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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#91
Las palabras cayeron como cuchillas sobre Zaide. La sonrisa se congeló en sus labios y los músculos se le tensaron peligrosamente. Por un momento parecía un tigre a punto de abalanzarse sobre sus presas. Pero, quizás afortunadamente para todos, se contuvo a tiempo.

¿Justificarme? ¿Convenceros? —bramó, enardecido—. ¿Quién te piensas que soy, huh? ¿Uno de tus adoctrinados ninjas?

»¿Sabéis lo que fue una barbarie, Kages? La Guerra de los Mil Años. Y la que siguió a esta, cuando el Ninshuu se convirtió en Ninjutsu. Y la que siguió a esta, cuando Kages de otros tiempos descubrieron a los bijū. ¿Sabéis que tuvieron en común todas estas guerras? Daimyōs. Gente que se creía con el derecho de poseer tierras porque… Bueno, ¿por qué era exactamente? Quizá las guerras terminaron hace años, pero yo sigo viendo barbaries día a día. En cada callejuela de Notsuba, críos mendigando por un trozo de pan mientras los Kurawa vomitan caviar tras el enésimo banquete que se han pegado en el día.

¿Por qué? —repetía el shinobi de Uzushiogakure, que parecía estar más concentrado en su espada rota que en lo que estaba ocurriendo a su alrededor.

Sí, ¿por qué? ¿Por qué ellos tienen tanto y el resto tan poco? ¿Por qué estamos obligados a pagarles y obedecerles? ¿Por qué cojones se supone que yo tengo que hincar la rodilla ante un tío cuyo único logro en la vida ha sido nacer? Me habláis de civiles, cuando sois vosotros los primeros en olvidarlos. Nunca tuvieron voz, nunca tuvieron voto. ¿Que abra los ojos, Kaido? —añadió, respondiendo al que antes había sido su compañero—. No, ábrelos tú. Yo sé muy bien en qué me he convertido. El Uzukage tiene razón, no hay palabras de miel que lo cambien. No soy un héroe. Nunca lo he sido. Y a partir de hoy lo que soy es… un genocida —soltó, como si tuviese bilis en la garganta—. También un regicida. Sí, esa es mi nueva profesión. Hoy me he ganado el pan, han caído unos cuantos. Lástima que pronto los herederos reclamen sus sombreros, ¿huh? Pues que sepan una cosa: voy a matarles también. A ellos, a los herederos que vengan después, ¡y a cualquiera que ose ponerse ese sombrero de mierda sobre su cabeza! Sé que vendréis a por nosotros. Sé que no moriré de viejo. Pero sabed vosotros también una cosa: seguid siendo el escudo de los Daimyōs, seguid intentando protegerles, y esto , se convertirá en vuestras villas.

En aquella ocasión fue Kintsugi la que apretó los puños. Pero antes de que pudiera decir nada al respecto, Hanabi se adelantó.

¡¡ERES UN IMBÉCIL Y UN NECIO!! —se había reincorporado, pese a la severidad de la herida de su brazo. Esquivó a su propio shinobi, acercándose peligrosamente a Zaide. Demasiado peligrosamente, para gusto de Kintsugi—. ¿¡Crees que le has hecho un puto favor al mundo con esto, desgraciado!? ¿¡Crees que nadie más que tú ha pensado en los problemas estructurales de la sociedad!? ¿¡Te crees el único visionario aquí!? ¡¡Pues te diré lo que eres!! ¡¡ERES UN PUTO NECIO!! ¡¡UN EGOÍSTA!! ¡¡ESTA GENTE TENÍA FAMILIAS!! ¡¡ALGUNOS HAN ESTADO AHORRANDO TODO EL AÑO PARA VENIR AQUÍ!! ¡¡YO ASCENDÍ A KAGE DESDE UNA FAMILIA HUMILDE, Y TUVE QUE LUCHAR CONTRA VIENTO Y MAREA!! ¡Eres un necio! ¡Eres un necio! ¡Has matado a la única persona que podía ayudarme a traer el futuro, el progreso al País de la Espiral! ¡Ahora... has condenado a mi país a muerte, a muerte y a más muerte!

Uzukage-dono, por favor cálmese. No es lícito que alguien de su status pierda los nervios de esa manera —le recriminó la Morikage—. No se deje arrastrar por su lengua de plata.

Porque el Carisma de aquel hombre era avasallador como poco. Pero la Morikage ya se había enfrentado a charlatanes como aquellos, y no pensaba doblegarse ante el poder de su voz. Jamás lo había hecho, y ahora no sería el momento que lo hiciera. Ella tenía Voluntad para todo eso, y más.

Pero ya da igual. Podríamos habernos entendido, pero ya no. Ya no. Alguien capaz de esto no se merece ni un ápice de respeto. Ahora, lárgate. ¿Cuánto tiempo más puedes mantenerlo?

«¿Mantenerlo? ¿A qué se refiere?»

Es otro clon.

Kintugi lanzó un profundo suspiro al aire.

Ya no sé ni por qué me sorprendo. ¿Qué otra cosa podíamos esperar de los valientes Dragones?

Pero el shinobi de Uzushiogakure tampoco se iba a quedar con la boca cerrada, aunque su voz no sonó, ni de lejos, tan potente como la del Uzukage.

¿Os creéis mejor que los Daimyōs? Hablas de barbaries pero mira a tu alrededor. ¿Que crees que es lo que habéis hecho hoy aquí? ¿Justicia divina? No. Algo peor que las barbaries de las que hablas. Mira de nuevo a tu alrededor ¿De que le sirve a un pueblo de cadáveres que elimineis a los Daimyōs? ¿Que harán los mendigos de Notsuba cuando salgan de la pobreza gracias a vuestros actos?¿Gastar el dinero en enterrar a sus familias que vosotros habéis masacrado? ¿Que los Damyōs se creen en el derecho de reclamar tierras sin razón? ¿Que su único logro ha sido nacer? ¿Y vosotros? Gente que se cree con derecho a decidir quien vive y quien muere porque...Bueno. ¿por que será exactamente? —añadió, imitando las palabras del Uchiha. Aunque, lamentablemente, sonó como un niño cuando le intenta responder a un adulto—. Ah, si. Por que no sois genocidas, ni regicidas. Sois monstruos. Monstruos que asesinan indiscriminadamente. Puedes mentirte a ti mismo todo lo que quieras, pero mira como bajas aquí a decir que hoy te has ganado el pan haciendo bien tu trabajo, regodeandote de la masacre que habéis causado, llamándote genocida y sintiéndote orgulloso de matar a miles de personas que nada tenían que ver con el objetivo del que hablas. Llámate como quieras. Pero los huérfanos, las viudas y viudos, los mutilados y heridos de gravedad. Todo el que ha quedado vivo hoy aquí sabe la verdad. Que no sois mas que monstruos sedientos de sangre.

Monstruos. Como el mismo monstruo que estuvo a punto de destruir nuestra preciada aldea, obligando a Sandaime Morikage a sacrificarse para salvarla. La verdad, mirando a mi alrededor, ahora mismo me cuesta diferenciar a esas bestias con colas de lo que habéis hecho vosotros ahora mismo. Os habéis ganado la enemistad de todo Ōnindo, de shinobi y de civiles y dad por hecho que vuestras caras empapelarán ahora todas y cada una de las calles. Todos sabrán lo que habéis hecho, y todos os perseguirán hasta alcanzar sus respectivas venganzas. No tendréis asilo ni refugio alguno donde esconderos, Lagartijas —siseó la Morikage—. Pero pongamos que tenéis razón y que vuestras acciones están llenas de nobleza hacia el pueblo: Le tenéis rabia a los Daimyō porque gobiernan desde la cuna. Bien, ¿proponéis otro sistema de gobierno? ¿Creéis que la pobreza y las injusticias en el mundo terminarán sólo por eso? Porque, déjame aconsejarte algo, y en Kusagakure lo sabemos muy bien: la democracia tampoco funciona.

Kintsugi alzó los hombros en un profundo suspiro y ladeó la cabeza, de forma que su coleta resbaló por su hombro.

Por cierto, algo que no termino de entender es cómo encaja en vuestra utopía ese negocio vuestro de... ¿cómo era? ¿Omoide? ¿Pretendéis liberar al pueblo subyugándolo a las drogas?
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RE: [Dojos 220, 1º div, Final] Daruu vs Datsue - por Aburame Kintsugi - 22/07/2020, 23:11


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