Este foro utiliza cookies
Este foro utiliza cookies para guardar tu información de inicio de sesión si estás registrado, y tu última visita si no lo estás. Las cookies son pequeños documentos de texto guardados en tu ordenador; las cookies establecidas por este foro sólo pueden ser utilizadas en este mismo sitio y no poseen riesgos de seguridad. Las cookies de este foro también llevan un registro de los temas que has leído y cuándo fue la última vez que los leíste. Los administradores NO tienen acceso a esta información, sólo TU NAVEGADOR. Por favor confirma si aceptas el establecimiento de estas cookies.

Se guardará una cookie en tu navegador sea cual sea tu elección para no tener que hacerte esta pregunta otra vez. Podrás cambiar tus ajustes sobre cookies en cualquier momento usando el link en el pie de página.
Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#84
Allí, en ese justo momento, La Alianza de las Tres Grandes tomó un nuevo significado. Ésta podía haberse roto hace algún tiempo, parcial o definitivamente, pero las intenciones veladas de semejante pacto demostraron permanecer aún firmes en convicción en los corazones de todos sus ninjas. Tanto viejos y nuevos, como es el caso de Umikiba Kaido.

Y algún día, en una fábula que contasen los sobrevivientes de aquella masacre, alguien cantaría acerca de como Kusagakure, Amegakure y Uzushiogakure, en una sucesión compacta de movimientos; acabaron con la amenaza del Heraldo del Dragón, que desapareció en una estela de humo que reforzaba las esperanzas de aquellos que, por suerte, seguían con vida.

Kaido se permitió suspirar por un instante, aliviado. Aliviado por ser él, entre todos, el que conocía la verdadera fuerza de Ryūnosuke, aquella que contempló en toda su grandeza durante el famoso Kaji Saiban. Aliviado porque, por suerte, el Ryūto fue incapaz de llevar a cabo la última parte del plan.

¿El plan?

La angustia creció súbitamente en él cuando lo vio descender. A él, a Zaide. Aquella aparición no estaba entre los planes que habían discutido previamente. ¿Qué hacía ahí? ¿Acaso ya no era suficiente?

Miró al cielo, buscando a Viento Blanco. No le debía de quedar mucho tiempo...

Kaido frunció el ceño, y sin ver directamente a aquél hombre —consciente de lo que sus ojos eran capaces de hacer—. aprovechó el intercambio entre Zaide y Hanabi para acercarse al Uzukage. Kaido se detuvo a su lado y blandió su espada: lo iba a proteger, así le costara la vida. Y no era para menos. El gyojin se sentía culpable. Tal vez, él era el más culpable de todos. Si lo pensaba bien y daba un paseo por los caminos de todas sus decisiones, cada vez le era más claro.

Si no hubiera fallado en su misión de destruir Dragón Rojo, no habría recibido el Bautizo del Dragón. Si no hubiera recibido el Bautizo del Dragón, no habría elegido ir a la Prisión del Yermo, donde le fue encomendado matar a un malogrado prisionero llamado Uchiha Zaide. De no haber intentado matar a Uchiha Zaide, Muñeca —no, Masumi— seguiría viva, y ese hijo de puta nunca habría escapado de ese maldito agujero en las profundidades del mismísimo desierto. De no haber escapado de su tumba, nunca habría seguido al escualo hasta Ryūgū-jō. De no haber llegado a Ryūgū-jō...

... no hubiese tenido lugar su revolución.

Él, Kaido, lo había empezado todo, y lo lamentaría profundamente hasta el final de sus días.

—Abre los ojos, Zaide. Yo ya lo hice —dijo—. mira lo que has hecho. Lo que hemos hecho. Lo perdiste todo, por culpa de Dragón Rojo —perdió a Kuma y a todos sus aliados que trabajaban para él en el cañón del secuestrado. Perdió a Aiza, o más bien, ésta le abandonó. También perdió uno de sus preciados ojos durante el Kaji Saiban, todo para que no se le diera caza a su amada. Y ahora, por culpa de Ryū, perdió lo último que tenía: su idealismo, que ahora se derrumbaba junto a los cimientos del Estadio—. al igual que yo.

«Pero no más, no esta vez»

Kaido torció el pescuezo, apenas un instante, y le susurró algo a Hanabi.
2
2
1
Responder


Mensajes en este tema
RE: [Dojos 220, 1º div, Final] Daruu vs Datsue - por Umikiba Kaido - 18/07/2020, 03:04


This forum uses Lukasz Tkacz MyBB addons.