16/02/2016, 17:53
¿Qué era lo que pasaba en el centro de la bendita cúpula? A saber, Ritsuko estaba demasiado ocupada mirando desde la oscuridad, lugar teóricamente seguro en especial porque su gema seguía dentro de su boca y por ende si se le daba por iluminar algo nadie se enteraría de todas maneras. - Los demás han de tener gemas también… - Sentenció una fémina inexistente que en teoría se encontraba al lado de la pelirroja que seguía de cuclillas. - Seguo, peo seía suicida… - Respondió a secas en lo que se sentaba en el piso para estar más cómoda.
Las opciones para ella eran muy pocas, sabía muy bien que al menos dos de ellos pertenecían a la misma aldea y por como se habían estado hablando momentos antes probablemente eran conocidos, en otras palabras ir a intentar algo contra ese grupo sería suicida, al menos podría esperara en la seguridad de las ruinas hasta encontrar un buen momento. - ¿Y si los demás consiguen las gemas...? - Preguntó preocupada la mujer flotante. - Es va a fala ua miad. - Puede que hablar con una piedra en la boca no sea muy bueno cuando se supone que estás intercambiando opiniones con alguien más, pero como la mujer solo existía en su mente le entendía de todas maneras.
La espera se estaba haciendo eterna para la pelirroja, en serio no planeaba hacer nada hasta que se terminasen de matar inclusive con aquella sensación de ansiedad que si bien era habitual en ella ahora se estaba potenciando considerablemente. ~ Necesito las demás… ~ Era lo que pasaba por su mente mas no se movía de su lugar.
Finalmente la acción comenzó, o por lo menos eso era lo que ella pudo deducir al ver como una serie de pilares adicionales se alzó y más tarde un fuerte chillido que seguramente la habría dejado sorda de haberse encontrado mucho más cerca. - A ver cuanto tardan… - Dijo la madre de la kunoichi sacándole las palabras de la boca. ~ Cuando se haga el silencio… ~ Pensaba Ritsuko mientras se mantenía al margen de todo. La sensación de la gema en su boca de alguna manera la mantenía… Relativamente cuerda.
Las opciones para ella eran muy pocas, sabía muy bien que al menos dos de ellos pertenecían a la misma aldea y por como se habían estado hablando momentos antes probablemente eran conocidos, en otras palabras ir a intentar algo contra ese grupo sería suicida, al menos podría esperara en la seguridad de las ruinas hasta encontrar un buen momento. - ¿Y si los demás consiguen las gemas...? - Preguntó preocupada la mujer flotante. - Es va a fala ua miad. - Puede que hablar con una piedra en la boca no sea muy bueno cuando se supone que estás intercambiando opiniones con alguien más, pero como la mujer solo existía en su mente le entendía de todas maneras.
La espera se estaba haciendo eterna para la pelirroja, en serio no planeaba hacer nada hasta que se terminasen de matar inclusive con aquella sensación de ansiedad que si bien era habitual en ella ahora se estaba potenciando considerablemente. ~ Necesito las demás… ~ Era lo que pasaba por su mente mas no se movía de su lugar.
Finalmente la acción comenzó, o por lo menos eso era lo que ella pudo deducir al ver como una serie de pilares adicionales se alzó y más tarde un fuerte chillido que seguramente la habría dejado sorda de haberse encontrado mucho más cerca. - A ver cuanto tardan… - Dijo la madre de la kunoichi sacándole las palabras de la boca. ~ Cuando se haga el silencio… ~ Pensaba Ritsuko mientras se mantenía al margen de todo. La sensación de la gema en su boca de alguna manera la mantenía… Relativamente cuerda.