25/02/2016, 20:05
Desde una distancia considerable la kunoichi de Taki tenía una hermosa vista de todo lo que aquellos desconocidos shinobis hicieran pero estando acuclillada frente a una estructura de madera y piedra el resto posiblemente no tendrían tan buena vista de ella, además que ninguno parecía demasiado preocupado y no sorprendería que fuese por lo mismo por lo que Ritsuko se empezaba a sentir más ansiosa que de costumbre. ~ Llegará el momento… ~ Pensaba la chica que no parecía estar dispuesta a levantar el culo de allí mientras pudiese ver a tantos genin de pie.
Una bomba explotó en un chillido que apenas si afectó a la pelirroja y luego un par de siluetas vagamente distinguibles se encontraron alrededor de una tercera silueta. Los detalles no le eran visibles, la chica no tenía tan buena vista como para saber que una de esas personas era el mismo chico al que le había 'aplastado' la nariz en un accidente y con quién había compartido esa visita al museo, tampoco llegaba a distinguir el peculiar tono de la piel del agredido y siquiera se molestó en observar ese lugar donde una chica de cabellos celestes tendría una… 'Brillante' idea.
- ¿Crees que tardarán mucho? - Consultó la fémina que acompañaba a la genin de Taki que si bien estaba dispuesta a responder con suma tranquilidad, se pegó un susto de los más grandes al sentir la tierra temblar así de la nada y porque se le antojaba, pero eso no fue todo, así como estaba acuclillada sus pies comenzaron a separarse y no por su propio accionar, casi como si algo pretendiese salir de ahí abajo para atraparla y eso si que fue lo suficientemente terrorífico para que la kunoichi se tragase la gema que traía en la boca.
Obviamente la gema no pasó como si nada a través del esófago de la chica, esta fue bajando muy lentamente asfixiandola por un breve momento que para ella resultó ser una eternidad. La desesperación se le notaba, se había echado a un lado de donde la grieta se ensanchaba más y más para intentar regurgitar la gema a base de golpes al vientre, toser y retorcerse un poco también pero todo intento fue en vano. - Mierda… - Soltó algo agitada en el momento en que dejó de sentir todo tipo de molestia en su interior.
Lo único en la cabeza de la pelirroja era la necesidad de sacarse la gema del estómago, a estas alturas ya la única idea atractiva era hacer un acto digno de alguien bulímico pero cuando estuvo a un milímetro de lograrlo fue cuando la cúpula comenzó a su… Rigidez. En poco tiempo algo de polvo comenzó a caerle en la cabeza y no sería ninguna sorpresa que comenzase a desmoronarse pero antes de ello. - Tengo que sacarme esta mierda… - Susurró más que decidida para luego intentar vomitar la piedra como un buen bulímico haría.
Una bomba explotó en un chillido que apenas si afectó a la pelirroja y luego un par de siluetas vagamente distinguibles se encontraron alrededor de una tercera silueta. Los detalles no le eran visibles, la chica no tenía tan buena vista como para saber que una de esas personas era el mismo chico al que le había 'aplastado' la nariz en un accidente y con quién había compartido esa visita al museo, tampoco llegaba a distinguir el peculiar tono de la piel del agredido y siquiera se molestó en observar ese lugar donde una chica de cabellos celestes tendría una… 'Brillante' idea.
- ¿Crees que tardarán mucho? - Consultó la fémina que acompañaba a la genin de Taki que si bien estaba dispuesta a responder con suma tranquilidad, se pegó un susto de los más grandes al sentir la tierra temblar así de la nada y porque se le antojaba, pero eso no fue todo, así como estaba acuclillada sus pies comenzaron a separarse y no por su propio accionar, casi como si algo pretendiese salir de ahí abajo para atraparla y eso si que fue lo suficientemente terrorífico para que la kunoichi se tragase la gema que traía en la boca.
Obviamente la gema no pasó como si nada a través del esófago de la chica, esta fue bajando muy lentamente asfixiandola por un breve momento que para ella resultó ser una eternidad. La desesperación se le notaba, se había echado a un lado de donde la grieta se ensanchaba más y más para intentar regurgitar la gema a base de golpes al vientre, toser y retorcerse un poco también pero todo intento fue en vano. - Mierda… - Soltó algo agitada en el momento en que dejó de sentir todo tipo de molestia en su interior.
Lo único en la cabeza de la pelirroja era la necesidad de sacarse la gema del estómago, a estas alturas ya la única idea atractiva era hacer un acto digno de alguien bulímico pero cuando estuvo a un milímetro de lograrlo fue cuando la cúpula comenzó a su… Rigidez. En poco tiempo algo de polvo comenzó a caerle en la cabeza y no sería ninguna sorpresa que comenzase a desmoronarse pero antes de ello. - Tengo que sacarme esta mierda… - Susurró más que decidida para luego intentar vomitar la piedra como un buen bulímico haría.