10/04/2023, 16:07
Datsue dio media vuelta, dando la espalda a Hanabi y Raito. En un silencio funesto, observó la columna de humo que ascendía del centro de la villa. Luego, la hierba en donde minutos antes había estado el causante de todo: un clon de Kurama. El cuerpo de Shiomaru. Shiomaru, el primer Uzukage, el padre del Remolino.
—Un momento… —farfulló, dándose cuenta de algo. La semilla de una idea chispeó entre sus neuronas. La atrapó con fuerza, y la hundió en las profundidades de su cerebro. Tenía que contárselo a su yo real. Cuánto antes.
Desapareció en una nube de humo.
• • •
Datsue recorría las calles de la aldea, desesperado e impotente, ante la sangre y muerte que había asolado Uzu sin que pudiese hacer nada para ponerle freno. Entonces, un relámpago iluminó su mente, recargando parte de su chakra. Uno de sus clones había vuelto a él, trayendo consigo un puñado de información. Dio gracias por tener algo con lo que entretener su mente ante tal desolación. Dio gracias por tener un plan. Un plan desesperado, casi ridículo. Pero un plan.
Dio la espalda a la muerte y se adentró en el Jardín de los Cerezos.
• • •
Nadie supo qué hizo Datsue en el Jardín de los Cerezos. Pero quienes le vieron entrar, encontraron en Datsue a un chico que corría de manera errática y despavorida, como el animalillo que huye de un depredador. Quienes le vieron volver, encontraron la otra cara de la moneda: tenía la mirada de un cazador, el ritmo rápido pero controlado, la respiración medida, la dirección clara.
Halló a Akame junto a Yume, tratando de contener una hemorragia en el abdomen. Datsue le empujó, pero él se resistió a apartarse. Sus ojos se encontraron, Sharingan contra Sharingan. El poder de aplastar civilizaciones se encontraba entre el espacio de aquellos ojos malditos. Juntos, eran capaces de evaporizar ejércitos enteros. Enfrentados…
Algún día, el mundo lo vería. Pero no sería hoy. Hoy, se entendieron. Akame cedió, y Datsue apoyó una mano chispeante sobre el abdomen de Yume. El Raiton Denkishōshaku no Jutsu consistía en aplicar un flujo de corriente eléctrica constante para cauterizar heridas, logrando detener feas hemorragias como aquella.
—¡Siete! —gritó, al reconocerle—. Llévala a ella y a cuántos puedas al hospital. ¡Rápido! ¡Daigo! —gritó, al verle—. Es tu momento. Ven aquí, apoya tu mano en mi hombro. ¡Akame! Tenemos un trato, ¿recuerdas? Llévame a…
Datsue susurró la localización del destino. Akame entornó los ojos, sorprendido y curioso a partes iguales. Asomó en sus labios una pregunta, pero en su lugar estiró la mano. Datsue la tomó como quien agarra un hierro al rojo vivo.
Se produjo una espiral…
… y desaparecieron de la Villa.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado