21/07/2020, 22:38
Kaido estaba claro que, si Uchiha Zaide estaba allí; era única y exclusivamente para hacer una declaración de intenciones. Para advertirles a todos y cada uno de los presentes que, si bien todo lo acontecido no había sido enteramente su intención —hablando del pueblo, aquél que no debía pagar por los pecados de los bendecidos y acaudalados Feudales—. pues ahora que se encontraba en lo más profundo de su abismo personal, tenía claro que de aquí en adelante ya no hay nada que perder, y que lo iba a apostar todo a favor de su causa. Todo lo que vendría a partir de ahora sería una retaliación en toda regla, tallada a fuego y sangre.
¿Necedad? pues puede que así fuera. Pero hacemos bien en recordar que es propio de los necios ver los vicios ajenos y hacer caso omiso a los suyos propios. Uchiha Zaide era un hombre perdido en la premisa idílica de su incalcanzable odisea: acabar con un sistema impuesto desde tiempos inmemoriales, cuyas raíces yacían profundamente arraigadas al ōnindo en el que vivimos. Sólo entonces el voto de los Ryūto fue lo que le impidió tomar acciones para llevarlo acabo, cuando se debatía si ceder a las propuestas de Umigarasu o no. Ahora, con la organización parcialmente desarticulada —por los desafortunados eventos ocurridos en algún lugar que se esconde tras Niebla—. no había nada ni nadie que le impidiera seguir por ese camino de autodestrucción.
«Que así sea, pues» —se dijo, como primera penitencia—. «que así sea»
¿Necedad? pues puede que así fuera. Pero hacemos bien en recordar que es propio de los necios ver los vicios ajenos y hacer caso omiso a los suyos propios. Uchiha Zaide era un hombre perdido en la premisa idílica de su incalcanzable odisea: acabar con un sistema impuesto desde tiempos inmemoriales, cuyas raíces yacían profundamente arraigadas al ōnindo en el que vivimos. Sólo entonces el voto de los Ryūto fue lo que le impidió tomar acciones para llevarlo acabo, cuando se debatía si ceder a las propuestas de Umigarasu o no. Ahora, con la organización parcialmente desarticulada —por los desafortunados eventos ocurridos en algún lugar que se esconde tras Niebla—. no había nada ni nadie que le impidiera seguir por ese camino de autodestrucción.
«Que así sea, pues» —se dijo, como primera penitencia—. «que así sea»