2/07/2018, 19:15
Junto al resto de participantes, Juro se dirigió a la Academia de las Olas. El examen había sido presentado, y el chico se sentía igual de nervioso que antes, pero también aliviado. Aliviado porque ese nerviosismo pronto acabaría, para bien o para mal.
Había comenzado ya.
« Katsue, dame fuerzas » — Lo bueno era que no le iban a descalificar hasta no terminar las tres pruebas, al menos que el supiese. Pero no podía dar unos malos resultados de su villa. Tenía que esforzarse.
Todo empezaría con el examen escrito. Juro nunca había sido excesivamente bueno, pero tampoco se consideraba malo. Era el examen más seguro a su parecer. Tenía que darlo todo y empezar con un bien pie.
Frunció el ceño. Vio a caras conocidas y las saludó como se merecían. De Uzushiogakure, se presentaba Uzumaki Eri, a la cual ya conocía de varias ocasiones, y saludó. Se extrañó por no ver a Nabi con ella. También vio a Riko, y lo reconoció al instante. En Amegakure, similar sucedió con Ayame, y con Keisuke. Aun así, no vio a nadie que conociese de su villa: ni Daigo, ni Yota. Tampoco los había visto en el barco, así que no se extrañó realmente. Parecía que le habían dejado solo.
« No te pongas nervioso. No te pongas nervioso »
Fueron conducidos al interior de un aula, y ahí, un hombre con un chaleco de chunin, un pañuelo rojo y con un nudo que denotaba que le faltaba un brazo en la ropa, les indicó entrar. Seriamente, les explicó todas las normas y se les dieron las últimas indicaciones.
« Copiar sería un suicidio… » — protestó para sí Juro. No solo no tenía forma, sino que encima le estaban observando. ¿Qué iba a hacer? ¿Colar a su marioneta como si fuese un examinador con un elaborado plan para poder obtener las respuestas? Menuda idiotez.
El corazón le latía a mil por hora.
Cuando fue llamado, Juro buscó con la mirada a su sitio, aquel que tenía su nombre escrito, y después, se sentó. No se atrevió a hacer nada más que esperar a que el examen comenzase y clavar la mirada en un punto fijo, para que no le descalificasen por error. Menuda suerte sería, echado antes de empezar.
Cuando todos estuvieron, el hombre que se encargaba pareció querer dejar un pequeño suspense, en el que Juro trató de mantener la mente en blanco. No lo consiguió.
— Podéis comenzar. — Tras esas palabras, Juro se espabiló, y se dispuso a empezar la prueba.
Juro comenzó a leer el examen. Asintió para sí cuando vio lo que había: tal y como le habían explicado, no había respuestas correctas, o incorrectas, sino más bien todo dependía de cómo el lo interpretase y cómo lo explicase. Eso sonaba muy bien, pero no podía evitar sentirse reticente. Si su razonamiento no era bueno, suspendería.
« Hazlo lo mejor que puedas y ya está » — le dijo su propia mente, y él tuvo que hacerle caso. Era la mejor forma de no enloquecer ahí mismo.
Empezó a leer el primer enunciado, y torció el gesto. Empezaban fuerte. Muy fuerte. ¿Podría saltársela y seguir? No, tuvo miedo de que no se lo contasen por alterar el orden. Tampoco iba a preguntarlo, ya que le suspenderían.
« Tengo que ir directo. Venga, Juro »
Se mordió el labio. Trató de pensar en Morikage-sama y en cómo podría actuar. Él tenía una relación un poco más cercana con él que el resto de genin, eso estaba claro. Pero no le valía. De hecho, era una pésima idea el utilizarla. Nadie podía saberlo, menos aún en un examen. Se olvidó de la imagen de su Kage y pensó en no involucrarse sentimentalmente.
Se puso a escribir sin pausa.
Leyó el segundo enunciado, y no pudo evitar que sus ojos se abriesen, al recordar algo.
« ¡Yo ya he liderado a alguien! Aunque solo fue para una misión de rango C y a una sola persona. Vamos Juro, éstas tienes que saberla » — Aun así, la situación era mucho más peligrosa y difícil de lo que él había vivido. Eso no le ayudaba demasiado.
Estaban en un camino desierto. Eso era importante. Si se amotinasen los tres, por muy chunin que fuera podría ser un problema. El deber de un chunin se supone que es el de tomar decisiones y comandar equipos de Genin. Debe estar preparado para liderar, y guiar a otros.
Tomó aire, el lápiz, y escribió la respuesta.
Juro se mordió el labio. ¿Se había pasado escribiendo? No supo si tenía que haber reducido o no, pero ya no tenía tiempo de mirarlo más. Tenía que pasar a las siguientes.
El tercer enunciado le pareció un poco más fácil. Un civil pretende acompañar al grupo de shinobi para apoyarles, puesto que tiene una información fundamental. Juro sintió la tentación de chasquear la lengua, pero no lo hizo. Por un lado, era verdad que le vendría bien una información estratégica, o alguna cosa así. Sin embargo…
« No es una buena idea. Lo sé por experiencia » — En la misma misión en que había dirigido a Daigo, Jin, un cazador les había acompañado. Y había resultado muy útil, eso era cierto, y le salvó la vida a Juro. Pero también había corrido muchos riesgos, y Juro tuvo que salvarle. Si no hubiera tenido que estar preocupado por él, quizá no hubiera acabado tan herido y no hubiera tenido que ser salvado.
Además, se supone que un Chunin como lo que sería no debería necesitar ayuda de ningún civil. En esa misión se lo habían impuesto, pero a partir de ahora, tendría que tomar sus decisiones.
Cogió el lápiz y contestó:
Juro dejó el lápiz un momento y respiró. Afortunadamente, se sintió satisfecho con la respuesta. Así que continuó.
Frunció el ceño al ver el enunciado de la cuarta pregunta. ¿Qué clase de pregunta era esa? ¿Se habían equivocado? Sintió la tentación de levantar la mano y preguntar, pero recordó que le suspenderían, así que se contuvo. No, se dijo. No puede ser un error. Tiene que haber alguna razón por la que han hecho esto.
Trató de leer al revés el enunciado, pero no tenía sentido. Ni un espejo podría reflejarlo. No. Eso no podía ser.
« Tiene que ser un mensaje secreto. Pero no lo entiendo » — ¡Solo tenía lápices y hojas! ¿Qué iba a hacer? Nadie le había enseñado esa cosa en la academia.
Se fijó, con sorpresa, que había un solo número. El número “5”. Estaba marcado en rojo, para destacar. También vio que había signos de puntuación, cómo si realmente se escribiera algo, pero no había pregunta (aunque en el segundo enunciado tampoco, así que no le decía mucho). Era… como…
« Cómo si estuviese escrito en una especie de código » — murmuró para sí. ¡Eso tenía que ser! ¡Estaba codificado! Pero… ¿Qué clase de código era?
Juro continuó pensando y se vio tentado de pasar a la siguien pregunta, ya que tenía que controlar el tiempo. Sin embargo, pensó, y pensó, y pensó…
… y al final, su rostro se iluminó. Tras varias probatinas y contener una carcajada, escribió en el papel una cadena de letras.
Por último, se encontró con la pregunta final, y la más emblemática, a su parecer. Parecía simple, pero compleja también. ¿Qué es un ninja?
« Piensa, Juro. Aquí te tienes que lucir »
Cogió el lápiz y se dispuso a escribir la respuesta, pero las palabras no le salían. Diablos. Esto no era memorizar una respuesta y soltarla. Recuerdos empezaron a venirle a la mente. La imagen de su sensei, la imagen del Morikage. Incluso el comportamiento protector de Daigo durante su misión. Todo empezó a fluir, y se vio preparado para responder.
Entonces, escribió, y dejó que sus ideas fluyeran.
Una vez terminado el examen, Juro le dio un par de repasos más, hasta que al final, se convenció de que no podía hacer más. Esperó no haberse pasado ni haber hecho poco de lo que realmente valía.
«Ya está. Lo intenté con todas mis fuerzas »
Convenciendose de esto, el shinobi acabaría entregando el examen, dando por finalizada su parte de la prueba por escrito.
Había comenzado ya.
« Katsue, dame fuerzas » — Lo bueno era que no le iban a descalificar hasta no terminar las tres pruebas, al menos que el supiese. Pero no podía dar unos malos resultados de su villa. Tenía que esforzarse.
Todo empezaría con el examen escrito. Juro nunca había sido excesivamente bueno, pero tampoco se consideraba malo. Era el examen más seguro a su parecer. Tenía que darlo todo y empezar con un bien pie.
Frunció el ceño. Vio a caras conocidas y las saludó como se merecían. De Uzushiogakure, se presentaba Uzumaki Eri, a la cual ya conocía de varias ocasiones, y saludó. Se extrañó por no ver a Nabi con ella. También vio a Riko, y lo reconoció al instante. En Amegakure, similar sucedió con Ayame, y con Keisuke. Aun así, no vio a nadie que conociese de su villa: ni Daigo, ni Yota. Tampoco los había visto en el barco, así que no se extrañó realmente. Parecía que le habían dejado solo.
« No te pongas nervioso. No te pongas nervioso »
Fueron conducidos al interior de un aula, y ahí, un hombre con un chaleco de chunin, un pañuelo rojo y con un nudo que denotaba que le faltaba un brazo en la ropa, les indicó entrar. Seriamente, les explicó todas las normas y se les dieron las últimas indicaciones.
« Copiar sería un suicidio… » — protestó para sí Juro. No solo no tenía forma, sino que encima le estaban observando. ¿Qué iba a hacer? ¿Colar a su marioneta como si fuese un examinador con un elaborado plan para poder obtener las respuestas? Menuda idiotez.
El corazón le latía a mil por hora.
Cuando fue llamado, Juro buscó con la mirada a su sitio, aquel que tenía su nombre escrito, y después, se sentó. No se atrevió a hacer nada más que esperar a que el examen comenzase y clavar la mirada en un punto fijo, para que no le descalificasen por error. Menuda suerte sería, echado antes de empezar.
Cuando todos estuvieron, el hombre que se encargaba pareció querer dejar un pequeño suspense, en el que Juro trató de mantener la mente en blanco. No lo consiguió.
— Podéis comenzar. — Tras esas palabras, Juro se espabiló, y se dispuso a empezar la prueba.
Juro comenzó a leer el examen. Asintió para sí cuando vio lo que había: tal y como le habían explicado, no había respuestas correctas, o incorrectas, sino más bien todo dependía de cómo el lo interpretase y cómo lo explicase. Eso sonaba muy bien, pero no podía evitar sentirse reticente. Si su razonamiento no era bueno, suspendería.
« Hazlo lo mejor que puedas y ya está » — le dijo su propia mente, y él tuvo que hacerle caso. Era la mejor forma de no enloquecer ahí mismo.
Empezó a leer el primer enunciado, y torció el gesto. Empezaban fuerte. Muy fuerte. ¿Podría saltársela y seguir? No, tuvo miedo de que no se lo contasen por alterar el orden. Tampoco iba a preguntarlo, ya que le suspenderían.
« Tengo que ir directo. Venga, Juro »
Se mordió el labio. Trató de pensar en Morikage-sama y en cómo podría actuar. Él tenía una relación un poco más cercana con él que el resto de genin, eso estaba claro. Pero no le valía. De hecho, era una pésima idea el utilizarla. Nadie podía saberlo, menos aún en un examen. Se olvidó de la imagen de su Kage y pensó en no involucrarse sentimentalmente.
Se puso a escribir sin pausa.
Leyó el segundo enunciado, y no pudo evitar que sus ojos se abriesen, al recordar algo.
« ¡Yo ya he liderado a alguien! Aunque solo fue para una misión de rango C y a una sola persona. Vamos Juro, éstas tienes que saberla » — Aun así, la situación era mucho más peligrosa y difícil de lo que él había vivido. Eso no le ayudaba demasiado.
Estaban en un camino desierto. Eso era importante. Si se amotinasen los tres, por muy chunin que fuera podría ser un problema. El deber de un chunin se supone que es el de tomar decisiones y comandar equipos de Genin. Debe estar preparado para liderar, y guiar a otros.
Tomó aire, el lápiz, y escribió la respuesta.
Juro se mordió el labio. ¿Se había pasado escribiendo? No supo si tenía que haber reducido o no, pero ya no tenía tiempo de mirarlo más. Tenía que pasar a las siguientes.
El tercer enunciado le pareció un poco más fácil. Un civil pretende acompañar al grupo de shinobi para apoyarles, puesto que tiene una información fundamental. Juro sintió la tentación de chasquear la lengua, pero no lo hizo. Por un lado, era verdad que le vendría bien una información estratégica, o alguna cosa así. Sin embargo…
« No es una buena idea. Lo sé por experiencia » — En la misma misión en que había dirigido a Daigo, Jin, un cazador les había acompañado. Y había resultado muy útil, eso era cierto, y le salvó la vida a Juro. Pero también había corrido muchos riesgos, y Juro tuvo que salvarle. Si no hubiera tenido que estar preocupado por él, quizá no hubiera acabado tan herido y no hubiera tenido que ser salvado.
Además, se supone que un Chunin como lo que sería no debería necesitar ayuda de ningún civil. En esa misión se lo habían impuesto, pero a partir de ahora, tendría que tomar sus decisiones.
Cogió el lápiz y contestó:
Juro dejó el lápiz un momento y respiró. Afortunadamente, se sintió satisfecho con la respuesta. Así que continuó.
Frunció el ceño al ver el enunciado de la cuarta pregunta. ¿Qué clase de pregunta era esa? ¿Se habían equivocado? Sintió la tentación de levantar la mano y preguntar, pero recordó que le suspenderían, así que se contuvo. No, se dijo. No puede ser un error. Tiene que haber alguna razón por la que han hecho esto.
Trató de leer al revés el enunciado, pero no tenía sentido. Ni un espejo podría reflejarlo. No. Eso no podía ser.
« Tiene que ser un mensaje secreto. Pero no lo entiendo » — ¡Solo tenía lápices y hojas! ¿Qué iba a hacer? Nadie le había enseñado esa cosa en la academia.
Se fijó, con sorpresa, que había un solo número. El número “5”. Estaba marcado en rojo, para destacar. También vio que había signos de puntuación, cómo si realmente se escribiera algo, pero no había pregunta (aunque en el segundo enunciado tampoco, así que no le decía mucho). Era… como…
« Cómo si estuviese escrito en una especie de código » — murmuró para sí. ¡Eso tenía que ser! ¡Estaba codificado! Pero… ¿Qué clase de código era?
Juro continuó pensando y se vio tentado de pasar a la siguien pregunta, ya que tenía que controlar el tiempo. Sin embargo, pensó, y pensó, y pensó…
… y al final, su rostro se iluminó. Tras varias probatinas y contener una carcajada, escribió en el papel una cadena de letras.
Por último, se encontró con la pregunta final, y la más emblemática, a su parecer. Parecía simple, pero compleja también. ¿Qué es un ninja?
« Piensa, Juro. Aquí te tienes que lucir »
Cogió el lápiz y se dispuso a escribir la respuesta, pero las palabras no le salían. Diablos. Esto no era memorizar una respuesta y soltarla. Recuerdos empezaron a venirle a la mente. La imagen de su sensei, la imagen del Morikage. Incluso el comportamiento protector de Daigo durante su misión. Todo empezó a fluir, y se vio preparado para responder.
Entonces, escribió, y dejó que sus ideas fluyeran.
Una vez terminado el examen, Juro le dio un par de repasos más, hasta que al final, se convenció de que no podía hacer más. Esperó no haberse pasado ni haber hecho poco de lo que realmente valía.
«Ya está. Lo intenté con todas mis fuerzas »
Convenciendose de esto, el shinobi acabaría entregando el examen, dando por finalizada su parte de la prueba por escrito.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60