perpendicular a estos dos, un portaobjetos y media gema blanca.
El rubio tardó de más en reaccionar, pero finalmente, se llevó la mano al muslo derecho. Sin duda, ese era su portaobjetos. Alrededor del circulo y de los muchachos que se encontraban fuera del mismo habia una docena de Nabirutos. Apenas tendria un par de años más que Nabi, o al menos, eso aparentaba. Era igual de rubio que él y su ropa era asquerosamente semejante, si descontamos que la de nuestro querido heroe se encontraba llena de barro y sangre y arañazos por todas partes.
Todo eso habia ocurrido en un instante, y para cuando fue a reaccionar, otro suceso se le adelantó, como llevaba pasando durante toda la noche. Una fuerte onda expansiva fue provocada por la gema blanca, que era la única que tenia sus mitades libre, se reconstruyera, haciendo que cada media esfera se lanzara hacia la otra con una fuerza atronadora.
Como si de una canción se tratara, las demas hicieron lo propio imitando a sus predecesoras. Atravesando todo tejido, ya fuera artificial, vegetal, mineral o animal, cada mitad se encontraria con su gemela, como dos polos opuestos que se encuentran a una distancia tan corta que resultan imposibles de separar. Uno de los clones del rubio malevolo se acercó a la ahora completa gema blanca, que brillaba con una intensidad bastante lamentable si la comparabamos con las otras, y la forzó dentro de su columna haciendo gala de una enorme cantidad de chakra.
Lo habeis hecho genial cargando las esferas, habiamos hecho apuestas, pero desde luego ninguna predecia que fuerais taaaaaaaaaaaaaaaan inutiles. Supongo que es dificil darte cuenta de que te estan sorbiendo chakra lentamente cuando te estas enfrentando con un montón de shinobis.
Os amenazaria, de verdad, pero en serio, sois unos gennins paquetes que no podeis ni con vuestras hormonas contra doce yos, creo que es bastante obvio que no deberiais intentar nada.
Mientras estaba con su conmovedor discurso cada orbe se habia incrustado en su correspondiente columna y estas se habian hundido en el suelo a una velocidad impresionante, sin embargo, a la de la gema blanca parecia costarle, como un viejo cruzando la calle.
El Uchiha era consciente de que su brazo no le iba a contestar para nada, y aunque podia hacer sellos con solo uno... No tenia la seguridad de que nada de eso fuera suficiente para acabar con él, ya lo habia intentado antes, sin todos esos cortes, magulladuras, moratones, dislocaciones y cansancio. Ahora su prioridad era salir de alli con todos los compañeros de villa que pudiera, y estos parecian tener algún tipo de sindrome suicida, así que lo mejor seria esperar a que los tios esos consiguieran lo que fuera que habian venido a buscar.
Nabiruto acabó por hundir la última columna a presión, mientras sus clones vigilaban vigilantes que nadie intentara hacer nada raro. En cuanto el orbe se habia escondido bajo tierra un simbolo apareció en el circulo sobre el que se encontraban, eran dos piedras de diferente tamaño una al lado de la otra. A Nabi le sonaba ligeramente de algo.
Del centro, salió escupida una esfera del tamaño del puño de un bebe de manos obesas de color dorado. Nabiruto dió un salto mientras hacia sellos, que finalizó justo cuando llegó a la esfera, al cogerla, tanto él como los clones desaparecieron con un puff, y un pequeño pedo de humo.
No habia más luces, ni más clones, ni más humo, ni más espectaculo, solo eran los gennins asustados que se habian enzarzado en algo que no entendian y que habian acabado como habian llegado, las manos vacias y un mal sabor en la boca. Malheridos y lejos de casa.
Nabi, con los ojos negros clavados en Eri, se acercó a ella y fue el primero en abrir la boca tras la desaparición del extraño muchacho.
Vamonos a casa.
Serio y tajante, como era él. Lo dijo lo suficientemente alto como para que todos y cada uno de los presentes lo oyera. No habia cabida para las dudas ni para las sospechas ni para la culpabilidad ni para el sentido de la justicia, ni para nada. Eran shinobis recien salidos de la academia, su prioridad debia ser siempre entregar toda la información posible a su kage. Que es lo que Nabi haria en cuanto pusiera pie en Uzushiogakure.
Debia comprobar que sus compañeros tambien llegaban sanos y salvos a Uzu, y si tenia que escoltarles, lo haria sin dudar. No tenia intención de pelearse con nadie, y si alguien de su villa lo intentaba, lo detendria. No era ni el momento ni el lugar, todos habian quedado bastante humillados ya, no iba a dejar que removieran la mierda por siempre.
—Nabi—