25/07/2020, 21:18
Chhs. Daruu chasqueó la lengua y desvió la mirada, incómodo, cuando Kaido le llamó Godaime.
—Kaido, por favor, no soy el Kage. Sólo me ha dejado al mando temporalmente —contestó en un susurro.
Después, el amejin dio un respingo cuando escuchó una voz que podría haber pertenecido perfectamente a una víbora escondida entre la hierba. El muchacho alzó la mirada y la mantuvo en ella un momento. Hasta que, más o menos a mitad de discurso, la bajó. Apretó los puños. Comenzó a temblar.
—Él no está sólo bajo tu mando, no es sólo uno de los vuestros: ¡desde el momento en el que apareció aquí con el resto de Dragones y participó en el asesinato de los Señores Feudales y de decenas de personas se ha convertido en un asunto global que nos concierne a todos! ¡Quitarle las esposas de esa manera antes de quitarle el sello ha sido una estúpida temeridad! ¿Qué te asegura que de verdad está de nuestra parte o que no sea algo temporal?
Daruu tomó aire, abrió la boca...
...y levantó la mirada.
—Morikage-dono, puede parecerle temerario, pero Umikiba Kaido, shinobi de Amegakure, no ha participado en ninguna matanza. Sigo instrucciones de Yui-sama. Ella ha decidido confiar en él, y suya es la responsabilidad. Responsabilidad que hago mía, si algo sale mal. —Daruu habló de una forma totalmente átona, mirando a algún punto más allá de Kintsugi. Carente de emoción, hizo una pronunciada reverencia y se dio la vuelta al sentir la presencia gélida de Kōri.
—Daruu. Ayame, ¿dónde está? —preguntó un preocupado Hielo.
—Tranquilo, sensei. No tienes nada de lo que preocuparte. Ayame es quien ha llevado a Yui a Amegakure con el Chishio Kuchiyose. Está a salvo.
»¿Lo estáis todos vosotros? ¿Estáis bien? Debo irme con Kaido y con Datsue ahora, pero me tranquilizaría saber... algo. —Daruu se dio la vuelta y echó un vistazo a Kaido y a Datsue—. Datsue. ¿Nos ayudarás con ese dragón rojo de mierda?
—Kaido, por favor, no soy el Kage. Sólo me ha dejado al mando temporalmente —contestó en un susurro.
Después, el amejin dio un respingo cuando escuchó una voz que podría haber pertenecido perfectamente a una víbora escondida entre la hierba. El muchacho alzó la mirada y la mantuvo en ella un momento. Hasta que, más o menos a mitad de discurso, la bajó. Apretó los puños. Comenzó a temblar.
—Él no está sólo bajo tu mando, no es sólo uno de los vuestros: ¡desde el momento en el que apareció aquí con el resto de Dragones y participó en el asesinato de los Señores Feudales y de decenas de personas se ha convertido en un asunto global que nos concierne a todos! ¡Quitarle las esposas de esa manera antes de quitarle el sello ha sido una estúpida temeridad! ¿Qué te asegura que de verdad está de nuestra parte o que no sea algo temporal?
Daruu tomó aire, abrió la boca...
«Datsue tiene razón. Esto no te concierne, hija de puta.»
«Os habéis desentendido de Sekiryū hasta que os habéis visto en el centro de todo.»
«¿Estabas más ocupada planeando cómo matar a la persona que más quiero nada más pisase tu país, verdad, desgraciada?»
«¡¡Deberías largarte a tu puta aldea de mierda y dejarnos en paz!!»
«¡Los Generales de Kurama casi matan a Ayame varias veces y tú la pones a ella a su mismo nivel, no harás nada hasta que vayan a por ti, mezquina egoísta!»
«¡ME CUESTA TRATARTE CON RESPETO!
¡NO TE LO MERECES!»
«Pero te pierde la impaciencia, el fuego arde en tus venas y "derrite" tu sentido común.»
«Recuerda todo lo que hiciste y recuerda por qué lo hiciste.»
«Teníamos que pensar en lo que estábamos haciendo, y en por qué, por quién, lo estábamos haciendo.»
«Somos de la Tormenta, Daruu-kun, pero tenemos que mantener esa tormenta a raya. No podemos dejar que nos consuma ni nos ciegue.»
«Kōri-sensei...»
«Os habéis desentendido de Sekiryū hasta que os habéis visto en el centro de todo.»
«¿Estabas más ocupada planeando cómo matar a la persona que más quiero nada más pisase tu país, verdad, desgraciada?»
«¡¡Deberías largarte a tu puta aldea de mierda y dejarnos en paz!!»
«¡Los Generales de Kurama casi matan a Ayame varias veces y tú la pones a ella a su mismo nivel, no harás nada hasta que vayan a por ti, mezquina egoísta!»
«¡ME CUESTA TRATARTE CON RESPETO!
¡NO TE LO MERECES!»
«Pero te pierde la impaciencia, el fuego arde en tus venas y "derrite" tu sentido común.»
«Recuerda todo lo que hiciste y recuerda por qué lo hiciste.»
«Teníamos que pensar en lo que estábamos haciendo, y en por qué, por quién, lo estábamos haciendo.»
«Somos de la Tormenta, Daruu-kun, pero tenemos que mantener esa tormenta a raya. No podemos dejar que nos consuma ni nos ciegue.»
«Kōri-sensei...»
Calma.
...y levantó la mirada.
—Morikage-dono, puede parecerle temerario, pero Umikiba Kaido, shinobi de Amegakure, no ha participado en ninguna matanza. Sigo instrucciones de Yui-sama. Ella ha decidido confiar en él, y suya es la responsabilidad. Responsabilidad que hago mía, si algo sale mal. —Daruu habló de una forma totalmente átona, mirando a algún punto más allá de Kintsugi. Carente de emoción, hizo una pronunciada reverencia y se dio la vuelta al sentir la presencia gélida de Kōri.
—Daruu. Ayame, ¿dónde está? —preguntó un preocupado Hielo.
—Tranquilo, sensei. No tienes nada de lo que preocuparte. Ayame es quien ha llevado a Yui a Amegakure con el Chishio Kuchiyose. Está a salvo.
»¿Lo estáis todos vosotros? ¿Estáis bien? Debo irme con Kaido y con Datsue ahora, pero me tranquilizaría saber... algo. —Daruu se dio la vuelta y echó un vistazo a Kaido y a Datsue—. Datsue. ¿Nos ayudarás con ese dragón rojo de mierda?