28/02/2016, 19:58
-Mierda, será mejor que ayudes a tu camarada
Datsue casi ni le oyó. Estaba demasiado estupefacto viendo como el suelo se abría bajo sus pies, invitándole a caer en sus entrañas. ¿Ayudar a su camarada? Maldita sea, tenía cosas más importantes de las que preocuparse.
—Está muerto —mintió Datsue, mientras corría junto a él hacia un lugar seguro. Si es que existía un lugar seguro en un lugar como aquel—. A los muertos no se les ayuda, como mucho se les llora. Aunque no creo que les importe mucho, a decir verdad. Así que me guardaré las lágrimas para más tarde.
Un buen chico, Haruto. Tenía que reconocerlo. Leal y con un gran sentido de camaradería. Pero Datsue no tenía ni lo uno ni lo otro, y además no lo consideraba un amigo. En una situación como aquella, en donde su vida estaba en peligro, sus prioridades eran más que claras.
-Ya te lo he dicho, Datsue, vamos a tener que colaborar- afirmó para después mirar hacia la kunoichi de Uzushio -¡No vuelvas a hacer eso!
Datsue dirigió la mirada hacia la kunoichi. ¿En serio era ella la responsable del derrumbe? El Uchiha no concebía como un cuerpo tan pequeño podía albergar tanta fuerza, pero entonces lo tuvo claro.
—¡Al contrario! ¡Vuelve a hacerlo! —gritó. Luego miró a Yota—. Es la única manera de derrumbar la cúpula —señaló, pues también había sufrido las consecuencias del terremoto, dejando pasar retazos de luz por las grietas recién hechas.
Pero las tenues franjas de luz pronto quedaron eclipsadas por una luz mayor, una que convertía la profunda oscuridad en simples sombras temblorosas. Provenía del suelo. Del fondo de las grietas formadas en el suelo, más bien.
Aquello le permitió ver mejor el panorama. Había muchos shinobis. Distinguió varias placas. Juraría que, de Takigakure, sólo estaban él y Ritsuko. Mientras que de Uzu eran por lo menos cinco. Eso quería decir que Datsue contaba con la ventaja numérica. Por el momento, no tendría que preocuparse de eso.
—¡Venid todos aqui! ¡Es el sitio más seguro! —gritó Nabi.
Su primer impulso fue no hacerle caso. Al fin y al cabo todavía estaba en deuda con aquel rubio. Una deuda que quería saldar más temprano que tarde. Pero después se fijó en el suelo, que permanecía intacto en aquella zona. Solo en aquella zona.
No era momento para orgullos.
Tras varios saltitos cortos, con cuidado de no caer entre las grietas, que cada vez se ensanchaban más y más, llegó hasta allí. Entonces localizó a Ritsuko con la mirada. Por mucho que Yota se empeñase en decirle que tenían que colaborar, necesitaba a alguien de confianza a su lado. No es que confiase demasiado en aquella kunoichi, pero al menos compartían Aldea.
—¡Ritsuko! —rugió—. ¡Aquí!
Era una petición sencilla y clara. Esperaba que su compañera le hiciese caso. Después de todo, sin ella perdería la ventaja numérica sobre los de Uzugakure.
Teniendo en cuenta que un shinobi de Taki vale por tres de Uzu, si pierdo a Ritsuko sería un tres contra cinco. O cuatro contra cinco, dependiendo de si Karamaru se posiciona a mi favor o no... En cualquier caso, ahora debería preocuparme de cómo salir de aquí. Vivo y sano, a poder ser.
Datsue casi ni le oyó. Estaba demasiado estupefacto viendo como el suelo se abría bajo sus pies, invitándole a caer en sus entrañas. ¿Ayudar a su camarada? Maldita sea, tenía cosas más importantes de las que preocuparse.
—Está muerto —mintió Datsue, mientras corría junto a él hacia un lugar seguro. Si es que existía un lugar seguro en un lugar como aquel—. A los muertos no se les ayuda, como mucho se les llora. Aunque no creo que les importe mucho, a decir verdad. Así que me guardaré las lágrimas para más tarde.
Un buen chico, Haruto. Tenía que reconocerlo. Leal y con un gran sentido de camaradería. Pero Datsue no tenía ni lo uno ni lo otro, y además no lo consideraba un amigo. En una situación como aquella, en donde su vida estaba en peligro, sus prioridades eran más que claras.
-Ya te lo he dicho, Datsue, vamos a tener que colaborar- afirmó para después mirar hacia la kunoichi de Uzushio -¡No vuelvas a hacer eso!
Datsue dirigió la mirada hacia la kunoichi. ¿En serio era ella la responsable del derrumbe? El Uchiha no concebía como un cuerpo tan pequeño podía albergar tanta fuerza, pero entonces lo tuvo claro.
—¡Al contrario! ¡Vuelve a hacerlo! —gritó. Luego miró a Yota—. Es la única manera de derrumbar la cúpula —señaló, pues también había sufrido las consecuencias del terremoto, dejando pasar retazos de luz por las grietas recién hechas.
Pero las tenues franjas de luz pronto quedaron eclipsadas por una luz mayor, una que convertía la profunda oscuridad en simples sombras temblorosas. Provenía del suelo. Del fondo de las grietas formadas en el suelo, más bien.
Aquello le permitió ver mejor el panorama. Había muchos shinobis. Distinguió varias placas. Juraría que, de Takigakure, sólo estaban él y Ritsuko. Mientras que de Uzu eran por lo menos cinco. Eso quería decir que Datsue contaba con la ventaja numérica. Por el momento, no tendría que preocuparse de eso.
—¡Venid todos aqui! ¡Es el sitio más seguro! —gritó Nabi.
Su primer impulso fue no hacerle caso. Al fin y al cabo todavía estaba en deuda con aquel rubio. Una deuda que quería saldar más temprano que tarde. Pero después se fijó en el suelo, que permanecía intacto en aquella zona. Solo en aquella zona.
No era momento para orgullos.
Tras varios saltitos cortos, con cuidado de no caer entre las grietas, que cada vez se ensanchaban más y más, llegó hasta allí. Entonces localizó a Ritsuko con la mirada. Por mucho que Yota se empeñase en decirle que tenían que colaborar, necesitaba a alguien de confianza a su lado. No es que confiase demasiado en aquella kunoichi, pero al menos compartían Aldea.
—¡Ritsuko! —rugió—. ¡Aquí!
Era una petición sencilla y clara. Esperaba que su compañera le hiciese caso. Después de todo, sin ella perdería la ventaja numérica sobre los de Uzugakure.
Teniendo en cuenta que un shinobi de Taki vale por tres de Uzu, si pierdo a Ritsuko sería un tres contra cinco. O cuatro contra cinco, dependiendo de si Karamaru se posiciona a mi favor o no... En cualquier caso, ahora debería preocuparme de cómo salir de aquí. Vivo y sano, a poder ser.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado