15/07/2020, 00:04
(Última modificación: 15/07/2020, 00:05 por Umikiba Kaido.)
Todo pasó muy rápido. Ya era muy tarde, cuando se percató de que su hoja de agua iba en dirección a la mujer del antifaz, y no a Ryū. Ya era muy tarde, cuando cayó al suelo con dificultad y trató de entender lo que había sucedido, con el Heraldo mostrándose frente a Sarutobi Hanabi, su nueva víctima. Quiso preguntarle a Kintsugi —a quien no conocía realmente, pero intuía era una de las grandes—. si estaba bien, pero por suerte ésta no reparó en él como un traidor —que podría haberse tomado como eso, una treta para encajarle ese jutsu tan letal—. y decidió aprovechar al desinterés de Ryūnosuke para darle una oportunidad a alguien de acabar de una vez con esa bestia.
Ese alguien, podía ser Kaido. Pero ahora mismo, Kaido necesitaba ser un ninja y no un héroe. Daba igual quién le arrancara la cabeza a su antiguo maestro, lo importante es que lo hiciera, y punto.
Él, en su posición, iba a ayudar a que aquello fuera posible.
Entre el tintineo sucesivo de la aguja, desde la posición de Kaido emergió también, a espaldas del Dragón, una riada de agua sumamente pegajosa que navegó la tierra hasta cubrir los pies de Ryū. ¿Su objetivo? retenerlo en caso de que pudiera ser capaz de prever las tretas de la mujer insecto.
Ahora, el destino de todos estaba en manos de ese joven espadachín.
Ese alguien, podía ser Kaido. Pero ahora mismo, Kaido necesitaba ser un ninja y no un héroe. Daba igual quién le arrancara la cabeza a su antiguo maestro, lo importante es que lo hiciera, y punto.
Él, en su posición, iba a ayudar a que aquello fuera posible.
Entre el tintineo sucesivo de la aguja, desde la posición de Kaido emergió también, a espaldas del Dragón, una riada de agua sumamente pegajosa que navegó la tierra hasta cubrir los pies de Ryū. ¿Su objetivo? retenerlo en caso de que pudiera ser capaz de prever las tretas de la mujer insecto.
Ahora, el destino de todos estaba en manos de ese joven espadachín.