11/01/2016, 01:24
"Tu equipo va a morir si no te apresuras. En los Templos Abandonados del País del Rio, él necesita esta joya. O sera el fin de su existencia"
Eso decía la nota que Juro había descubierto en su puerta tras despertar. Juro se quedó de piedra al leerla. ¿Por que le tenía que pasar esto a él? ¿Habia hecho enfadar a alguien de ahi arriba? Cada vez que leía una nota, algo malo se avecinaba. Y obviamente, esto no era excepción.
"Decidido. La próxima vez que me manden una nota, la pienso quemar sin leerla"
No supo si reír o llorar. ¿Que iba a hacer? Sus compañeros estaban en peligro, aunque fijándose bien, en la nota se refiere a una sola persona al decir él. El problema seguía siendo el mismo. Pensó en avisar a las autoridades, ellos sabrían que hacer. Pero... Las palabras de esa nota le escamaban. Si no iba pronto, Kazuma y Nabi morirían, y quizá alguien más.
Como una broma cruel, a su lado, había una piedra lisa y opaca, de color negro. Más bien media piedra. ¿Que significaba? ¿Faltaba otra media? Era obvio que querían que llegase personalmente, sino, el misterioso anónimo habría llevado la piedra personalmente...
Suspiro. Si al menos estuviera Katsue... Pero no, como era habitual, estaba en una misión, y no sabía ni cuando volvería. Juro suspiró, no tenía otra opción. En una precipita decisión, recogió la piedra y la nota y la guardó en su bolsillo. Debía vestirse y preparase. Partía hacia el dichoso templo.
Casi dos semanas fue lo que le costo llegar, teniendo en cuenta que fue preguntando a cada persona que encontró por su camino para no perderse. Quizá hubiese tardado menos, pero a algún gracioso se le ocurrió mandarle en dirección contraria. En fin... Todo lo hacia por su equipo. Y más les valía estar en peligro después del viaje que estaba haciendo. Si no los salvaba, los mataría él.
"Apresurate en venir... Si, claro, como si fuera tan fácil..."
Dejando a un lado las quejas, no pudo evitar fijarse en el paisaje. El país del río era increíble, vegetación, ruinas ancianas... No fue difícil llegar a los templos, aunque le costo bastante atravesar toda la vegetación y no quedarse por el camino. Pero allí estaba. Era de noche, y casi ni se podía ver absolutamente nada, así que no pudo apreciar con detalle las ruinas y los grabados, para su disgusto. Para colmo, llovía.
"Bueno, he llegado... ¿Ahora que?" - de lamento, viendo que no tenía ni idea.
Echó en falta otra vez a su hermana. Ella sabría que hacer. Le había dejado una nota por el volvía antes que el. Esperaba que no fuese así.
Sumergido en sus pensamientos, casi le da algo cuando vio, a lo lejos una potente luz. El corazón le latió a toda velocidad. Estaba seguro de que, fuese lo que fuese, estaba relacionado con la piedra. Se acerco velozmente, con algo de cautela, hacia esa extraña luz.
Eso decía la nota que Juro había descubierto en su puerta tras despertar. Juro se quedó de piedra al leerla. ¿Por que le tenía que pasar esto a él? ¿Habia hecho enfadar a alguien de ahi arriba? Cada vez que leía una nota, algo malo se avecinaba. Y obviamente, esto no era excepción.
"Decidido. La próxima vez que me manden una nota, la pienso quemar sin leerla"
No supo si reír o llorar. ¿Que iba a hacer? Sus compañeros estaban en peligro, aunque fijándose bien, en la nota se refiere a una sola persona al decir él. El problema seguía siendo el mismo. Pensó en avisar a las autoridades, ellos sabrían que hacer. Pero... Las palabras de esa nota le escamaban. Si no iba pronto, Kazuma y Nabi morirían, y quizá alguien más.
Como una broma cruel, a su lado, había una piedra lisa y opaca, de color negro. Más bien media piedra. ¿Que significaba? ¿Faltaba otra media? Era obvio que querían que llegase personalmente, sino, el misterioso anónimo habría llevado la piedra personalmente...
Suspiro. Si al menos estuviera Katsue... Pero no, como era habitual, estaba en una misión, y no sabía ni cuando volvería. Juro suspiró, no tenía otra opción. En una precipita decisión, recogió la piedra y la nota y la guardó en su bolsillo. Debía vestirse y preparase. Partía hacia el dichoso templo.
Casi dos semanas fue lo que le costo llegar, teniendo en cuenta que fue preguntando a cada persona que encontró por su camino para no perderse. Quizá hubiese tardado menos, pero a algún gracioso se le ocurrió mandarle en dirección contraria. En fin... Todo lo hacia por su equipo. Y más les valía estar en peligro después del viaje que estaba haciendo. Si no los salvaba, los mataría él.
"Apresurate en venir... Si, claro, como si fuera tan fácil..."
Dejando a un lado las quejas, no pudo evitar fijarse en el paisaje. El país del río era increíble, vegetación, ruinas ancianas... No fue difícil llegar a los templos, aunque le costo bastante atravesar toda la vegetación y no quedarse por el camino. Pero allí estaba. Era de noche, y casi ni se podía ver absolutamente nada, así que no pudo apreciar con detalle las ruinas y los grabados, para su disgusto. Para colmo, llovía.
"Bueno, he llegado... ¿Ahora que?" - de lamento, viendo que no tenía ni idea.
Echó en falta otra vez a su hermana. Ella sabría que hacer. Le había dejado una nota por el volvía antes que el. Esperaba que no fuese así.
Sumergido en sus pensamientos, casi le da algo cuando vio, a lo lejos una potente luz. El corazón le latió a toda velocidad. Estaba seguro de que, fuese lo que fuese, estaba relacionado con la piedra. Se acerco velozmente, con algo de cautela, hacia esa extraña luz.