17/06/2020, 19:26
Ah, sí... las bombas de luz. El enemigo de todo Hyūga que se precie. Daruu había sufrido aquellas desgraciadas en numerosas ocasiones, y aquella no era especial. Un ojo que todo lo ve, y que lo ve en todas las direcciones. Es el cebo perfecto para un buen fogonazo. El amejin gimió de dolor y se tapó los ojos por puro instinto. Dobló su cuerpo apretando los dientes y encogiendo los brazos, sabiéndose víctima de un ataque furtivo que no tardaría en llegar.
—¡Aargh, hijo de puta!
—¡Aargh, hijo de puta!