7/06/2020, 22:29
«Vaya, vaya, así que la mirada a los pies, ¿hmm?» Era difícil asegurarlo con el Byakugan y su visión total, pero sí le había parecido que Daruu había agachado la mirada hasta aquel punto. Datsue no se preocupó por ello. Hacía mucho tiempo que había analizado las distintas estrategias que un oponente podía realizar para evitar sus ilusiones, y que le mirasen a los pies era una de ellas. Sin embargo, tenía un problema: no era muy cómoda de mantener durante el transcurso de la batalla. Eso, y que el remedio podía llegar a ser peor que la enfermedad.
«Carnero», leyó en las manos de Daruu, antes de que este escupiese una bola gris hacia él. El Uchiha se movió, raudo y veloz, hacia un lado, sin preocuparse demasiado por ella. Craso error. El hecho de que estuviese imbuida en tan poco chakra no la volvía menos letal. Al contrario, cuando esta estalló, comprobó qué tan peligrosa podía ser.
—¡Mierda!
El Kirigakure no Jutsu. Había pensado en aquel jutsu por muchas horas, desde el momento en que Eri achacó su derrota a él. No obstante, lo que no se había esperado era que Daruu pudiese generarlo a partir de una jodida esfera.
—¡Tsk!
El impacto de tres senbon clavándose en el pecho viajó por el sistema nervioso hasta el cerebro. Aquel era un mensaje, enviado por Daruu. Le decía que aquello iba en serio. Que como no espabilase, el combate iba a terminar más rápido de lo que un kusareño tarda en gritar: ¡me rindo!
Los pasos de alguien corriendo hacia él le alarmaron. Aquel era el segundo mensaje, quizá definitivo.
«¡Muévete!» Uchiha Datsue dio dos rápidos pasos hacia atrás para ganar tiempo mientras su brazo se estiraba hacia adelante. De su mano salieron disparados senbos eléctricos, que impactarían en el dueño de aquellos sonidos.
Dio otro salto hacia la derecha, y se encontró, para su alivio, que la neblina no abarcaba tanto espacio como el Kirigakure no Jutsu original. No perdió tiempo y puso tierra de por medio, en unos cautos cinco metros de distancia respecto a la cortina de niebla. Si Daruu no salía enseguida, necesitaba atacar cuánto antes. Las ocasiones en las que había perdido de vista a su rival por más de unos segundos nunca le habían traído buenas consecuencias.
«Carnero», leyó en las manos de Daruu, antes de que este escupiese una bola gris hacia él. El Uchiha se movió, raudo y veloz, hacia un lado, sin preocuparse demasiado por ella. Craso error. El hecho de que estuviese imbuida en tan poco chakra no la volvía menos letal. Al contrario, cuando esta estalló, comprobó qué tan peligrosa podía ser.
—¡Mierda!
El Kirigakure no Jutsu. Había pensado en aquel jutsu por muchas horas, desde el momento en que Eri achacó su derrota a él. No obstante, lo que no se había esperado era que Daruu pudiese generarlo a partir de una jodida esfera.
—¡Tsk!
El impacto de tres senbon clavándose en el pecho viajó por el sistema nervioso hasta el cerebro. Aquel era un mensaje, enviado por Daruu. Le decía que aquello iba en serio. Que como no espabilase, el combate iba a terminar más rápido de lo que un kusareño tarda en gritar: ¡me rindo!
Los pasos de alguien corriendo hacia él le alarmaron. Aquel era el segundo mensaje, quizá definitivo.
«¡Muévete!» Uchiha Datsue dio dos rápidos pasos hacia atrás para ganar tiempo mientras su brazo se estiraba hacia adelante. De su mano salieron disparados senbos eléctricos, que impactarían en el dueño de aquellos sonidos.
Dio otro salto hacia la derecha, y se encontró, para su alivio, que la neblina no abarcaba tanto espacio como el Kirigakure no Jutsu original. No perdió tiempo y puso tierra de por medio, en unos cautos cinco metros de distancia respecto a la cortina de niebla. Si Daruu no salía enseguida, necesitaba atacar cuánto antes. Las ocasiones en las que había perdido de vista a su rival por más de unos segundos nunca le habían traído buenas consecuencias.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado