2/02/2023, 18:03
Umi sintió un vuelco en el estómago, como si de pronto estuviese cayendo hacia arriba. Los pies se le separaron del suelo y todo comenzó a dar vueltas. Le dieron náuseas. Tuvo que cerrar los ojos; pese a eso la sensación de ingravidez fue en aumento, hasta que algo hizo click. Bueno, no fue exactamente un click, sino un zzzum. Fue como si la hubiesen tragado las olas del mar y Susano'o la hubiese escupido de vuelta. Como si se le taponaran los oídos, y el ruido difuminado del viento volviese a correr libre de golpe.
Cuando abrió los ojos, no creyó lo que veían. Nada a su alrededor importaba, realmente, ni siquiera la presencia de Hanabi. Ella sólo podía tener los ojos fijos hacia el frente, en dirección a la aldea. Humeaba, herida. Quizás no de muerte, pero sí sangrante.
Y sólo pudo pensar en una cosa.
—Nuestra casa... ¿estará bien? —gimió, prácticamente sin aire para pronunciar las palabras.
Cuando abrió los ojos, no creyó lo que veían. Nada a su alrededor importaba, realmente, ni siquiera la presencia de Hanabi. Ella sólo podía tener los ojos fijos hacia el frente, en dirección a la aldea. Humeaba, herida. Quizás no de muerte, pero sí sangrante.
Y sólo pudo pensar en una cosa.
—Nuestra casa... ¿estará bien? —gimió, prácticamente sin aire para pronunciar las palabras.