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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#31
Daruu rio. Qué surrealista.

Parece que ha ignorado el hecho de que agradecí antes de que Akame ordenara esposarme en una obvia puñalada trapera —dijo—. Pero déjelo. Ahora veo cómo es el asunto. Los uzujin váis de buenazos, todo son buenas palabras y acciones en apariencia bienintencionada, pero al final siempre utilizáis esa falsa cara feliz para saliros con la vuestra.

»¿Se ha disculpado Uchiha Datsue de agredir a Ayame, de sellarme una bola de fuego? ¿De intentar matarla tirándola por un acantilado? ¿De burlarse de MI Arashikage? Dime, ¿no tenemos motivos para pensar que habéis secuestrado a la jinchuuriki? Claro que los tenemos, y ahora exiges una disculpa pública, otra humillación, para liberarnos. De chiste.

Daruu suspiró y agachó el rostro, derramando una lágrima.

Si nos matas, espero que estés preparado para la guerra que se te viene encima, Hanabi-"dono". Te creo más listo que eso.

Entonces, por sorpresa, el muchacho se dejó caer hacia la derecha. Movió la mano izquierda y...

...una katana desplegable liberó su filo contra el costado de Uchiha Akame, pretendiendo atravesar sus pulmones.

¡¡LARGA VIDA A AMEGAKURE NO SATO!!


¤ Futatsu Mukei
¤ Dos Intangibles
- Tipo: Armas de filo
- Tamaño: Grande
- Requisitos: Destreza 40, Fuerza 30
- Daño: 12 PV/golpe con mango o vaina, 18 PV/corte superficial, 22 PV/corte, 30 PV/penetración
- Efectos adicionales: (ver descripción)
Katanas de un filo cuyas empuñaduras miden 22 cm y sus hojas 40 cm, hechas de metal. Son capaces de parar otro tipo de armamento más contundente, como armas grandes de largo alcance (fuuma shuriken). Las Dos Intangibles permanecen en la parte interior del antebrazo. Sus empuñaduras son del mismo color que los mitones de Daruu, lo que las hace extremadamente discretas, de ahí su nombre. La hoja, normalmente, permanece oculta dentro de la empuñadura, y cuando el usuario realiza un sello especial de una mano, un mecanismo se activa y la empuñadura se desmonta del mitón, siendo expulsada hacia adelante y liberando también el filo —que es retráctil y se extiende hasta el doble de tamaño de la empuñadura— y una guarda. Las Intangibles están unidas a los mitones por un trozo de hilo shinobi y pueden volver a retraerse automáticamente con el mismo sello especial de una mano siempre que el usuario lo desee, ocultándolas de nuevo y ajustándose a los guantes.
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
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#32

Me acabo de dar cuenta de que copié mal la tabla en muchos de mis posts anteriores de esta trama, así que no os extrañéis si veis valores que no coinciden. Los correctos son los de este post XD


Y, pese a todo, Daruu lo echó a perder. Tal vez la presión le había podido, tal vez el desprecio y la ira que había sentido hacia Akame eran reales. El joven Uchiha probablemente nunca llegaría a saberlo. Sentado en aquel precario taburete junto al amejin, Akame no pudo evitar desviar la mirada hacia Daruu cuando éste empezó a desahogarse contra el Uzukage. En aquel momento parecía simplemente estar sacando todo el veneno que tenía dentro, por puro instinto, como si ya se hubiese resignado a morir y tan sólo estuviera asegurándose de que entraría en el Yomi con la conciencia tranquila.

Akame no pudo evitar sentir cierta rabia, o más bien frustración, cuando vio a Daruu tirando por la borda la única oportunidad que había tenido de no sólo salvar su propio pellejo, sino también a Ayame. A su amada.

«Si haces esto, es que no has conocido el amor, maldito...»

Él mismo no sentía gran aprecio por Ayame. Era una kunoichi extranjera con la que nunca se había llevado bien; pero verla en aquel estado tan precario después de sucumbir a la ira de su monstruo interior había hecho que Akame empatizase con la jinchuuriki de forma irremediable. Porque él era consciente de que aquello mismo que le había ocurrido a ella, a Datsue, podía pasarle a él en cualquier momento. Como el filo de una espada que estuviese pendiendo sobre su cuello, día y noche. Un depredador incansable, paciente, que estaba esperando el momento. Su momento.

Allí, en el hospital de Uzu, en presencia de Hanabi y Daruu, Akame sintió que él mismo había llegado a empatizar con aquella parte de Ayame mucho mejor de lo que el joven Amedama podría llegar a hacer jamás. Porque él sí conocía la pesada carga que la jinchuuriki llevaba sobre sus hombros. Y se preguntó si, cualquiera que fuese el bijuu que Ayame llevaba encerrado dentro de su cuerpo, también la torturaría por las noches. Si buscaría todas sus debilidades para hacerla sufrir de forma incansable, cada vez que cerrara los ojos.

Entonces volvió a darse cuenta de que Daruu estaba condenándola a muerte. Y sintió desprecio por aquel shinobi que una vez había respetado y del que había aprendido algunas cosas ciertamente vitales para cualquier ninja.

De repente, Daruu se abalanzó sobre el joven jōnin, extendiendo ambos brazos y formando un sello con su mano izquierda. «¿¡Qué cojones!?» Akame sabía que no podía utilizar técnica alguna, de modo que razonó a toda velocidad mientras, en un instante, sus ojos adoptaban el color de la sangre. «Un kunai oculto.»

Con un movimiento veloz, el Uchiha se echó hacia atrás mientras que con el brazo más cercano a Daruu le propinaba un codazo en las muñecas, buscando desviar la trayectoria de éstas y del kunai que —Akame presuponía— saldría disparado en la misma dirección. Así fue, y una hoja de acero muy afilado pasó rasgándole el costado, arrancándole un salpicón de sangre.

«¡Hijo de puta!»

Con el mismo movimiento el jōnin se incorporó, extendiendo el brazo flexionado con el que había desviado parcialmente los brazos de Daruu para buscar encajarle un puñetazo en pleno rostro y tirarlo de su asiento. Luego se puso en pie, palpándose el costado herido con una mano mientras miraba fijamente al amejin. Echó mano de una píldora que llevaba en su portaobjetos y la engulló.

Hanabi-sama. Creo que matar a este shinobi sería un error —articuló con cuidado—. Es lo que quiere. Es cuanto puede hacer por su Aldea ya, morir para provocar una guerra. Este genin... No ha dudado en sacrificar a su jinchuuriki con tal de desatar el conflicto. No le demos ese placer, Hanabi-sama, por favor —entonces torció el gesto con profundo desprecio—. Estaba dispuesto a dejar a Ayame morir. A pesar de que no tiene ni idea de la carga que pesa sobre sus hombros... —se dirigió a su Uzukage—. Ya tiene suficiente con vivir con eso.




PV:

196/230

-22

CK:

82/280

-18
+10
reg. dividida


Sharingan activado


Píldora estimuladora de chakra: 5/5 turnos


Inventario
  • Hitai-ate con el símbolo de Uzushiogakure [en la frente]
  • Mecanismo oculto de kunai [en la muñeca derecha]
    • Kunai (x1)
  • Portaobjetos básico [en el cinturón, espalda]
    • Hilo shinobi (x1)
    • Hikaridama (x0)
    • Ōkina Hyōrōgan (x0)
    • B-ranku no Kibaku Fuda (x1)
    • Esposas supresoras de chakra (x0)
    • Antídoto (x1)
    • Comunicador avanzado (x1)
  • Portaobjetos básico [en el muslo derecho]
    • Shuriken (x10)
  • Kōkuyoseki [en funda bandolera, a la espalda]


Fuerza: 40
Resistencia: 40
Aguante: 60
Agilidad: 60
Destreza: 60
Poder: 80
Inteligencia: 80
Carisma: 20
Voluntad: 40
Percepción: 68


¤ San Tomoe no Sharingan
¤ Ojo Giratorio de Tres Aspas
- Tipo: Apoyo
- Rango: S
- Requisitos: Uchiha 60
- Gastos: 18 CK (divide regen. de chakra)
- Daños: -
- Efectos adicionales: Percepción +18
- Sellos: -
- Velocidad: Instantánea
- Alcance y dimensiones: -
Los iris del usuario se vuelven de color carmesí, y alrededor de sus pupilas surgen tres aspas negras que giran hasta formar un trío en una circunferencia imaginaria. Este estado del Sharingan se considera el más avanzado en su forma básica.

El Sharingan le da color al chakra, y permite distinguir su composición elemental. El usuario puede ver el flujo del chakra de otros seres vivos como un manto, con suficiente precisión para detectar si tiene mucho o poco chakra (CK actual) o si ese chakra es débil o poderoso (mide aproximadamente el Poder), pero no con la suficiente para detectar movimientos de chakra dentro de un oponente si no hay una técnica activa. El Sharingan puede ver el chakra de las técnicas activas: las que afecten al interior de un ser vivo o las que ya se encuentren en el exterior de un oponente, pero no antes de que se hayan formado. Puede detectar si alguien está siendo afectado por una técnica ilusoria.

La percepción visual del usuario goza de un gran estímulo, volviéndose muy sensible al movimiento. El Uchiha puede leer labios con extrema facilidad o imitar movimientos tan sutiles como los de la escritura, escribiendo lo mismo que alguien a quien está observando. En combate, el clan utiliza esta destreza para seguir con claridad los movimientos físicos (y no de técnicas, importante) de un oponente y de sus extremidades en el Taijutsu, y para leer con claridad los sellos manuales que realiza. Si y sólo si el usuario conoce la técnica que va a utilizar, puede anticipar una respuesta (hay muchas técnicas con secuencias de sellos similares o iguales. En este caso, el Uchiha no tiene manera de saber qué va a hacer el oponente). El Tres Aspas hace que el Uchiha pueda predecir dónde va a encajar un golpe de Taijutsu mediante la lectura de las tensiones en los músculos del cuerpo del oponente, dotándole de cierta capacidad predictiva. Cabe destacar que aunque el usuario sea capaz de percibir un movimiento, necesita las capacidades físicas y de reacción para poder responder ante él.

La habilidad para leer los movimientos del Sharingan le otorga al usuario la capacidad de copiar los sellos de una técnica de Ninjutsu o de Genjutsu (o los movimientos de una técnica de Taijutsu) que no dependa de una facultad personal para ejecutarla al mismo tiempo que el oponente o registrarla en su repertorio (hasta un máximo de tres técnicas). Se pueden imitar evolutivas, pero no registrarlas. Para copiar una técnica se debe de tener su requisito convertido a la facultad Uchiha.

El Sharingan le permite al usuario distinguir técnicas como los clones simples (no los generados por la técnica Kage Bunshin no Jutsu) de un usuario real, y ver a través de la técnica Henge no Jutsu.

El Sharingan de Tres Aspas es capaz de penetrar y romper los Genjutsus sensoriales, y de ver a través de las imágenes creadas por los Genjutsus ambientales.


Codazo: 11 PV
Puñetazo: 12 PV

Diálogo - «Pensamiento» - Narración

Mangekyō utilizado por última vez: Flama, Verano de 220

¿Eres nuevo en el rol? ¡Echa un vistazo a mi Compendio de Buenas Prácticas!
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#33
Lo había intentado. De hecho, lo había intentado todo ya. Si Yui hubiese tenido esa misma oportunidad en sus manos, no habría sido tan benevolente, incluso Kenzou hubiera sido más estricto, puede que solo Shiona-sama hubiese tenido una idea incluso más benévola que la suya.

Le había dado puro oro al chico, un par de disculpas por haber liberado un bijuu en medio de su villa y encima haber culpado a esa misma villa de haberlo ocasionado sin prueba alguna. Es que él mismo sentía que se estaba pasando de bueno, pero no, Amegakure nunca tenía suficiente, siempre tenía que seguir atacando, mordiendo cuantas manos le diesen de comer hasta que solo quedase la guerra.

Su paciencia no estaba pasando por un buen momento, estaban acusados falsamente de tantas cosas ya, que perdía la cuenta, todo por ¿qué? Intentar que su villa no saliese volando por los aires y ahora por querer darle una segunda oportunidad al pacto. Tuvo que presenciar como se lanzaban a por uno de sus jinchurikis por segunda vez aquel día, y a traición, claro, ¿por qué hacerlo de frente, si eres de Amegakure?

Esta vez no tuvo oportunidad alguna de intervenir, estaban en un espacio reducido y les separaba un escritorio entero. Daruu se lanzó a por Akame formulando un sello. Hanabi creía que su jounin ya se habría encargado de las armas ocultas, por lo cual su sorpresa fue doble. Se levantó de golpe y se abalanzó sobre el escritorio, tan solo para no alcanzar a hacer nada.

La hoja rajó a Akame, por suerte, éste reaccionó a tiempo para que no le penetrase del todo, pero el corte era horrible y sangraba, sangraba mucho. Sin embargo, el jounin se paró para convencerle de que no matase a Daruu.

Su kage no pareció escucharle, se giró al instante y se fue hacia las estanterias.

Juraría que lo he visto por... aquí está.

Agarró unos tubos de ensayo que había entre los libros. Casi todos contenían un liquido trasparente que no daba muchas pistas de qué eran.

Akame, aprovecha esa energía para buscar un médico en lugar de defender una vida que no merece ninguna defensa.

Tras un ligero vistazo a los tubos cogió uno cuya etiqueta ni Akame ni Daruu llegarían a leer, el resto los dejó en el soporte. Se acercó al shinobi de Amegakure, que aún estaba en el suelo y le pisó la muñeca con la que había sacado el arma.

Se acabó, Daruu, mi paciencia se ha acabado. Del todo. Tienes razón, Datsue se excedió. Pero no mató a nadie. A tu querida la hemos tenido que detener nosotros, los ninjas que tanto desprecias, y tú, lo has intentado EN MI CARA. A diferencia de otros, yo no soy un sádico, no disfruto haciendo sufrir, será completamente indoloro. Espero que te despidieses de Ayame.

Se agachó y agarró su mandíbula con fuerza, obligandole a abrirla. Entonces vertió el contenido del tubo en su boca y, por poco que el genin tragase, sería suficiente.

Vamos, Akame, te buscaremos un médico y después iremos a ver a Aotsuki-san.

Hanabi cargó a Daruu encima de su hombro, cual saco de patatas. Y procedió a salir del despacho en dirección a la recepción en busca de los sanitarios que habían enviado a los combates para que curasen a Akame. Tenían que estar ya de vuelta o al caer.

Mientras, el genin sentiría como toda la fuerza de su cuerpo desaparecía, no podía mover nada, poco a poco, segundo a segundo, se iba vaciando. De pronto, seguir sintiendo, viendo, oliendo, escuchando... le resultaba mucho trabajo, demasiado trabajo. Sus pensamientos eran cada vez más lentos, ya no tenía pensamientos complejos, solo ideas simples. Y a los pocos segundos, todo era oscuridad.


A partir de aquí ya no existen dos sub tramas en esta trama, id posteando los que esteis o vayais a estar fuera hasta que avise que vuelvo a masterizar.
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#34
Luego de aquella pequeña pausa para respirar, Daigo empezó a recuperar sus energías poco a poco a medida que se había recuperado del Sunshin.

El cuarto Kusajin que habían visto en el estadio hizo acto de presencia.

—dispulpad, pero... ¿qué diablos se supone que vamos a hacer aquí?

Pero antes de que Daigo pudiera responder, una voz los interrumpió.

—¡Juro! ¿¡Qué demonios planeáis!? ¡Este es un sitio para heridos! ¿Por qué crees que los han traído si no es para curarlos? ¡Y vosotros aquí planeando entrar a "liarla"! ¡¿Estás de coña o qué?!

Daigo lo miró unos segundos a punto de responderle, pero había algo que lo molestaba un poco.

«Creo que lo conozco de algo...» pensó incapaz de recordar que hace apenas unos minutos él mismo lo había placado.

De todos modos, Daigo pensaba que lo mejor en aquella situación era hablar, quizá de esa manera podrían entrar sin mayor complicación.

Respiró hondo. Si no lo convencía, tendrían que apartarlo a la fuerza, y eso no arreglaría precisamente los problemas de nadie.

—Tenemos que pasar, dios sabe lo que está ocurriendo allá dentro y vendrán refuerzos de Amegakure y Kusagakure de un momento a otro. —le advirtió—. Si quieres que esto se solucione pacíficamente, déjanos pasar.
[Imagen: IMG-20210515-202948-586.png]

¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!

Team pescado.


Canal 5 con Uzumaki Eri hasta verano del 222.
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#35
Mientras los tres hablaban, se fijaron en que había alguien más. El ninja de Kusa kamikaze, era un chico algo más mayor que él, con unas marcas en las mejillas que a Juro le recordaron a Nabi. ¿Pertenecerían a la misma familia? ¿Primos lejanos, quizá? Además de eso, iba con otro chico idéntico a él, como si fueran gemelos.

Entonces, Nabi apareció en mitad de la calle, y gritó. A Juro se le partió el corazón: le estaba gritando a él. Quizá él también le consideraba alguién lo suficiente importante como para querer explicaciones.

¡Juro! ¿¡Qué demonios planeáis!? ¡Este es un sitio para heridos! ¿Por qué crees que los han traído si no es para curarlos? ¡Y vosotros aquí planeando entrar a "liarla"! ¡¿Estás de coña o qué?!

« ¿Eso es lo que parece? ¿Qué vamos a destruir hospitales y rematar heridos? » — pensó, con lástima.

Entonces, Daigo se puso en medio, murmurando algo de que tenían que irse antes de que fuera tarde. Juro comprendió que eso no ayudaría, sino que incendiaría aún más la chispa. Y eso no les convenía. Si se ponían a pelear en ese momento, no solo no rescatarían a Ayame, si no que llamarían la atención y les eliminarían facilmente.

Juro se puso por delante de Daigo, y extendió ambas manos, descubriendo las palmas.

— ¡Vale! ¡PARAD YA TODOS! — exclamó, y supo que había llevado la atención. Para bien o para mal. La voz le temblaba. Las manos también. Estaba cagado —. Esto se ha ido de madre hace tiempo, desde que Ayame-san se descontroló. Uno a atacado a otro, y luego, hemos acabado en una batalla campal. ¡Y vamos por el mismo camino! ¡Yo no quería que nos atacaramos entre nosotros! ¡La mayoría nos conocemos, para bien o para mal!

Tomó aire, y luego se retiró un poco.

— No, Nabi. Por mucho que creais que somos unos monstruos o cosas así, nuestra intención no es herir a nadie, y menos a los pacientes de este hospital. No queremos pelear — dijo —. Queremos a Ayame-san fuera de ahí, de vuelta con los suyos, para que todo esto pueda calmarse un poco. Esa es nuestra condición para retirarnos de aquí. Si se cumple, nadie tiene porque pelear, ni salir herido.


Carisma:30
Hablo / Pienso

Avatar hecho por la increible Eri-sama.

...

Sellos implantados: Hermandad intrepida
  • Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60
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#36

Quería hacer un último post. Perdonad, ignorad el turno en cuanto a turnos (xD) se refiere.

Y Daruu pagó el precio de no estar preparado.

Por supuesto, en Amegakure lea preparaban para muchas cosas. Para aguantar el dolor. Para rendir bajo la más cruel de las tormentas. Para espiar, para luchar, para matar.

Pero nadie le había preparado para eso. Para recibir aquella paliza.

No fueron los golpes allá en la Planicie del Silencio, ni el dolor cuando Akame le obligó a arrodillarse. Ni siquiera el puñetazo que lo tumbó en el suelo. Fue sin duda toda aquella verborrea. Que ninjas de la aldea en la que acababa de perder toda su confianza le vapulearan como si fuera un saco de boxeo verbal. Golpe tras golpe. Que Akame le acusara de que ni siquiera hubiera pensado en Ayame fue la puñalada que acabó con su fortaleza mental. A pesar de que no se tratase siquiera de eso. No se trataba en absoluto de eso.

Shanise, al menos para él, no se disculparía jamás. A Daruu aquello le parecía una humillación pública tal, que tenía la extraña certeza de que la mera sugerencia ocasionaría una batalla campal fuera del hospital —o dentro de él—. Todo estaba perdido. A no ser que el amejin ganase algo de tiempo. Si no hubiera cedido ante las provocaciones...

La aldea de la que venía Uchiha Datsue hablaba de ejemplaridad como si pudiera dar lecciones. Patético. Akame, en el fondo, nunca dejó de ser la Rata que casi le mata y que se vio arrastrada a disculparse en contra de su voluntad. Y a saber qué intenciones tenía al respecto de Ayame. Y Hanabi decía que en Amegakure tenían miedo de puñaladas traperas. Si es que te tienes que reir. No había mejor apulalador que Akame el General Rata. Se odio por estropearlo. Podría haberse ganado mejor el afecto de Hanabi. Así no tendría las esposas. Podría haber evitado que el General Rata y sus compinches...

Daba igual. Se rindió. Del todo.

Por eso cuando el Rey de las Ratas le cogio para darle el golpe de gracia, Daruu no trató siquiera de resistirse. Los ojos morados miraban muy atrás de Hanabi, sin vida, muertos. Su final había llegado...

...en su final, lo mataban envenenado, como si él, de hecho, fuera la rata.

Al menos, su último pensamiento sí fue para Ayame.
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
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#37
Que si henge, que si hay que actuar rápido... Vamos, que no teníamos ni puta idea de como meternos allí, ninguno de los 3. Dubitativos, el suficiente tiempo como para que llegase el tipo rubio del chucho y el loco que se tiró a por Datsue entre toda la panda de usucios. Todavía no sé ni cómo, pero le dió un jodido puñetazo, aquel chaval era bueno y de bien seguro que iba a ser útil si llegaban las tortas y que nadie dudase de que iban a llegar. Nosotros solo estábamos ganando tiempo hasta que llegase Yubiwa con una Shanise hecha una jodida furia para recuperar lo que era de amegakure, su bijuu. Daruu era totalmente secundario en este aspecto.

— Si vas a atacar, avisa y tal, no vaya a ser que te tengamos que dejar tirado de nuevo por meterte en medio de todo el jodido fregado — susurré al recién llegado que por cierto, llevaba las mismas marcas en la cara que el rubio y al parecer vino con un clon.

El rubio, como no, pedía explicaciones. Posiblemente solo fuese un peón — como nosotros — y no supiese de qué iba la película o solo supiese un trozo minúsculo de ella.

tras ello, Daigo le amenazó con que venía la caballería de Amegakure y de Kusagakure y posteriormente, Juro atendió al tipo del perro que por cierto, mencionó su nombre. No entendía una mierda pero el caso es que el titiritero trataba de hacerlo entrar en razón. No iba a interponerme, si se conocían, el más indicado para que aquel rubio lo entendiese todo era dejarlos hablar. Así que eso fue lo que hice, no interponerme, pero seguía pendiente por si los muy rastreros trataban de realizar algún ataque a la retaguardia, al igual que Kumopansa que se mantenía alerta encima mío, en mi cabeza.

«Por dios santito, que funcioné»
[Imagen: K1lxG4r.png]

[Imagen: dlinHLO.png]

Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
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#38
Una ligera agitación en el aire anunció la llegada de los líderes de las otras dos aldeas.

Allí estaban, Shanise y Yubiwa. Caminaban como si tal cosa entre el caos que tenían armados los kusajin y algún que otro uzujin.

Kaido, esa transformación no engaña a nadie. Deja de hacer el capullo —anunció Shanise, y sin más, sin pensarlo demasiado como sí hacían sus compatriotas, entró en el hospital—. ¿La habitación de Aotsuki Ayame, por favor? Soy la ninja de Ame encargada de su custodia. Me gustaría ver cómo se encuentra.

»Si Amedama Daruu no se encuentra con ella, díganle a Hanabi que lo quiero arriba en la habitación enseguida. Es un ninja de mi aldea y tiene que estar con nosotros.

»Dígame la habitación, por favor.
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#39
Junto a la mano derecha de la Arashikage, la inconfundible figura y pobladas cejas gigantes de Senju Yubiwa caminaba con tensa calma con el objetivo claro planteado en el Hospital de Uzushiogakure. Frente a la entrada, tal y como había previsto que sucedería, sus ninjas parecían estar enfrentándose a un genin de Uzushiogakure con un perro. En otro momento se habría fijado en la curiosa casualidad de la similitud entre aquel y Etsu, ambos con marcas en las mejillas, ambos con un perro acompañándoles. Pero no lo hizo, porque en aquel instante su objetivo era bien diferente:

Vigilar que allí no sucediera otra cosa que lo que tenía que pasar.

—Muy bien, chicos, tal y como esperaba de vosotros —les sonrió al pasar junto a ellos, alzando el pulgar en un gesto de aprobación—. Ya podéis dejar de hacer el capullo.

Al contrario que Shanise, él no entró en el hospital. Se mantuvo en la entrada, de brazos cruzados, vigilando el desarrollo de los acontecimientos en los exteriores. Conociendo a aquellos condenados genin, en cualquier momento se podía desarrollar una nueva batalla campal...
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#40
Y entonces, la séptima caballería llegó.

Habían estado saltando de casa en casa. Habían corrido por tejados, calles, ramas… a una velocidad que, en honor a la verdad, era más bien lenta. Después de aquello, cuando la tormenta pasase, se encargaría personalmente de que Reiji se pusiese en forma.

Fue en ese momento cuando los vieron. A Shanise. A Yubiwa. A un puñado de kusajines frente a un chico rubio y su perro. Shanise se introdujo en el hospital. Yubiwa se quedó en la puerta, como si fuese un jodido guardia de seguridad. Como si fuese su puto hospital. Como si aquella Villa le perteneciese.

Akame, por tus muertos, contesta —susurró, llevándose una mano al comunicador—. ¡Nabi, ¿todo bien?! ¿Qué ha pasado? —preguntó, sin moverse de su posición. En aquel instante, tenían a los kusajines rodeados por el frente y por la retaguardia…

… y no pensaba romper aquella posición estratégica.
[Imagen: ksQJqx9.png]

¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado



Grupo 0:
Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80

Grupo 1:
Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80

Grupo 2:
Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80

Grupo 5:
Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
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#41
La recepcionista se quedó pálida al ver entrar a Shanise por la puerta como si tal cosa, aunque reaccionó un poco mejor cuando empezó a hablarle como si no fuera el fin del mundo ahí fuera.

Em... Aotsuki Ayame no tiene habitación todavía, está... está en Cuidados intensivos todavía... De todas formas, Hanabi-sama estaba por aquí todavía y...

La joven no estaba acostumbrada a tanta presión, seguramente habían tenido que dejar a la nueva en recepción para tener más manos en donde se necesitaran. Por suerte para todos, Hanabi dobló la esquina antes de que la chica repitiese por cuarta vez "todavía".

Hombre, benditos sean los ojos. — saludó al ver a Shanise en el mostrador de recepción. — ¡Necesito una camilla aquí, urgentemente! ¡Ha recibido una puñalada trapera! Creo que hacemos colección ahora.

Rápidamente, la que estaba en recepción se levantó yendo a auxiliar al herido junto a dos enfermeros que trajeron la camilla ipsofacto. Hanabi aprovechó para meter una mano en el portaobjetos de Akame y coger la llave de las esposas, mientras con la otra sujetaba al cuerpo inerte de Daruu para que no se cayese.

Con un par de movimientos, sacó las esposas del amejin y las puso encima de un agotado Akame. Tenía el vientre y las piernas cubiertas de sangre de la herida que había recibido. Aunque había un goteo insistente cayendo de la nariz de Daruu. Sin duda, un buen espectáculo. Dejó el cuerpo encima del mostrador de recepción y encaró a Shanise.

Te he oído desde el pasillo. Aquí tienes a Amedama Daruu, ¿alguna exigencia más después de haber arriesgado a toda mi villa para salvarle el culo a vuestra jinchuriki, Kage Bunshin de Shanise?

Si algo habían conseguido aquel día, algo memorable, era acabar con la paciencia de un Uzukage. Solo quedaban Shanise y Hanabi en recepción, seguramente porque nadie se atrevía a volver a adentrarse en esa sala sabiendo como estaba la situación.
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#42
Shanise entrecerró los ojos cuando Hanabi apareció doblando la esquina del pasillo. Puños cerrados. Mandíbula apretada. Tan sólo cuando el hombre terminó de hablar, la mujer respiró hondo y pronunció las palabras:

Qué maleducados son mis clones, ¿eh, Hanabi? Siento el incidente... del estadio. —dijo. Sonreía, pero con los dientes muy apretados—. Vaya, parece que Daruu os ha dado problemas.

»Bueno, antes de que piense (más) algo equivocado, ¿debo entender que podré ver a Ayame y llevarla con mi especialista médico en el barco cuando salga de cuidados intensivos? —preguntó. Señaló a Daruu con la cabeza, y dijo—: Más te vale que eso que traes a rastras sea Daruu y no un Fiambre de Daruu, porque entonces esta renovada buena actitud mía podría explotar. Hanabi-san.

Volvió a sonreír, inclinándose levemente como señal de respeto. Los puños seguían apretados. La mandíbula seguía apretada.
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#43
Ahí estaba yo, pensando el discurso más contundente y elocuente que haya pensado en mi puta vida para aclararle a Juro y compañía que estaban locos y que yo no. Cuando aparecen el señor cejas y la mini Yui y entran andando en el hospital. Claro, yo ahí, me descoloco. Primero, porque no voy a atacar a los subkages de las otras villas. Tengo mis límites. Pero encima, el de Kusagakure se queda en la puerta del hospital cuando entra la de Amegakure, en plan mafia.

Y entonces aparece Datsue, cuando Stuffy y yo aún estamos asimilando que nos han robado el control de la entrada así de gratis.

¡Datsue! ¡Que ya está aquí todo cristo! ¡Está el de las cejas mirando! ¡No podemos pegarnos con los de Kusagakure así de buenas!

Era el que más cerca estaba de Yubiwa, así que le miré e intenté que no me matase.

Que son unas cejas muy bonitas, y muy representativas.

Ya ni garras ni colmillos ni nada, volvía a ser tan humano como al levantarme. Pegarse con ese mirando y la otra dentro del hospital iba a ser contraproducente.

¡Datsue! ¡¿Traes unas cartas o algo para pasar el rato?!

De perdidos al rio.
Nabi
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#44
Y de pronto... Nabbi no contestó y apareció la tal Shanise con Yubiwa y la de Amegakure entró en el hospital, el rubio no intervino y el cejotas se quedó ahí delante, entre los dos bandos "felicitandonos" por hacer el capullo.

—Muy bien, chicos, tal y como esperaba de vosotros —les sonrió al pasar junto a ellos, alzando el pulgar en un gesto de aprobación—. Ya podéis dejar de hacer el capullo.

A saber lo que pasaba en el interior del lugar, pero aquello no era menester nuestro, sino de Amegakure y de Uzushiogakure. Pronto llegarían los refuerzos de los uzujins, eso sí.

«Uchiha Datsue de nuevo... qué molestos sois, joder»

Teníamos a Nabi por delante y al Uchiha por detrás. al menos teníamos a Yubiwa de cerca y, en efecto, teníamos la ventaja de efectivos en caso de que por culpa de algún suicida loco las cosas se torcieran, una vez más. No se debía descartar para nada esa probabilidad.


— Yubiwa-dono, esto... ¿ahora qué?

Supongo que le que tocaba era esperar nuevas instrucciones, pero al parecer, nuestra labor allí ya había terminado.

— ¡Eh, cejotas! No nos han presentado, soy Kumopansa, un placer

— Joder, Kumopansa, muestra un poquito de respeto. Ni con estas puede ser normal... — le dije al animal, el cual era un poco gilipollas, que tenía encima de mi cabezas para luego hacer una leve reverencia a Yubiwa — Le ruego que no se lo tenga en cuenta, Yubiwa-dono. Todavía... bueno, está aprendiendo modales

Quería que la tierra me tragase.
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Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
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#45
Etsu no entendí muy bien el porqué de todo, pero poco a poco fue aclarándose la cosa. Al menos en parte. Habían ido allí tan solo para asegurarse de que un par de shinobis estaban seguros, o para entrar al edificio y asegurarse de que estaban bien... o algo parecido. Según había podido entender, toda ésta trifulca no había significado la ruptura de la tregua, no estaban en mitad de una guerra, y no habían ido allí al hospital para golpear donde más duele.

Etsu se llevó la mano al mentón, dubitativo. Ahora tenían a un tipo en medio, indispuesto a dejarles entrar. Pero tenían que entrar, ¿no? Miró a su hermano, que tenía su misma apariencia, y volvió la mirada hacia el supuesto Inuzuka. Lo tenía claro, patada al mentón y punto. O se apartaba, o le apartaba.

Sin embargo, fue quizás mas lento en actos que en pensamientos. Para cuando lo tuvo claro, y comenzó a moverse poco a poco —aprovechando su gran cualidad para pasar desapercibido— todo su plan se fue al traste. Aparecieron la representante de Ame, y el representante de su propia aldea, Yubiwa. Anunciaron que iban a entrar al hospital, y sin mas proceder, la mujer de Amegakure lo hizo. Sin mas, como quien pasea por su casa. El genin de Uzu ni se atrevió a intentar detenerla, obvio. Tras los de Kusa, apareció Datsue, quien sentenció su aparición preguntando al otro si estaba bien. Etsu chasqueó la lengua, aún enfadado con Datsue.

«Maldito Uchiha...»

Cerró los puños, y su mirada descaradamente mostraba sus sentimientos hacia él. Sin embargo, Yubiwa había aclarado que la misión del equipo improvisado de genins de Kusa había cumplido ya con su función. Todo acababa allí para ellos...

¿O no?

Etsu dejó escapar un suspiro, e intentó tranquilizarse. Pero el llamado Nabi no pudo callar su boquita, no. Tuvo que hacer un inngenioso comentario sobre las pobladas cejas de Yubiwa, delante suya y de sus genin. El Inuzuka miró al otro Inuzuka, obviamente enfadado.

Controla tus modales, burdo intento de Inuzuka —advirtió al chico.

Pero para su sorpresa, no fue el único que tuvo malos modales, no señor. Uno de sus propios compañeros —una maldita araña— sobre la cabeza de uno de éstos, para ser mas concreto. Tuvo la misma insolencia que el de Uzu, ni mas ni menos. Era absurdo, y aunque el chico se disculpó, seguía siendo absurdo...

¿Quién cojones era ese chico y esa mierda que tenía en la cabeza?
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~
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