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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#4
Uno de los adjetivos que probablemente definirían mejor a Eri durante ese día, sin duda, era nerviosa. Aunque ordenase a sus piernas que cesasen el temblor, ellas seguían en un universo a parte donde los estímulos que el cerebro de la kunoichi les mandaban estaban en un idioma completamente diferente al suyo. Se sentía gelatina, e incluso durante el discurso de Akimichi Katsudon, donde pretendió mantener la compostura, al final acabó cediendo a los nervios que se le acumulaban en el estómago y pronto a todo el cuerpo. Se podía ver en las uñas mordidas, o incluso en el despeinado flequillo que se había estado tocando durante toda la mañana.

Los anteriores días solo había entrenado y estudiado, aunque sentía que todo aquello no había servido de nada. Suspiró, probablemente sería una deshonra para su familia. De camino a la Academia de las Olas pudo comprobar como, al menos, no estaba rodeada de gente que no conocía de nada: pudo ver a Datsue, aunque no había compartido ningún tipo de palabra con él, a Ayame, quien le había sonreído aun presa de los nervios, Daruu, aquel amable —y un poco extraño— muchacho de Amegakure, aunque parecía que algo había diferente con él. Juro también estaba entre los participantes, y eso la alegró bastante, aunque no lo suficiente para dejar de estar nerviosa. Por último, vio a Riko, pero estaba muy alejado de ella. La situación no dejaba que pudieran saludarse e intentar animarse entre ellos, ni tampoco bajar la guardia, ya que ellos habían venido a hacer el examen, como ella, y tenían que concentrarse.

Al llegar al lugar indicado, Eri ya casi había logrado arrancarse la uña entera del dedo meñique izquierdo. Allí un hombre les esperaba, comenzando a dar indicaciones sobre el examen. Si había estado nerviosa todo ese tiempo, ahora estaba nerviosa y asustada. «vivir, suspenso...», había pensado tras escuchar todos los contras y los posibles suspensos que había escuchado en menos de cinco minutos.

Entró en la clase y se sentó en el pupitre indicado. No tocó nada, e incluso contenía el aliento por si acaso movía algún papel con el mismo.

Podéis comenzar.

Eri llenó sus pulmones y le dio la vuelta a su hoja, encontrando diferentes preguntas. Intentó serenarse y mentalmente recordó cual era su protocolo de actuación en los exámenes que había hecho en la academia. Empezó por la primera, leyendo detenidamente el enunciado.

Sintió que un sudor frío resbalaba por su frente, ¿qué clase de pregunta era esa? Si eran todas así, ay... Estaba perdida, ¿y si no les gustaba sus respuestas? «Es un examen, Eri, si suspendes puedes presentarte al siguiente...» Se calmó, y tomando uno de los lápices que tenía, comenzó a escribir, primero su nombre, luego comenzó con la pregunta.


El Kage de cada aldea es la persona con más poder de la misma, por lo cual usar su poder para poner en riesgo el Pacto de Paz resultaría no solo peligroso para nuestra villa, sino para las demás también, sin embargo, yo, al tener un rango bajo, dudo mucho que si quisiera hacer algo lograría cambiar el curso de las cosas, por lo que lo primero que debería hacer es informarme bien de lo que ocurre, consultando con mis compañeros y superiores, viendo cuales son sus opiniones y encontrar una solución conjunta al problema, principalmente por medio del diálogo, ya que actualmente y tras los acontecimientos recientes, atentar contra el Pacto de Paz puede desencadenar en una guerra que probablemente no ganemos ninguno, perdiendo más que ganando en el proceso.

Releyó su contestación un par de veces, no muy satisfecha con lo que había escrito. ¿Por qué era incapaz de ir al grano? Borró unas cuantas palabras y las sustituyó por otras, cambiando la última frase en el proceso. Se mordió el labio inferior y pasó a la siguiente.

La pregunta era algo larga, pero por lo que había entendido, estaba al cargo de unos genin y uno cuestionaba su habilidad de liderar el grupo. Se llevó el lápiz a los labios y pensó brevemente su respuesta, luego comenzó a redactar.


Si mis superiores me han asignado una misión junto a otros tres genin donde yo soy la que lidera la misma, entonces eso demuestra que soy capaz de hacerlo, por lo que le expongo primero, de forma tranquila y comprensiva, el porqué yo estoy liderando la misión, probablemente por tener más experiencia que él/ella en realizar misiones y encargos del estilo, incluso mis habilidades pueden estar más desarrolladas que las suyas, además; fue una orden desde la propia aldea, por lo cual yo tampoco he elegido tener que liderar a nadie. También le diría que no es momento de discutir puesto que deberíamos estar de camino al pueblo para ayudar en la misión, pero que podemos probar que soy capaz de liderar, si quiere, en un pequeño combate.

También podría pedirle opinión a los otros dos chicos/as que nos acompañan, para comparar opiniones. Y a las malas, les diré que lo importante siempre será la misión, así que es su responsabilidad acompañarme a cumplirla, aunque no estén de acuerdo en que yo lidere el equipo.

Sin duda alguna, iba a suspender, seguro, cien por cien claro. Quería llorar, pero ella era así, y si estaba siendo sincera, al menos se quedaría en genin de forma honesta... Los gatos no se iban a rescatar solos. «Veamos la siguiente...» Torció el labio y leyó la tercera pregunta, esta parecía más sencilla de responder que las anteriores. Tragó saliva y comenzó a redactar de nuevo.


La ayuda probablemente nos vendría bien, puesto que seguro que conoce más información que nosotros del lugar. Como ventajas, nos ayudará, por lo cual llegaríamos antes, teniendo más tiempo para formular estrategias, conocer el terreno y completar la misión, si se pudiera, con éxito, sin embargo y aunque afirme tener nociones de combate, tendríamos que estar pendientes de que no le ocurriese nada, pues es un civil inocente, y nosotros estamos en medio de un encargo que podría ser peligroso para él. Por lo que, por mi parte podría aceptar su ayuda, aunque tendría que consultarlo con mis compañeros. Si la respuesta fuera positiva, aceptaríamos su ayuda, estando alerta por si acaso ocurriera algún contratiempo en el camino. Si ocurriese algo inesperado o la misión se complicase, lo mejor sería pedirle que se fuera, dándole las gracias por la ayuda.

Bien, la tercera pregunta ya estaba, faltaban dos más... Y podría terminar la primera prueba. Oh, sí, por fin. Una pequeña llama de alegría calentó su interior y con el ánimo más alto, continuó. Aunque...

«¿¡PERO ESTO QUÉ ES!?» Se preguntó mentalmente, sujetando el papel con ambas manos. Parpadeó varias veces, sopesando si era alguna clase de trampa o algo. Giró el papel, por si acaso, pero no, esas eran las preguntas. «Me están tomando el pelo...», quiso llorar de nuevo, ¿pero de dónde sacaban esas preguntas?

Intentó serenarse, respiró varias veces seguidas y leyó detenidamente el enunciado. Algo raro había en él, sí, pero no sabía de qué servía verlo. Aunque con ello en mente, comenzó a sopesar lo que podría ser. Tras un rato, lo descubrió, y escribió solo dos cosas.


ZEZRFPN JWN

¡Ya solo quedaba una! Bajó la mirada hasta la última pregunta, la más corta y sencilla de leer de todas, pero la que probablemente llevaba más carga bajo su respuesta. «¿Qué es un ninja?» ¿Qué era un ninja para ella? Un ninja... Se llevó de nuevo el lápiz a los labios, sin morderlo, pensativa. ¿Qué es un ninja? Era difícil de plasmar en un papel, incluso definirlo por voz ya le resultaría complicado, pero tenía que hacerlo, no le quedaba mucho tiempo.


Un ninja es aquella persona dispuesta a ayudar y a proteger su propia villa y a las personas que habitan en ella, por medio de misiones, encargos o cualquier tarea destinada a ayudar a quienes lo necesiten, pero no solo se centra en proteger y ayudar únicamente a los residentes de una aldea, es decir, su deber no termina con su aldea, sino que continua fuera de las paredes de la misma, es una persona dispuesta a ayudar a quien lo necesite y a impartir justicia donde no la hay, es aquel que a veces tiene que anteponer las vidas de los demás por la suya.

Es el mejor trabajo, y a la vez el peor, puesto que ningún otro te regalará tan buenos momentos, pero tampoco te restará malos. Habrá sonrisas, pero también lágrimas, y, por ello, un ninja opta por una profesión a veces difícil, pero que, sin duda, todo el esfuerzo, la ayuda dada, las misiones realizadas, y las horas de viaje, siempre estarán pagadas con las sonrisas de aquellas personas ayudadas.

No muy convencida de sus respuestas, Eri releyó el examen antes de entregarlo, borrando y corrigiendo fallos, revisando si en todas las hojas escritas había puesto su nombre y si no tenía ninguna falta. Suspiró, agotada, pero con algo parecido tranquilidad en su interior.

La primera parte del examen ya estaba hecha.
[Imagen: ksQJqx9.png]


—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100


Mensajes en este tema
RE: [Examen de Chunin] Primera prueba - por Uzumaki Eri - 2/07/2018, 12:28


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