2/07/2020, 01:14
Para cuando alcancé el lugar donde estaban los Kages, Hanabi ya no estaba. Yui tampoco. Solo La Morikage. ¿Que hacer? Solo una cosa. Tragarme mi maldito orgullo y avisarle a ella, que solo parecía mirar, impasible, lo que sucedía.
—¡Morikage-sama! —Le grite desde donde solía estar Hanabi. —¡Están por dentro, lo del ring es una distracción!
Igual ni me escuchaba, pero justo cuando termino la frase... Un poder abrumador me dejó en silencio, sin poder continuar. Un poder ardiente, mas caluroso que las llamas de la forja. Y aunque parecía salir del Uzukage, no pude evitar ser paralizado por el miedo un instante.
¿Qué podía hacer yo? Bajar al ring era un suicidio, y probablemente molestaría mas que ayudaría a Hanabi. Pero si me marchaba, si lo dejaba allí y moría luchando contra el enemigo, entonces me arrepentiría toda mi vida. Entonces, ¿Que podía hacer yo? No podía estar observando sin hacer nada una segunda vez, como durante el fatídico día en el estadio de Uzu.
Entonces lo vi. Grande y claro en un cielo que empezaba a nublarse. Aquella águila de la que habían caído los enemigos. La misma que parecía avisarlos de todo lo que veían sus ojos. Y entonces lo supe. Ese era mi objetivo. Así seria como ayudaría a Hanabi, reduciendo la ventaja del enemigo.
¿El problema? La altura. La parte mas alta del estadio media unos quince metros de altura, y el águila volaba a unos veinte, ademas, esa parte del estadio estaba lejos del centro del ring, donde volaba el águila. Sólo había una forma de hacerlo.
Aunque estuviera allí la Morikage, que le dieran. No necesitaba du amistad, ni me importaba ser parte de lo que odiaba. Así que lo hice. Deje que el chakra de Gyūki recubriese mi cuerpo y me preparé para hacerlo.
〜Gyūki, si me escuchas, lo siento, pero necesito tu poder para ayudarlos. No soy lo bastante fuerte para hacerlo por mi mismo...〜
Dudaba mucho que, aún rodeado por su chakra, mis pensamientos le llegasen. Pero aún así, no pude evitar intentarlo.
Y entonces lo hice. Por instinto. Una esfera de puro chakra, pero bastante diferente al rasengan. Una esfera de chakra que viajaría hacia el pájaro, y que formaría una gran explosión que lo dejaría frito.
Aquello conseguiría dos cosas. Cuando el cielo pasara de nublado a oscuro, y luego, a fuego, seguramente distraeria al enemigo lo suficiente para darle al Uzukage una oportunidad. El sabia que yo podía hacer eso, y esperaba que lo aprovecharse. Lo segundo, el enemigo ya no tendría un pájaro que les avisaría de los imprevistos.
Aquello también tenía un inconveniente bastante grande: llamaría la atención. Aunque, por otro lado, quizás eso también era bueno. Un enemigo que daba la espalda a un Kage para centrarse en otra cosa, saldría mal parado.
—¡Morikage-sama! —Le grite desde donde solía estar Hanabi. —¡Están por dentro, lo del ring es una distracción!
Igual ni me escuchaba, pero justo cuando termino la frase... Un poder abrumador me dejó en silencio, sin poder continuar. Un poder ardiente, mas caluroso que las llamas de la forja. Y aunque parecía salir del Uzukage, no pude evitar ser paralizado por el miedo un instante.
¿Qué podía hacer yo? Bajar al ring era un suicidio, y probablemente molestaría mas que ayudaría a Hanabi. Pero si me marchaba, si lo dejaba allí y moría luchando contra el enemigo, entonces me arrepentiría toda mi vida. Entonces, ¿Que podía hacer yo? No podía estar observando sin hacer nada una segunda vez, como durante el fatídico día en el estadio de Uzu.
Entonces lo vi. Grande y claro en un cielo que empezaba a nublarse. Aquella águila de la que habían caído los enemigos. La misma que parecía avisarlos de todo lo que veían sus ojos. Y entonces lo supe. Ese era mi objetivo. Así seria como ayudaría a Hanabi, reduciendo la ventaja del enemigo.
¿El problema? La altura. La parte mas alta del estadio media unos quince metros de altura, y el águila volaba a unos veinte, ademas, esa parte del estadio estaba lejos del centro del ring, donde volaba el águila. Sólo había una forma de hacerlo.
Aunque estuviera allí la Morikage, que le dieran. No necesitaba du amistad, ni me importaba ser parte de lo que odiaba. Así que lo hice. Deje que el chakra de Gyūki recubriese mi cuerpo y me preparé para hacerlo.
〜Gyūki, si me escuchas, lo siento, pero necesito tu poder para ayudarlos. No soy lo bastante fuerte para hacerlo por mi mismo...〜
Dudaba mucho que, aún rodeado por su chakra, mis pensamientos le llegasen. Pero aún así, no pude evitar intentarlo.
Y entonces lo hice. Por instinto. Una esfera de puro chakra, pero bastante diferente al rasengan. Una esfera de chakra que viajaría hacia el pájaro, y que formaría una gran explosión que lo dejaría frito.
Aquello conseguiría dos cosas. Cuando el cielo pasara de nublado a oscuro, y luego, a fuego, seguramente distraeria al enemigo lo suficiente para darle al Uzukage una oportunidad. El sabia que yo podía hacer eso, y esperaba que lo aprovecharse. Lo segundo, el enemigo ya no tendría un pájaro que les avisaría de los imprevistos.
Aquello también tenía un inconveniente bastante grande: llamaría la atención. Aunque, por otro lado, quizás eso también era bueno. Un enemigo que daba la espalda a un Kage para centrarse en otra cosa, saldría mal parado.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)