16/02/2016, 22:30
(Última modificación: 17/02/2016, 02:06 por Sasagani Yota.)
De pronto surgieron tres pilares más, cerca del que ya estaba levantado tras un temblor y todo ello con una luminosidad que dejaba mucho que desear, siendo incapaz de ver lo que sucedía mucho más allá. Estaba empezando a angustiarme por la peligrosidad de aquello. Aquel escenario emanaba una sensación de puro descontrol para cualquiera de los que estábamos allí metidos. Por supuesto, no tardé en imaginar que todo aquello era controlado por los tipos que vi huir tras la cortina de fuego. Lo más probable es que mientras iban situando las piezas sobre su tablero macabro se estuviesen partiendo de la risa.
¡Tened cuidado con lo que intentais para romper la cupula o nos quedaremos todos aqui enterrados!
Tenía razón a medias, debí darme cuenta antes de proponer nada. Pero...
*Por si no te habías enterado, ya estamos encerrados, cerebrito* respondí dentro de mi cabeza a aquella voz desconocida.
Tan solo llegaba a ver la posición de Mitsuki y el chico que estaba tumbado en el suelo, el cual ahora parecía encontrarse mejor ya que se había levantado. Pero la Hyuga no podía decir lo mismo. Había caído fulminada al suelo, perdiendo su gema, la que la había llevado hasta allí, desplazándose hasta la luz central.
¿Fue la piedra lo que le hizo perder la consciencia?
De ser así di las gracias al cielo, puesto que la que me llevó a mí era del mismo color pero en cuanto empezó a moverse anteriormente la perdí, seguramente volando hasta el mismo sitio. Me acerqué hasta ambos.
-¡Eh, Mitsuki! ¿Estás bien?- trataba de hacerla reaccionar, dándole un par de cachetes en su mejilla, pero fue en vano, ninguna reacción. Estaba completamente desmayada. Desvié la mirada al chico debilitado -Oye, muchacho, ¿Qué diantres ha pasado aquí? ¿Por qué estabas tumbado echo trizas en el suelo antes?-
Esperaba que pudiese darme alguna respuesta.
Me levanté de nuevo y le miré directamente a la cara.
-Mira, creo que vamos a tener que cooperar si queremos salir ilesos de esta. Mi nombre es Yota-
Le tendí la mano hasta que...
Llevé mis manos a mis oídos cuando pudimos oír aquel estruendo sonoro.
*¿Una bomba?*
-¿Ves lo que te digo? Esto me da demasiado mal rollo...-
Si alzábamos la vista, podríamos ver el destello de algo bajo los pies de alguien que ya conocía, Kaido. El tipo del látigo y el de la superkatana estaban junto a él, el segundo apuntándole con su arma. ¿Qué había sucedido en ese pequeño espacio de tiempo para que se hubiese ganado tantos enemigos?
*Puta locura*
¡Tened cuidado con lo que intentais para romper la cupula o nos quedaremos todos aqui enterrados!
Tenía razón a medias, debí darme cuenta antes de proponer nada. Pero...
*Por si no te habías enterado, ya estamos encerrados, cerebrito* respondí dentro de mi cabeza a aquella voz desconocida.
Tan solo llegaba a ver la posición de Mitsuki y el chico que estaba tumbado en el suelo, el cual ahora parecía encontrarse mejor ya que se había levantado. Pero la Hyuga no podía decir lo mismo. Había caído fulminada al suelo, perdiendo su gema, la que la había llevado hasta allí, desplazándose hasta la luz central.
¿Fue la piedra lo que le hizo perder la consciencia?
De ser así di las gracias al cielo, puesto que la que me llevó a mí era del mismo color pero en cuanto empezó a moverse anteriormente la perdí, seguramente volando hasta el mismo sitio. Me acerqué hasta ambos.
-¡Eh, Mitsuki! ¿Estás bien?- trataba de hacerla reaccionar, dándole un par de cachetes en su mejilla, pero fue en vano, ninguna reacción. Estaba completamente desmayada. Desvié la mirada al chico debilitado -Oye, muchacho, ¿Qué diantres ha pasado aquí? ¿Por qué estabas tumbado echo trizas en el suelo antes?-
Esperaba que pudiese darme alguna respuesta.
Me levanté de nuevo y le miré directamente a la cara.
-Mira, creo que vamos a tener que cooperar si queremos salir ilesos de esta. Mi nombre es Yota-
Le tendí la mano hasta que...
¡¡KABOOM!!
Llevé mis manos a mis oídos cuando pudimos oír aquel estruendo sonoro.
*¿Una bomba?*
-¿Ves lo que te digo? Esto me da demasiado mal rollo...-
Si alzábamos la vista, podríamos ver el destello de algo bajo los pies de alguien que ya conocía, Kaido. El tipo del látigo y el de la superkatana estaban junto a él, el segundo apuntándole con su arma. ¿Qué había sucedido en ese pequeño espacio de tiempo para que se hubiese ganado tantos enemigos?
*Puta locura*
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa