11/09/2022, 10:59
Culebra. Así se hacía llamar un tipo de lo más singular. Un repudiado, alguien a quien en sus inicios se le consideraba poco más valioso que una bolsa de basura con una fuga de líquido apestoso. Un gamberro de Uzu que por error o cabezonería un día ostentó y en sus manos una lustre bandana de metal. Un tipo de dientes plateados, ropas andrajosas de tonos oscuros, cabellera azabache y ojos celestes. Un adolescente que jamás habia soñado con más que tener suficiente dinero para vivir, y vaguear todo lo restante...
Ese tipo, hoy día se había convertido en un shinobi más. Una espiral más de un enorme remolino. Había pasado de formar parte de una banda de maleantes locales, a convertirse en un tramo de madera más en ese indestructible escudo. Y ahora que la guerra había comenzado de verdad, había jurado proteger todo lo que sus compatriotas habían dejado atrás. Por una vez en su vida, lo había dicho de corazón. No había sido una promesa en vano más.
El chico, de nombre Kuro, aguardaba a su momento en el parque central, uno de los más próximos al edificio del Uzukage. Aunque en su mente no hacía más que repetirse: No sucederá nada, la guerra está lejos de aqui.
Se habían ido la mayoria por y para ello, asi que no debía temer nada, ¿no?.
Ese tipo, hoy día se había convertido en un shinobi más. Una espiral más de un enorme remolino. Había pasado de formar parte de una banda de maleantes locales, a convertirse en un tramo de madera más en ese indestructible escudo. Y ahora que la guerra había comenzado de verdad, había jurado proteger todo lo que sus compatriotas habían dejado atrás. Por una vez en su vida, lo había dicho de corazón. No había sido una promesa en vano más.
El chico, de nombre Kuro, aguardaba a su momento en el parque central, uno de los más próximos al edificio del Uzukage. Aunque en su mente no hacía más que repetirse: No sucederá nada, la guerra está lejos de aqui.
Se habían ido la mayoria por y para ello, asi que no debía temer nada, ¿no?.